Apuntes del XII Congreso Ibérico de Gestión y Planificación del Agua
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“No se puede mantener el engaño permanentemente. Hay que trabajar con los datos ciertos, con la verdad, para demostrar que la planificación hidrológica que hemos tenido hasta ahora hay que empezar a cambiarla”. Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, ha abierto la segunda jornada de debate del XII Congreso Ibérico de Gestión y Planificación del Agua con un mensaje contundente y enérgico cargado de datos. Dentro de once años habremos rebasado el grado y medio”, de calentamiento global, según la proyección Copernicus.
El experto no solo ha hablado de temperatura, sino también de precipitaciones. Por ejemplo, ha compartido datos sobre la reducción de las lluvias en el sector meridional de la cordillera ibérica, es decir, en la cabecera del Tajo. “Si el trasvase Tajo-Segura se cierra no es por causas políticas, es por causas climáticas”, ha compartido.
Sobre las lluvias, Olcina también ha expuesto que en la zona mediterránea está lloviendo más en las desembocaduras que en los tramos medios y altos de los ríos. Y ha explicado que llueve con tendencia decreciente, menos días pero de forma más intensa.
El catedrático ha participado en la mesa sobre la transición hídrica y la transición energética donde ha compartido espacio con Patricia María Rodríguez, investigadora sobre ecología, ecosistemas de ribera y húmeros del Centro de Estudos Florestais, de la Universidade de Lisboa, y con Miquel Rovira, director del Área de Sostenibilidad de Eurecat-Centro Tecnológico de Cataluña. Rodríguez ha hablado sobre la restauración ecológica de los ríos y los ecosistemas de ribera, y ha lamentado que, a pesar del desarrollo científico y técnico, no se haya frenado el ritmo de degradación de los sistemas fluviales. Rovira, por su parte, ha remarcado que la zona de confort, desde el punto de vista energético, ha acabado.
La primera jornada del congreso ibérico, organizado por la Fundación Nueva Cultura del Agua, fue inaugurada por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. Su presencia despertó gran interés mediático, pues la coyuntura coincide con la aprobación de los caudales ecológicos en el río Tajo. Morán constató una reducción de los recursos hídricos disponibles en todo el país, fruto no de las medidas exigidas por la Directiva Marco del Agua, sino de la evolución del clima y de la meteorología. Bajo ese escenario,
El secretario de Estado invitó a un cambio transversal en con respecto al agua: “Debemos modificar nuestra forma de relacionarnos con el agua”
El Mar Menor y los conflictos sociales
Tras la sesión de apertura, las aguas de transición y costeras fueron el centro del debate. La problemática del Mar Menor sobrevoló continuamente la primera plenaria. “Una administración como la que tenemos, con una mirada restrictiva con respecto a los aspectos ambientales, era una muerte anunciada. De hecho, lo llevamos veinte años anunciando. El Mar Menor es un buen receptor de la mala gestión del conjunto del campo de Cartagena. Los humedales son grandes indicadores de las gestiones de la cuenca a la que están conectados”, explicó el catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia Miguel A. Esteve. A su lado, Ángel Borja, doctor en Ciencias Biológicas e investigador principal en ATZI-Ciencia y Tecnología Marina y Alimentaria, y la profesora en la Universidad de Alicante Francisca Giménez Casalduero, que se centró en la nacra, el mayor bivalvo del Mediterráneo y que desde 2016 presenta mortandades masivas, “un síntoma de lo que ocurre con otras especies”.
Los conflictos y las movilizaciones sociales protagonizaron la sesión del jueves por la tarde. “Siempre somos deficitarios porque siempre queremos más de la que tenemos. Es difícil gestionar intentando tener infinito acceso al agua y sin tener en cuenta los límites. Es un debate complicado que nunca se ha tenido de forma honesta”, lamentó Pedro Luengo. El coordinador y portavoz de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia fue muy directo en su intervención: “Se ha construido un relato de un nacionalismo hídrico de estás conmigo o estás contra mí, con un mensaje victimista, con una visión de acaparamiento del recurso por parte de ciertos sectores económicos, que impide esa gestión honesta que plantee los límites”.
Luengo estuvo acompañado en la segunda plenaria por Carla Gomes, investigadora del Instituto de Ciências Sociais, de la Universidade de Lisboa, quien remarcó que, en un contexto de crisis climática, hay riesgos y problemas pero también oportunidades. También participó Alba Ballester, experta en gobernanza del agua y en gestión de conflictos hídricos e integrante de Proyecto Ebro Resilience, que resaltó la importancia de generar comunidad para transitar hacia una gestión público-comunitaria.