Los vertidos de antibióticos originan graves efectos tóxicos en los ecosistemas acuáticos
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Los vertidos de antibióticos dañan el medio ambiente ya que originan efectos tóxicos en los organismos acuáticos, según aseguran investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Alcalá (UAH) en un estudio publicado por la revista 'Water Research'.
El estudio añade que además, las mezclas entre distintos antibióticos de origen diferente incrementa el riesgo de toxicidad, aún cuando las concentraciones ambientales de estas sustancias sean bajas. La investigación demuestra que la toxicidad generada por los antibióticos afecta directamente a las cianobacterias y las algas verdes, organismos que están en la base de dichos ecosistemas.
Además, los investigadores señalan que en la mayoría de los casos, los niveles tóxicos de los antibióticos se incrementan cuando se combinan entre sí, propiciando un efecto sinérgico. Según los autores, estas mezclas pueden tener una acción tóxica importante sobre los productores primarios de los ecosistemas, incluso a las bajas concentraciones en las que aparecen en el medio ambiente acuático.
Los antibióticos se utilizan para curar infecciones en humanos, pero también para aumentar el peso del ganado, en la acuicultura o para prevenir daños por bacterias en cultivos vegetales. Sin embargo, el resultado de esto es que gran cantidad y variedad de antibióticos llegan a los ecosistemas acuáticos de todo el mundo, y llegan incluso a aguas subterráneas y potables.
La investigación apunta que, pese a que gran parte de la preocupación que genera el uso de antibióticos se centra en la aparición de resistencias bacterianas y en sus consecuencias para la salud humana, su presencia en el medio natural puede también tener efectos perjudiciales sobre los propios ecosistemas acuáticos.
Además, advierte de que las combinaciones de antibióticos originan un efecto sinérgico que provoca que se manifiesten efectos tóxicos en concentraciones menores a las necesarias para provocar toxicidad cuando se presentan aisladamente. En ambientes naturales, los organismos están por tanto expuestos a mezclas de diferentes antibióticos de distinto origen.
En general, la toxicidad de todos los antibióticos fue mayor para las cianobacterias, algo que según la firmante del trabajo, Francisca Fernández Piñas, del departamento de Biología de la UAM, "era esperable, ya que los antibióticos están diseñados, precisamente para actuar sobre bacterias".
En el marco del estudio, los autores calcularon cocientes de riesgo, que son la relación entre la concentración medida en el medio ambiente y la concentración a la que no representan riesgo. De este modo, encontraron relaciones superiores a la unidad, lo que indica concentraciones perjudiciales para los organismos del medio, para las mezclas de eritromicina y tetraciclina y para las concentraciones correspondientes a efluentes de estaciones de tratamiento de aguas residuales.
Concretamente, para observar los efectos combinados de estos compuestos, los investigadores se centraron en cinco antibióticos de distintas familias que habían sido ya detectados en el medio acuático. Se trata de amoxicilina (derivado de la penicilina), eritromicina (macrólido), una tetraciclina y las quinolonas norfloxacino y levofloxacino.
Los resultados indicaron que la eritromicina, incluso considerada aisladamente, es un compuesto altamente tóxico tanto para cianobacterias como para algas, hasta el punto de que podría ser clasificado como "muy tóxico para la vida acuática" en el marco del reglamento de la UE sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas.
"Sin embargo, tanto eritromicina como tetraciclina resultaron ser altamente tóxicos para las algas, lo que demuestra que los antibióticos pueden afectar también a organismos no diana y por ello sería interesante estudiar su efecto en otros eucariotas", ha añadido.
Los autores también calcularon cocientes de riesgo, que son la relación entre la concentración medida en el medio ambiente y la concentración a la que no representan riesgo. De este modo encontraron relaciones superiores a la unidad, lo que indica concentraciones perjudiciales para los organismos del medio, para las mezclas de eritromicina y tetraciclina y para las concentraciones correspondientes a efluentes de estaciones de tratamiento de aguas residuales.