Europa no alcanzará sus objetivos medioambientales para 2030
- 3800 lecturas
- 3800 lecturas
Europa no alcanzará sus objetivos para 2030 si no toma medidas urgentes durante los próximos diez años para actuar ante la alarmante tasa de pérdida de biodiversidad, las repercusiones -en aumento- del cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales, según el informe «La situación del medio ambiente» («European environment — state and outlook 2020 - SOER 2020») de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que hoy se publica.
Este documento revela que la urgencia y escala de los desafíos ambientales a los que se enfrenta Europa no tienen precedentes, pero también señala aspectos alentadores como la mayor sensibilización de la sociedad, las innovaciones tecnológicas, el aumento de las iniciativas comunitarias y los avances en la actuación de la UE, como el Pacto Verde Europeo. Según el informe, aunque las políticas europeas han ayudado a mejorar el medio ambiente en las últimas décadas, Europa no está realizando suficientes avances, y las perspectivas ambientales para la próxima década no son positivas.
El SOER 2020 constituye la evaluación medioambiental más completa realizada hasta el momento en Europa. Ofrece una visión clara del punto en el que se encuentra Europa con respecto al cumplimiento de los objetivos políticos para 2020 y 2030, así como de los objetivos y ambiciones a más largo plazo, para 2050, con relación al cambio a un futuro sostenible e hipocarbónico.
El informe SOER señala que Europa ya ha realizado avances significativos a lo largo de las dos últimas décadas en términos de mitigación del cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También destaca signos evidentes de avances en otros ámbitos como la reducción de la contaminación del agua y del aire, la introducción de políticas para reducir los residuos de plástico y para fomentar la adaptación al cambio climático y la economía circular, así como la bioeconomía. Por otra parte, la iniciativa financiera sostenible de la UE es la primera de este tipo que implica al sector financiero en el necesario cambio a un futuro sostenible.
Llamada urgente a ampliar el alcance del cambio y a acelerarlo
Pese a estos logros, Europa no alcanzará un futuro sostenible, de prosperidad dentro de los límites del planeta, si continúa fomentando el crecimiento económico y buscando gestionar los impactos sociales y medioambientales. El informe insta a países, dirigentes y responsables políticos europeos a aprovechar la próxima década para ampliar y acelerar radicalmente las actuaciones con el fin de evitar daños irreversibles.
Las actuaciones políticas que está llevando a cabo Europa representan una base fundamental para el progreso futuro, pero no son suficientes. Es necesario abordar ciertos retos de otra manera y replantear sus inversiones.
Para poder lograr los objetivos europeos será necesaria una mejor aplicación y coordinación de las políticas actuales, así como el impulso de actuaciones políticas que generen un cambio en los sistemas clave de producción y consumo que sustentan nuestro estilo de vida moderno y tienen un importante impacto medioambiental, como la alimentación, la energía y la movilidad.
El informe también destaca la importancia del modo en que los gobiernos pueden permitir una transición a la sostenibilidad y la necesidad de abordar determinados aspectos de otro modo. Algunos de los ámbitos que requieren un cambio de planteamiento son la utilización de las innovaciones y las tecnologías existentes, la mejora de los procesos de producción, el fomento de la innovación y el desarrollo en aras de la sostenibilidad, y el impulso de cambios en los patrones de consumo y formas de vida.
Lograr ese cambio requerirá invertir en un futuro sostenible y dejar de utilizar fondos públicos para subvencionar actividades perjudiciales para el medio ambiente. Europa se beneficiará de un cambio de esta naturaleza en las prioridades de inversión, por las oportunidades económicas y sociales que puede abrir. Al mismo tiempo, resultará esencial tener en cuenta las preocupaciones de la sociedad y asegurarse un apoyo amplio a un cambio de estas características: una transición socialmente justa.
El informe sobre la situación del medio ambiente es plenamente oportuno para darnos el impulso añadido que necesitamos al empezar un nuevo ciclo de cinco años en la Comisión Europea y prepararnos para presentar el Pacto Verde Europeo. En los próximos cinco años, pondremos en marcha una agenda realmente transformadora, desplegaremos nuevas tecnologías limpias, ayudaremos a la ciudadanía a adaptarse a nuevas oportunidades laborales y al cambio de las industrias, e introduciremos sistemas de movilidad más limpios y más eficaces, así como una agricultura y una alimentación más sostenibles. Si lo hacemos bien, los beneficios para Europea y su ciudadanía serán múltiples, y nuestra economía y nuestro planeta también nos lo agradecerán. Se trata de un desafío urgente de dimensiones mundiales, y una oportunidad única para Europa
Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea
«El medio ambiente de Europa se encuentra en un punto de inflexión. Tenemos una pequeña oportunidad en la próxima década de ampliar las medidas para proteger la naturaleza, atenuar las repercusiones del cambio climático y reducir radicalmente el consumo de los recursos naturales. Nuestra evaluación muestra que los cambios graduales han permitido realizar avances en algunos ámbitos, pero que no bastan para alcanzar nuestros objetivos fijados a largo plazo. Ya tenemos el conocimiento, las tecnologías y las herramientas que necesitamos para hacer sostenibles los sistemas clave de producción y de consumo, como la alimentación, la movilidad y la energía. Nuestra prosperidad y bienestar futuros dependen de esto y de nuestra capacidad para aprovechar la acción general de la sociedad para generar un cambio y crear un futuro mejor», afirma Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA.
El estado del medio ambiente ha empeorado, las perspectivas son variadas
Las tendencias medioambientales generales de Europa no han mejorado desde el último informe sobre la situación del medio ambiente publicado por la AEMA en 2015. La evaluación pone de manifiesto que, si bien la mayoría de los objetivos fijados para 2020 no se van a alcanzar, especialmente en materia de biodiversidad, todavía hay una oportunidad de lograr las metas a largo plazo para 2030 y 2050.
Europa ha realizado grandes avances en relación a la eficiencia de los recursos y la economía circular. Sin embargo, las últimas tendencias destacan la ralentización en los progresos en ámbitos como la reducción de los gases de efecto invernadero, las emisiones industriales, la generación de residuos, la mejora de la eficiencia energética y el porcentaje de energía renovable. Las perspectivas futuras indican que el ritmo de progreso actual no será suficiente para cumplir los objetivos climáticos y energéticos para 2030 y 2050.
Proteger y conservar la naturaleza y la biodiversidad de Europa siguen siendo el principal ámbito en el que los avances son menos alentadores. De los trece objetivos políticos específicos fijados para 2020 en este ámbito, posiblemente solo se cumplirán dos: designar zonas marinas protegidas y zonas terrestres protegidas. De aquí a 2030, si las tendencias actuales no se revierten, el estado de la naturaleza empeorará y la contaminación del aire, del agua y del suelo seguirá aumentado.
Las repercusiones del cambio climático y de la contaminación atmosférica y acústica en el medio ambiente y la salud humana siguen siendo preocupantes. La exposición a partículas finas, que afecta de forma desproporcionada a los países de Europa Central y Oriental, es responsable de unas 400 000 muertes prematuras en Europa al año. Asimismo, las sustancias químicas peligrosas y el riesgo que implican preocupan cada vez más. Con la vista puesta en el futuro, las perspectivas de reducir los riesgos medioambientales para la salud mejorarían con una mejor integración de las políticas en materia de medio ambiente y salud.
Un futuro sostenible todavía es posible: ¿dónde actuar?
Alcanzar una Europa hipocarbónica y sostenible todavía es posible. El informe destaca siete ámbitos clave en los que tendrán que tomarse medidas audaces para que Europa pueda reconducir la situación y alcanzar los objetivos y ambiciones fijados para 2030 y 2050.
-
Aprovechar todo el potencial de las políticas medioambientales vigentes. Su plena aplicación permitiría a Europa avanzar un largo trecho en el logro de sus objetivos medioambientales para 2030.
-
Convertir la sostenibilidad en el marco de toda política. El desarrollo de marcos políticos a largo plazo con objetivos vinculantes, empezando por el sistema de alimentación, los productos químicos y el aprovechamiento del suelo, impulsará y guiará acciones coherentes en diferentes ámbitos políticos y en la sociedad.
-
Liderar la acción internacional hacia la sostenibilidad. La UE debe utilizar su influencia diplomática y económica para promover la adopción de acuerdos internacionales ambiciosos en ámbitos como la biodiversidad y el uso de los recursos.
-
Fomentar la innovación en toda la sociedad. El cambio del rumbo actual dependerá estrechamente de que surjan y se generalicen diversas formas de innovación que pueden dar lugar a nuevos modos de pensar y de vivir.
-
Ampliar las inversiones y reorientar el sector financiero para dar apoyo a empresas y a proyectos sostenibles. Esto requiere invertir en el futuro aprovechando al máximo los fondos públicos para apoyar la innovación y las soluciones basadas en la naturaleza, buscando la sostenibilidad y dando apoyo a las regiones y los sectores afectados. Esto también implica hacer que el sector financiero participe en la inversión sostenible mediante la aplicación y la mejora del plan de acción financiera sostenible de la UE.
-
Gestionar los riesgos y garantizar una transición socialmente justa. El éxito de la transición hacia la sostenibilidad exigirá que las sociedades reconozcan los posibles riesgos, las oportunidades y los compromisos, y diseñen vías para gestionarlos. Las políticas nacionales y de la UE desempeñan un papel esencial en la consecución de «transiciones justas» asegurando de que nadie quede atrás.
-
Crear más conocimientos y competencias técnicas. Para ello, es necesario centrarse en comprender los sistemas que generan presiones medioambientales, las vías hacia la sostenibilidad, las iniciativas prometedoras y los obstáculos que impiden el cambio. Es imprescindible desarrollar más capacidades que permitan manejarnos en un mundo en rápido cambio invirtiendo en educación y competencias.