Reunión del proyecto AGREEMAR para optimizar la gestión de los acuíferos merditerráneos
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“El Mediterráneo es y será una de las regiones más damnificadas por los impactos del cambio climático. Ante esta realidad, debemos avanzar en el conocimiento y optimizar la gestión conjunta de recursos hídricos superficiales, subterráneos y no convencionales”.
Ésta ha sido la principal reflexión realizada durante la segunda reunión anual del proyecto AGREEMAR (Adaptive agreements on benefit sharing for managed aquifer recharge in the Mediterranean región), celebrada en la ciudad de València durante la primera quincena de septiembre y auspiciada por los investigadores del Grupo de Ingeniería de Recursos Hídricos del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Unviersitat Politècnica de València), participantes en el proyecto.
Éste parte de la realidad de que el impulso de soluciones basadas en la recarga gestionada de acuíferos (RGA), puede ayudar a mitigar los efectos de la escasez de agua en las cuencas mediterráneas. Por ello, el proyecto está integrado por un consorcio de seis socios pertenecientes a universidades, empresas públicas y centros de investigación de 4 países europeos (Alemania, Portugal, Chipre, y España) y uno del norte de África (Túnez).
“Los acuíferos juegan un papel importante en la provisión de servicios como el almacenamiento y abastecimiento de agua, el control de la intrusión de agua salada y la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos”, pusieron en valor los socios de AGREEMAR.
El proyecto trabaja en el desarrollo de modelos de gobernanza, estrategias de gestión, análisis de costes-beneficios, especificaciones técnicas y herramientas de simulación para optimizar el almacenamiento de agua en los acuíferos
Sin embargo, los acuíferos están siendo sobreexplotados, es decir, “la tasa de extracción anual supera la tasa de recarga, pudiendo producir variaciones en el nivel freático que afectan negativamente al caudal de ríos y manantiales, o a la biodiversidad de los ecosistemas de ribera, de los lagos y de los humedales”, afirma Joaquín Andreu, investigador principal del IIAMA en el proyecto.
Por ello, se trabaja en el desarrollo de modelos de gobernanza, estrategias de gestión, análisis de costes-beneficios, especificaciones técnicas y herramientas de simulación para optimizar el almacenamiento de agua en los acuíferos.
Desarrollo de la reunión
Concretamente, el encuentro sirvió para dar a conocer los progresos realizados en cada área de trabajo por cada socio, proporcionar una visión general de la evolución del proyecto y asegurar el buen funcionamiento de la investigación, mediante la planificación de los próximos objetivos y distribución del trabajo.
Durante el encuentro se realizó una visita a los dos casos de estudio de los que se encarga el IIAMA: las cuencas de los ríos Belcaire y Palancia
En este sentido, el debate se focalizó en caracterizar los acuíferos susceptibles de implementar las técnicas resultantes, los métodos de modelación para conocer su estado y el procedimiento para llegar a acuerdos con las entidades y administraciones encargadas de su gestión.
De hecho, se realizó una visita a los dos casos de estudio de los que se encarga el IIAMA: las cuencas de los ríos Belcaire y Palancia, pertenecientes a la Demarcación Hidrográfica del Júcar. Esta visita sirvió para que el resto de socios conocieran de primera mano los desafíos y particularidades locales de la gestión de los recursos hídricos en las cuencas mediterráneas españolas.
“El primer caso almacena en la balsa los excedentes de agua del río Belcaire para recargar el acuífero de la Rambleta, mientras que el segundo retiene el agua de crecidas en el embalse de Algar del Palancia y recarga los acuíferos de la Font de Quart y la Plana de Sagunt”, indica Rafael Bergillos, investigador del IIAMA.
Finalmente, desde el IIAMA se valora muy positivamente el desarrollo de la reunión, ya que ha servido para “analizar los primeros resultados provisionales, observar los aspectos a mejorar, comprobar que los datos generados desde los grupos de trabajo pueden tener un valor añadido y perfeccionar los modelos resultantes”, concluyen desde el centro de investigación de la UPV.