Descubren el potencial de los humedales artificiales para regenerar agua con calidad
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Un innovador estudio liderado por investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV) demuestra que las aguas residuales tratadas mediante la combinación de diferentes tipos de humedales artificiales pueden generar agua de calidad para reutilizar en diferentes usos, integrando a su vez los principios de la economía circular y mejora de la biodiversidad.
Este resultado se detalla en el artículo “Integrating circular economy and biodiversity in upgrading full-scale constructed wetlands (LIFE Renaturwat)”, que ha sido publicado en la revista científica “Ecological Engineering”. En él participan Carmen Hernández, Enric Gil, Vicent Benedito y Miguel Martín, investigadores del IIAMA-UPV, junto a Nuria Oliver y Tatiana Montoya (Global Omnium), Miguel Añó (EMIVASA) y Sonia Fernández (Fundación Global Nature).
El trabajo, realizado en el marco del proyecto LIFE Renaturwat, evalúa el potencial y primeros resultados de la implementación de humedales artificiales en dos plantas de tratamiento de aguas residuales en Valencia: la urbanización de Los Monasterios (Puçol) y la localidad de Carrícola.
Concretamente, se utilizan los lodos generados en la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de La Presa, en Manises, como medio filtrante reactivo en humedales de flujo vertical subsuperficial. La finalidad es mejorar la calidad fisicoquímica y microbiológica del agua, junto a humedales de flujo superficial para potenciar la biodiversidad.
“Estos lodos contienen altas concentraciones de aluminio, lo que los hace altamente efectivos para la adsorción de fósforo, además de eliminar otros contaminantes. Se impulsa así la circularidad en el ciclo urbano del agua al reutilizar un residuo que iba a ser desechado”, afirma Carmen Hernández, investigadora del IIAMA y autora principal del estudio.
Detalles de la actuación
En la EDAR de Los Monasterios se construyó un humedal de flujo vertical de 60 m² y dos de flujo superficial de 50 m² cada uno. Por su parte, en Carrícola se implementaron dos de flujo vertical en serie de 20 m² cada uno.
“Los resultados obtenidos durante el primer año de operación son muy prometedores, logrando una reducción significativa del fósforo, nitrógeno y otros contaminantes. No obstante, en los humedales de flujo superficial los sólidos suspendidos totales y la materia orgánica aumentaron ligeramente debido al crecimiento de algas y aportes externos, proceso que forma parte de la renaturalización de las aguas, siempre y cuando sea moderado”, explica Miguel Martín, investigador principal del proyecto.
Resiliencia de los ecosistemas acuáticos
Además, uno de los aspectos más destacados es el incremento de la biodiversidad gracias a estos sistemas, mostrando los invertebrados acuáticos mejores índices de diversidad en los humedales de flujo superficial que recibieron el agua mejorada procedente del humedal vertical. De hecho, aves, anfibios y reptiles han colonizado los nuevos hábitats creados.
“Estas mejoras en la biodiversidad son cruciales para la resiliencia de los ecosistemas acuáticos frente al cambio climático”, ponen en valor los investigadores del IIAMA.
Por todo ello, este enfoque holístico no solo trata de mejorar la calidad del agua sino también de restaurar y mantener la biodiversidad en los ecosistemas acuáticos afectados por la actividad humana.
“Este estudio proporciona información valiosa para mejorar el diseño de sistemas de tratamiento de aguas residuales basados en humedales artificiales”
“Este estudio proporciona información valiosa para mejorar el diseño de sistemas de tratamiento de aguas residuales basados en humedales artificiales, promoviendo una gestión sostenible del agua y una reducción de la contaminación en entornos urbanos, al tiempo que protege y mejora los ecosistemas naturales”, concluye manifestando Carmen Hernández.