Gastar menos agua para cuidar de la naturaleza
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En un momento tan especial como el que estamos inmersos, nos hemos topado con el Día Mundial del Medioambiente. Nos sentimos más vulnerables que nunca y es un gran momento para concienciar y tomar medidas.
Desde Canal de Isabel II tienen clara la necesidad de adaptación a la escasez de agua de Madrid desde hace 170 años, cuando comenzaron a abastecer a la comunidad con agua del río Lozoya, una de las de mayor calidad para consumo humano.
Sin embargo, los retos que enfrentamos ahora son más complicados y complejos que los del pasado. Debido al cambio climático, las temperaturas, los periodos de sequía y la aparición de eventos climáticos extremos, aumenta.
Debido a esto, desde Canal de Isabel II se han propuesto lograr la máxima eficiencia para continuar prestando servicio desde la sostenibilidad.
Ante este nuevo estrés hídrico, ¿qué opciones tenemos? En palabras de Javier Fernández, subdirector de Telecontrol de la compañía, “desde la oferta, aumentando la disponibilidad de agua para consumo y desde la demanda, reduciendo el consumo de agua”.
Más agua disponible
La forma más inteligente de ahorrar agua, es usarla bien y eso se ha propuesto Canal de Isabel II mediante dos trayectorias: no perderla en las canalizaciones y aumentar el uso del agua recuperada.
“Una adecuada gestión de presiones influye en las fugas y roturas”, relata Javier Fernández. Y por supuesto “una selección optima de las tuberías, la cuestión no es renovar a lo loco y no obligatoriamente lo más antiguo, sino de conseguir saber cuáles son las conducciones que realmente necesitan un remplazo”. Y esto no es poco trabajo, dado que su red cuenta con unos 17.500 kilómetros de conducciones.
La mejora de los procesos también pasa por la automatización de los sistemas que permitan adaptar la operación de todas las instalaciones en tiempo real, y por los estudios sobre los efectos del cambio climático en la región: todas estas actuaciones ya permiten a Canal de Isabel II conocer con tiempo suficiente el riesgo de perder la garantía de suministro y actuar a tiempo, por ejemplo, ampliando y mejorando sus infraestructuras.
Gracias a la telelectura y el avance de la digitalización “vamos a progresar aún más en la detección de fugas porque podremos detectar cambios en el mínimo nocturno aplicando inteligencia artificial”, explica el subdirector de Telecontrol.
Esto significaría grandes ahorros y aumentar la disponibilidad de agua, porque según los datos de la International Water Association (IWA), las pérdidas anuales de agua en el mundo ascienden a 346.000 millones de litros por día. Si se redujera esta cantidad únicamente un 30 %, habría agua disponible para abastecer a unos 800 millones de personas.
Sin embargo, la mayor capacidad para aumentar el volumen de agua disponible sin que incrementen las precipitaciones y sin aumentar la capacidad de embalse está en la reutilización del agua depurada. El objetivo de la compañía es aumentar el volumen de agua regenerada producida y distribuida, extendiendo y fomentando su uso en la Comunidad de Madrid, de modo que se preserve el recurso natural en su origen y se alivie la presión sobre los recursos naturales.
“Nuestro plan [sobre agua regenerada] es continuar extendiéndola por la Comunidad de Madrid para riego, pero en lo que estamos trabajando mucho es en potenciar el uso industrial”, relata Fernández. “A la industria le preocupa que haya una sequía muy grande y que no pueda destinarse agua potable para uso industrial, les interesa tener un suministro garantizado”.
Desde Canal de Isabel II apuntan alto, el año pasado alcanzaron los 16 hm3 de agua reutilizada, a los que hay que sumar 106 hectómetros cúbicos más más que se vertieron a cauce ya regenerados para mejorar la calidad de los ríos. Obviamente, el objetivo es seguir creciendo en darle esa nueva vida al agua.
Menos demanda de agua
La demanda de agua creciente, unida a una reducción de los recursos hídricos renovables son algunas de las principales consecuencias del cambio climático y el calentamiento global, lo que está provocando también un cambio en el paradigma de la gestión del agua, haciendo de la escasez de agua un problema a nivel local y global.
Ante los retos que plantea el cambio climático, con regímenes de precipitación desconocidos hasta ahora, sumado al aumento poblacional que está viviendo la Comunidad de Madrid, Canal de Isabel II busca alcanzar en el año 2030 un consumo integrado de 156 litros por habitante al día –fue de 206 litros en 2019–, lo que supondría uno de los consumos más eficientes en Europa.
Los nuevos patrones de lluvia tienen un efecto primordial en el suministro de agua. Inevitablemente, esta nueva situación climatológica requiere un doble enfoque para poder continuar suministrando agua a una población en continuo crecimiento: en primer lugar, adoptando la economía circular en el sector del agua, en particular mediante la recuperación de las aguas residuales tratadas como una nueva fuente de suministro; y, en segundo lugar, pero no menos importante, gestionando la demanda.
En Canal de Isabel II ya vienen de un buen camino hecho: en 2002 el consumo era un 18% más alto y la población era un 12 % menor: han conseguido una disminución de consumo aun habiendo crecido la población. Hoy, en Madrid se consumen al año más de 100 hectómetros cúbicos menos de agua que hace apenas 15 años.
Entre otras medidas que han tomado para conseguirlo es optimizar la presión, consiguiendo una reducción de consumo, no solo por minimizar las roturas y fugas, sino porque cuando se reduce la presión se reduce también el consumo.
Esperan que con la telelectura y la posibilidad de que los clientes conozcan su consumo hora a hora se reduzca aún más, porque no solo ayudará en detección de fugas, sino que “el propio cliente va a mejorar el consumo porque verá que su consumo es injustificado y por otro lado, a nosotros nos permitirá agrupar, segmentar y tener mensajes específicos para ellos y ayudarles en un uso más eficiente del agua”, explican desde la compañía.
También tienen clara la importancia del largo plazo y la educación. En Canal de Isabel II son muy conscientes de que cuando se hacía pública la sequía el consumo bajaba hasta un 10 % pero al pasarse la sequía se volvía al consumo inicial e incluso se superaba. De cualquier modo, el problema de estrés que enfrentamos es constante, hay que hacer concienciación de la sequía permanente, para que siempre se gaste lo mínimo posible.
“En Canal trabajamos como si mañana fuera el primer día de una sequía, esa es la filosofía que se aplica”, destaca Javier Fernández.
Por eso, también, Canal de Isabel II tiene un fuerte compromiso con las actividades divulgativas e informativas que permitan a los ciudadanos realizar un uso eficiente de un recurso tan esencial para la vida como es el agua. Un compromiso permanente que se traduce en las continuas campañas de comunicación desarrolladas por la empresa, en una información proactiva respecto a la situación hidrológica y en el veterano programa educativo Canal Educa, gestionado por la Fundación Canal desde hace tres cursos, con el que los escolares de la Comunidad de Madrid aprenden a utilizar de forma responsable el agua.