Una solución definitiva para los problemas de vertidos y roturas que descargan al Mar Menor
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Fundación Ingenio reivindica el Anillo Protector Ambiental (APA), elaborada por académicos de prestigio nacional e internacional, como solución “real, definitiva, integral y al corto plazo” a los problemas de los vertidos al Mar Menor, también a los producidos por la sobrecarga de la red de saneamiento en época estival”, explica Natalia Corbalán, directora de Fundación Ingenio.
Desde Fundación Ingenio comprueban que con mucha frecuencia se producen vertidos urbanos, de aguas fecales o roturas de tuberías al Mar Menor y a las playas del entorno. “La ejecución de las infraestructuras que lo impedirían es urgente, pero comprobamos con tristeza que nunca llegan. Rogamos encarecidamente a la administración que ejecute cuanto antes las obras para ofrecer una solución definitiva a los graves problemas que padece el Mar Menor”, lamenta Corbalán.
A ese respecto, Corbalán recuerda que en el APA se incluyen una batería de medidas que evitarían la entrada de aguas procedentes de las lluvias y las DANAs, cada vez más frecuentes. También contempla acciones para extraer el agua subterránea cargada de vertidos urbanos, nutrientes, purines y otras fuentes contaminantes con origen en las diferentes zonas de alimentación del acuífero cuaternario, y “que vierten minuto a minuto, sin ningún tipo de control al Mar Menor”. “Este problema es, a día de hoy, la principal fuente de vertidos a la laguna costera. A pesar de que son numerosas las voces de científicos y expertos hidrogeólogos que han alertado reiteradamente de la urgencia de extraer esas aguas subterráneas, ya que cualquier solución que se plantee al Mar Menor será inútil sin antes gestionar y reducir el nivel freático, contemplamos con tristeza el abandono institucional y la inacción de las administraciones competentes, que lejos de escuchar la verdadera solución al problema, le dan la espalda” señala Corbalán.
Propuestas factibles con respaldo científico
Los expertos que han redactado el APA contemplan también medidas para aumentar la regulación de las aguas subterráneas, como construir balsas y tanques de tormenta, así como medidas para mejorar la red de saneamiento.“Son propuestas factibles, la mayoría de ellas recogidas ya en los planes de cuenca y en el Plan de Vertido Cero, y que han sido contrastadas por la comunidad científica, únicamente falta la necesaria voluntad política para llevarlas a cabo”, reconoce Corbalán.
Por eso, más que buscar culpables debemos trabajar juntos, sin pasarse la pelota unos a otros, para encontrar una solución definitiva. En el Mar Menor hay espacio para todos, solo se requiere la altura de miras necesaria para llevar a cabo las soluciones que compatibilicen un Mar Menor en perfecto estado y el desarrollo de actividades prósperas para la región”, admite la directora de Fundación Ingenio.
Hasta ahora la mayoría de las propuestas procedentes de las administraciones o de algunos activistas son parciales y, en muchos casos, ineficaces, como declarar al Mar Menor como Parque Regional o dotarlo de personalidad jurídica.
“¿Alguien cree que un Parque Regional o dotar al Mar Menor de personalidad jurídica acabaría con las escorrentías ocasionadas por las DANAs o que eliminaría los incesantes vertidos procedentes del acuífero? Al Mar Menor le sobran figuras legales de protección, extravagancias jurídicas oportunistas y le faltan infraestructuras reales y eficaces, y por supuesto la voluntad política de llevarlas a cabo” expone Corbalán.
Acabar con la agricultura no es la solución
En ese sentido Fundación Ingenio recalca que acabar con la agricultura tampoco evitaría esos vertidos. Corbalán recuerda las palabras del científico titular del Instituto Geológico y Minero de España, el hidrogeólogo José Luis García Aróstegui, que lleva años analizando el comportamiento de esas aguas subterráneas, “aunque se eliminase hoy mismo toda la agricultura del Campo de Cartagena, el agua del acuífero con alta concentración de nutrientes y demás sustancias lesivas continuaría entrando al Mar Menor durante décadas, alterando su frágil ecosistema ya que esas concentraciones son fruto de las prácticas agrícolas y de las actividades ganaderas llevadas a cabo hace décadas, no de la actual agricultura de precisión y de una ganadería regulada, como la que se lleva a cabo en la actualidad”.
Para la responsable de Fundación Ingenio, la única manera de acabar definitivamente con esos vertidos procedentes del acuífero es, en primer lugar, analizar su piezometría. “Y a continuación extraer ese agua sirviéndose de la red de pozos existente, y cuya puesta en marcha es imprescindible para llevar a cabo una gestión ordenada y regulada de un recurso hídrico que resulta de extraordinario valor en una cuenca con un déficit hídrico estructural, donde el mix de recursos (Trasvase + Desalación+ +Agua subterránea) es vital, y ahora más que nunca, con el acueducto Tajo-Segura amenazado de muerte” señala Corbalán.
Por ello, el Anillo Protector Ambiental es una propuesta multifactorial que contiene soluciones a todos los factores que en mayor o menor medida tienen relación directa con la degradación ambiental del Mar Menor, “la agricultura es solo uno de ellos”.
“Su ejecución es la única vía real para recuperar el buen estado medioambiental que posibilitará compatibilizar todos los usos, haciendo posible que se mantengan todas las actividades que a día de hoy se llevan a cabo en su litoral y de las que dependen miles de puestos de trabajo”, concluye Corbalán.