Retos de la gestión digital del agua
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Por Maurizio De Stefano, director de Energía y Utilities y responsable de la Práctica del Agua en Minsait
Las tecnologías como el Internet de las cosas (IoT), el análisis de datos, la computación en la nube, la inteligencia artificial, la realidad aumentada y el blockchain brindan nuevas capacidades para ayudar a las utilities de agua a extender la vida útil de sus activos, reducir fugas, evitar ataques y otras anomalías en la red de distribución, mejorar la calidad y niveles de servicio, y promover eficiencias operacionales.
Asimismo, el sector del agua tiene la gran ventaja de poder usar lecciones aprendidas de otros, como los del gas y electricidad, para acometer su proceso de transformación digital y beneficiarse de las mejores prácticas establecidas, que abarcan desde la implementación de medidores inteligentes hasta el incremento de beneficios.
Los expertos prevén que durante la próxima década todos los servicios públicos evolucionarán desde el mantenimiento basado en el tiempo al establecido en la condición, por lo que, al adoptar la capacidad de comprender la edad efectiva de los activos y pronosticar posibles fallos, los servicios públicos serán capaces de identificar y programar mejoras masivas en las actividades de mantenimiento de extensión de vida, así como planear estratégicamente su reemplazo a largo plazo.
Otra área de progreso habilitada será la inteligencia artificial y la realidad aumentada. La capacidad de procesar imágenes capturadas durante un proceso de inspección normal permite la identificación rápida de anomalías y defectos al hacer coincidir patrones con imágenes que se analizaron y clasificaron previamente. Eso nos permitirá identificar cientos o miles de modelos de defectos y crear otros que utilicen tecnologías cognitivas que han sido capacitadas por expertos humanos.
Es también realmente interesante la aplicación de las tecnologías digitales en la detección de fugas, gestión de la calidad del agua y evaluación de activos. Estamos en una posición más privilegiada para comprender los requisitos de conservación en tiempos de sequía gracias a modelos precisos de modelado de recursos de aguas subterráneas o hábitos de conservación.
Por último, y no menos importante, conviene destacar la contribución de la tecnología para prevenir o paliar los efectos de los desastres, tanto los naturales como los provocados por el hombre, que en promedio cuestan a los gobiernos más de $ 300 mil millones de USD en el mundo cada año.
Sin embargo, existe una barrera muy importante para la adopción de tecnologías digitales en el agua, que es la paradoja del valor real del agua. Esto quiere decir que, aunque el agua es un elemento esencial de la vida, no se aprecia su valor en el mercado, o lo que es lo mismo, el agua se considera un producto básico y en muchos lugares un "derecho".
Por esa razón, las decisiones de inversión fundamentales no se financian año tras año, lo que contribuye al envejecimiento de la infraestructura, mientras que las nuevas ideas sobre la digitalización se consideran un lujo.
Además, la naturaleza fragmentada de la cadena de valor del servicio público de agua, restringe los fondos y estrangula los Business Case. Parte de esto se debe a regulaciones que, tradicionalmente, son barreras para la innovación. Es cierto que aún existen resistencias al cambio, aunque cada vez son más los interesados, incluidos reguladores, empleados de servicios públicos y comunidades a las que sirven, que empiezan a comprender los beneficios de la digitalización.
Otra gran trasformación será la provocada por la tecnología blockchain y su potencial para aumentar la confianza mediante la creación de cadenas de suministro transparentes, el comercio de derechos de agua en los mercados, e incluso, para abordar el problema de la sequía. Si los servicios públicos pudieran demostrar que son más eficientes, podrían obtener créditos blockchain, y esto podría, de forma inequívoca, dejar constancia de una gestión más óptima del recurso hídrico. Otros casos de uso más avanzados incluyen ciberseguridad o contratos y acuerdos inteligentes.
Es preocupante plantearse lo que sucederá si no nos movemos lo suficientemente rápido. El ecosistema agua, energía y alimentos es crítico en nuestro ritmo actual de crecimiento y consumo debido a que la escasez del recurso hídrico tiene el potencial de paralizar las cadenas de suministro de alimentos y energía y detener el crecimiento económico.
Para acelerar el ritmo del cambio, la verdadera pregunta es cómo podemos ayudar desde las compañías tecnológicas a las utilities de agua a adoptar las tecnologías que impulsen su transformación hacia nuevos modelos de negocio que ayuden a mejorar la sostenibilidad de este recurso y a mejorar su eficiencia. Estamos al principio de un cambio increíble, así que trabajemos juntos para generar una transformación real que nos beneficie a todos.
Artículo publicado en el número 212 Enero/Febrero 2019 de RETEMA