El IIAMA celebra el Día de la Mujer y Niña en la Ciencia destacando la labor investigadora de Inmaculada Amorós
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Con motivo del “Día de la Mujer y Niña en la Ciencia”, que se celebraba este domingo 11 de febrero, desde el IIAMA-UPV (Instituto de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de Valencia) tenemos el placer de conversar con Inmaculada Amorós, investigadora del grupo de BIOMICA (Biodiversidad Microbiológica del Agua), quien atesora una larga trayectoria científica de más de 40 años vinculados al apasionante mundo de la I+D+i.
Inmaculada estudió “Biología” en una época tremendamente convulsa en el ámbito político, social y cultural, ya que España salía del letargo y aislamiento que habían supuesto casi 40 años de dictadura. En aquellos tiempos las salidas profesionales vinculadas a esta ciencia natural, que estudia todo lo relacionado con la vida y lo orgánico, eran exiguas. Por ello, aprovechó una oportunidad surgida a raíz de la problemática ambiental de la eutrofización de la Bahía de Cullera en València, para enrolarse en un proyecto de investigación liderado por el “Instituto de Hidrología y Medio Natural” de la UPV. Éste buscaba paliar y dar solución al enriquecimiento excesivo en nutrientes de aquel ecosistema acuático.
Eso sí, la investigación no estaba profesionalizaba por lo que formó parte de aquel equipo de trabajo como becaria de prácticas y, gracias a este estudio, se incorporó a la universidad con una beca FPI (Formación del Personal Investigador). Sin embargo, hasta que no obtuvo mediante oposición la plaza como Técnico Superior de Laboratorio tuvo una trayectoria laboral precaria:
“Mi ejemplo es la triste realidad del sistema de investigación nacional”.
¿Qué es para ti la microbiología?
La microbiología es la biología de lo invisible, lo que nadie ve y está presente en todos los ámbitos del ciclo del agua. En nuestro caso particular empezamos a investigar sobre microbiología en un mundo ingenieril, algo totalmente innovador para la época. De hecho, cuando conversábamos con compañeros sobre dónde debían depositarse los vertidos de aguas residuales procedentes de depuradoras, nos decían jocosamente: “los vertidos al mar que lo aguanta todo”.
Hemos realizado investigación atendiendo a las demandas sociales, siempre vinculadas a la mejora de la calidad microbiológica de las aguas y los ecosistemas naturales, como es el caso de la reutilización de las aguas residuales para riego en el que llevamos trabajando desde hace décadas.
¿Cómo ha evolucionado la investigación durante estas décadas?
Se ha transformado a raíz de la irrupción de la era digital: Internet ha revolucionado la investigación acelerando la obtención de resultados. Un ejemplo: cuando tomábamos muestras para observar si el agua proveniente de un pozo, río o mar estaba contaminada, tardábamos 48 horas en conocer el resultado y más de una semana en determinar el posible origen y tratamiento. Ahora en un par de horas podemos tener un diagnóstico preliminar.
Además del cambio en la detección, la difusión e impacto de la actividad investigadora también ha experimentado una enorme transformación. Hasta no hace muchos años, los artículos científicos solamente podían ser consultados por aquellos que tenían acceso y suscripción a las revistas de la época, muchas de las cuáles se encontraban en los fondos documentales de las bibliotecas. Sin embargo, hoy en día se pueden leer instantáneamente. De hecho, recuerdo con nostalgia que para solicitar un artículo se rellenaba un documento en tres idiomas, donde se instaba al autor una copia del estudio que habías visto referenciado. ¡En el mejor de los casos tardaba semanas en llegar!
Por tanto, ¿la llegada de Internet ha revolucionado la investigación?
Actualmente, con un par de correos y una reunión online puedes llegar a cooperar con otros investigadores. Anteriormente, íbamos a los congresos a hacer “networking” más que a seguir el propio evento. Nosotros impulsamos una línea de investigación muy potente relacionada con la detección de protozoos patógenos en “vegetales verdes”, gracias a las sinergias creadas con un investigador escocés en un congreso celebrado en México.
Durante tu actividad investigadora, ¿de qué resultados o estudios sientes más satisfacción?
Uno de los reconocimientos más importantes que hemos tenido en el equipo de investigación, porque no debemos olvidar que la ciencia es un trabajo colectivo, es la redacción de una normativa internacional ISO sobre seguridad ambiental, cuya génesis se remonta a un atributo que debe tener todo buen científico: la curiosidad.
En el trayecto que realizo hasta la universidad observaba que muchos campos de cultivos de vegetales verdes se regaban con agua procedentes de acequias. En ese momento estábamos trabajando en un proyecto de investigación vinculado a la detección de patógenos en el agua, por lo que tomamos muestras, las analizamos e identificamos la presencia de protozoos patógenos como “Cryptosporidium” y “Giardia”.
A raíz de un artículo científico relacionado con este estudio, nos llamaron para formar parte de un equipo internacional encargado de redactar la normativa internacional ISO que estandarizó la metodología para la detección “Cryptosporidium y Giardia” en vegetales verdes. A partir de estos trabajos hemos seguido abordando y potenciando estas líneas de investigación, de las que somos referentes.
¿Cómo ha cambiado la microbiología?
La biología molecular ha revolucionado la microbiología y las nuevas tecnologías han transformado y acelerado la investigación. La técnica de detección mencionada anteriormente y que fue pionera en su momento, ha sido reemplazada por el uso de la metagenómica. Ésta consiste en la extracción del DNA de las muestras de agua que posteriormente se secuencian y permiten obtener toda la información microbiológica de dicha muestra. ¡El análisis de datos e interconexión con las diferentes disciplinas es el futuro!
¿Cuáles son los retos futuros?
Los genes de resistencia a las bacterias, es decir, que los antibióticos sigan haciendo efectos, ya que el uso abusivo que hemos hecho de los mismos ha provocado que las bacterias creen resistencias. También debemos abordar con las máximas garantías sanitarias posibles el binomio reutilización y seguridad ambiental, más aún con la disminución de los recursos hídricos provocados por el cambio climático y que hacen de la reutilización de las aguas residuales una fuente de recursos fundamental.
Seguro que durante estos años tiene momentos inolvidables, ¿alguna anécdota que merezca ser contada?
Muchísimas, pero recuerdo con especial cariño un estudio que realizamos sobre la toxicidad de un determinado pesticida en l´Albufera. Nos contactaron desde la DEA (Administración de Control de Drogas) de EE.UU. porque querían usar dicho pesticida para eliminar plantaciones de coca detectadas en Colombia. Me pidieron el artículo para conocer el caso de estudio y saber si el uso de dicho pesticida podía afectar a los ecosistemas de la región.
Otra anécdota que ya he contado en alguna ocasión es la relacionada con el proyecto de la “Bahía de Cullera”. Yo iba con José Luis Alonso, actual responsable de nuestro grupo, a realizar el trabajo de muestreo y en el encuentro que tenemos con el personal del consistorio, el alcalde me presenta como secretaria del equipo de investigación, simplemente por el hecho de ser mujer: no esperaban que una mujer trabajara en investigación. Me acuerdo que salté gritando ¡yo no soy la secretaria, soy licenciada como él!
¿Qué es para ti la ciencia?
Tener curiosidad, querer saber y trabajar por el bien común.
¿Qué es la ciencia para España?
Algo secundario. En España ni se valora ni se paga. Hay mucha gente trabajando de manera precaria y sin perspectiva laboral, simplemente por la vocación que tienen.
¿Cómo se podría mejorar la situación?
Apostando para que sea un pilar fundamental de la sociedad. Por ejemplo, se conceden y desarrollan proyectos de investigación, pero con personal contratado de manera precaria. Cuando concluyen, los investigadores y sus trabajos se queden paralizados hasta que, en el mejor de los casos, tengan una continuidad por la concesión de otro proyecto relacionado. Así no se puede hacer ciencia: la investigación necesita de una estrategia en el medio y largo plazo, no funcionar con tanta incertidumbre.
Finalmente, ¿qué problemas tiene la mujer en el ámbito de la ciencia?
Creo que los problemas de la mujer son transversales a la situación de la propia ciencia: precariedad, incertidumbre y falta de financiación para desarrollar una carrera investigadora.