España contará con una planta de biocombustibles avanzados
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La primera planta de biocombustibles avanzados de España está siendo construida en Cartagena, razón por la cual el Presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha visitado la ciudad. La compañía, que tiene el objetivo de producir cero emisiones netas en 2050, invertirá 200 millones de euros en este proyecto que permitirá suministrar 250.000 toneladas de biocombustibles avanzados al año, como biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que podrán usarse en los diversos medios de transporte sin necesidad de hacer modificaciones en los motores.
La nueva planta contará con unidades de hidrotratamiento de producción de hidrógeno y diferentes áreas de almacenamiento. Desde que se pusiera en marcha el proyecto, Repsol ha destinado más de 72 millones de euros a trabajos previos de ingeniería, encargo de equipos y mano de obra de empresas auxiliares.
Descarbonización del transporte
Repsol da el gran paso y pasará a producir biocombustibles avanzados a partir de distintos tipos de residuos de la industria agroalimentaria y otros, como aceites de cocina usados. De esta forma se consigue dar una segunda vida a residuos que de otro modo acabarían en un vertedero y los transforma en productos de alto valor añadido.
Los biocombustibles avanzados son una solución sostenible para todos los segmentos de la movilidad, y especialmente para aquellos que no cuentan con otra alternativa para descarbonizar su actividad, como el transporte marítimo, de larga distancia o la aviación. Con ellos es posible reducir entre un 65% y un 85% las emisiones netas de CO2 respecto a los combustibles tradicionales a los que sustituyen. Repsol se apoya en la economía circular, como uno de sus pilares estratégicos, para fabricar productos con baja, nula o incluso negativa huella de carbono.El objetivo es producir dos millones de toneladas de combustibles de baja huella de carbono en 2030, que mitigarán más de siete millones de toneladas de CO2 anuales.
El proyecto se está desarrollando en cuatro áreas diferentes que abarcan una superficie de 41.500 m2. Tres de ellas se ubican en el interior de la refinería y corresponden con la unidad de hidrotratamiento, la unidad de producción de hidrógeno y el área de depósitos para el almacenamiento de los biocombustibles. La cuarta zona se ubica en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Cartagena.
En esta área se habilitarán las infraestructuras necesarias para el almacenamiento de las 300.000 toneladas anuales de los distintos tipos de residuos que llegarán por vía marítima, y su posterior suministro al mercado nacional o de exportación. Tras los trabajos previos de desmantelamiento de las instalaciones en desuso en el interior de la refinería para albergar las nuevas unidades, con el desmontaje de 53.000 m3 de terreno, en la actualidad las tareas se centran en trabajos de obra civil.
En concreto, ya han comenzado las obras para la construcción de los depósitos que almacenarán los biocombustibles avanzados. En las áreas donde irán ubicadas las plantas de hidrotratamiento e hidrógeno, ya se están desarrollando trabajos de obra civil relacionados con la instalación de estructuras de hormigón y la colocación de racks para las tuberías por las que se desplazarán las materias primas y los biocombustibles avanzados.
Ecocombustibles a partir de residuos
Estos ecocombustibles se producirán a partir de residuos y su uso permitirá reducir 900.000 toneladas de CO2 al año. Brufau ha asegurado que “Cartagena se va a consolidar con este proyecto como un centro de abastecimiento de productos fundamentales para el presente y para el futuro, y en un ejemplo del compromiso de Repsol con la movilidad sostenible”.
Asimismo, ha destacado la importancia de apostar por la neutralidad tecnológica para avanzar en el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas en 2050, y ha solicitado a las administraciones públicas “una regulación habilitadora, facilitadora, flexible y no excluyente” que posibilite el desarrollo de proyectos de futuro, ya que, solo así, “estaremos protegiendo nuestra economía, la industria y el empleo”.
El Presidente del Gobierno Regional, Fernando López Miras, ha explicado que "esta construcción, que se consolida como la primera planta de biocombustibles avanzados de España, será una planta de vanguardia y un magnífico ejemplo de economía circular”. La Alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, afirma que “lo que hoy comienza es otra gran apuesta industrial de Repsol en Cartagena, por la inversión que representa, el empleo que genera y por la actividad que va a suponer dentro del Valle de Escombreras”.
Además, ha destacado que “ejemplifica la aplicación industrial de la investigación más vanguardista en materia de generación de combustibles mediante el reciclado”. Sobre el proyecto, el Director de la refinería de Repsol en Cartagena, Antonio Mestre, ha destacado que la nueva planta “es un ejemplo tangible de economía circular que permitirá ofrecer soluciones de movilidad sostenible a todos los sectores de la sociedad, y un paso muy importante en la transformación del complejo industrial como polo multienergético”.
Motor económico
La ampliación de las instalaciones de la refinería de Cartagena para construir la nueva planta de biocombustibles avanzados, que estará dotada de tecnología de vanguardia, va a suponer la generación de unos 1.000 puestos de trabajo en las diferentes fases del proyecto y la implicación de 240 empresas auxiliares, de las que el 21% serán locales, el 25% regionales, el 42% nacionales y el 12% internacionales.
Actualmente se encuentran trabajando en el interior de la refinería más de 25 empresas contratistas y unas 300 personas. La cifra se irá incrementando hasta llegar a los 600 empleados de media, previendo que la punta se alcance el próximo otoño con unos 800 trabajadores, entre directos e indirectos.
La refinería de Cartagena se posiciona como uno de los principales motores económicos y de generación de empleo de la Región de Murcia. En el complejo industrial trabajan cerca de 900 personas con una elevada cualificación que desempeñan su trabajo en puestos muy especializados. Además del empleo directo, la refinería genera unos 400 puestos de trabajo a través de empresas contratistas de manera recurrente, elevándose esa cifra hasta los 2.000 para acometer proyectos puntuales.
Repsol ha invertido en el Complejo Industrial de Cartagena más de 456 millones de euros en los últimos diez años. A esta cantidad, hay que sumar el proyecto de ampliación de la refinería, que supuso la mayor inversión industrial realizada en España, por valor de 3.200 millones de euros, situando al complejo a la vanguardia tecnológica en su sector. Hoy en día, la refinería de Cartagena es un modelo industrial de referencia y se encuentra entre las instalaciones más eficientes de Europa.
El Complejo Industrial de Cartagena afronta una transformación que supondrá una evolución de sus procesos para convertirse en un polo multienergético capaz de producir multitud de productos con baja, nula o incluso negativa huella de carbono. Para ello, Repsol empleará todas las tecnologías disponibles como hidrógeno renovable, economía circular y captura y uso de CO2, y se apoyará en distintas herramientas, entre las que se encuentran la digitalización y la eficiencia energética.
Transición energética
El PNIEC reconoce que los biocombustibles constituyen la tecnología renovable más ampliamente disponible y utilizada en la actualidad en el transporte, especialmente en sectores como el de los vehículos pesados, el de la aviación y el marítimo, donde la electrificación presenta dificultades actualmente. Además, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en mayo de 2021, contiene un artículo dedicado a los combustibles alternativos sostenibles en el transporte, con especial énfasis en biocombustibles avanzados y otros de origen no biológico.
Repsol se encuentra totalmente alineada con estas iniciativas y apoya la consecución de estos objetivos con la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España y con otros proyectos que tiene en marcha.
La multienergética ha procesado por primera vez en su refinería de A Coruña aceite de fritura para fabricar biodiésel, y en sus refinerías de Puertollano, Tarragona y Bilbao se han producido lotes de biojet que han permitido, junto a Iberia y Vueling, la realización de los primeros vuelos con biocombustible producido en España a partir de residuos. De esta manera, Repsol se anticipa al marco normativo y avanza decididamente en su objetivo de ser una compañía neutra en carbono, ofreciendo combustibles sostenibles a sectores difíciles de descarbonizar como la aviación, el transporte de larga distancia o el marítimo.