Llamado del Foro de la Economía del Agua al consumo responsable del agua en época estival

Sabiendo que el turismo es uno de los grandes motores de la economía española, la entidad anima a desarrollar modelos de gestión hídrica sostenibles

Ante la llegada de la nueva temporada alta turística, que el Ministerio de Industria y Turismo estima que igualará o superará la de 2023, el Foro de la Economía del Agua quiere recordar la importancia de la concienciación ciudadana y de la mejora de las infraestructuras hídricas para fomentar el ahorro de agua, especialmente teniendo en cuenta que en los meses de julio y agosto, los más secos del año, la población se multiplica en muchos núcleos urbanos, gran parte de los cuales se ubican en lugares de España con escasas precipitaciones.

Por ello, el Foro de la Economía del Agua ha reiterado la necesidad de mantener al agua en el centro de la agenda política, tras un invierno y una primavera en los que se han mantenido algunas alertas por escasez de agua en zonas de España con alta afluencia de turistas, como Cataluña. Los últimos datos del MITECO respecto a las reservas hídricas (25 de junio de 2024) señalan que las reservas se mantienen bajas en las cuencas internas de Cataluña (37,2%), del Segura (22,8%), las cuencas mediterráneas andaluzas (30,7%) y Guadalete-Barbate (27,6%). Este hecho podría dar lugar a la activación de medidas de restricción de agua a lo largo de la temporada turística, teniendo en cuenta que, según datos de la Organización Mundial del Turismo, un turista puede consumir más de 400 litros de agua al día.

Teniendo en cuenta que el turismo es uno de los grandes motores de la economía española (supuso en 2022 el 11,6% del PIB nacional), es fundamental desarrollar modelos de gestión hídrica sostenibles, que permitan adaptar las áreas turísticas a las oscilaciones de consumo de agua, evitando el agotamiento del recurso y la degradación del entorno. La gestión sostenible del agua abarca la planificación y gestión de la demanda de agua, la protección de la calidad del recurso, la gestión de la escasez y la adaptación al cambio climático.

“España es un país donde el turismo tiene una gran importancia como fuente de riqueza y empleo. Para que sea sostenible a largo plazo, es fundamental adaptarlo al nuevo escenario de cambio climático, a través de la concienciación ciudadana y el impulso de buenas prácticas en el sector. Junto a esto, es imprescindible seguir trabajando en aumentar la resiliencia de las infraestructuras hídricas”, afirma Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua.

El Foro de la Economía del Agua sostiene que para adaptar al recurso a la presión del turismo en un entorno de cambio climático, es necesario un incremento de la inversión en infraestructuras hídricas, un impulso a la digitalización de la gestión del ciclo urbano del agua y la generalización de soluciones tecnológicas que permitan aumentar la disponibilidad de agua y garantizar su calidad, a través de la reutilización y la desalación.

“También es básica la concienciación ciudadana, tanto de la población local como de los turistas”, añade Arana. Y una parte importante de esta concienciación reside en la adaptación de las tarifas al precio real del agua. “El consumidor final tiene que ser consciente de lo que cuesta y todo lo que conlleva tener garantizado el suministro de agua y pagar por el agua lo que realmente vale”, explica.

 

Sostenibilidad hídrica en el sector turístico

Fuentes del sector turístico calculan que el consumo de agua representa aproximadamente el 10% de los gastos fijos de un hotel. De este modo, por motivos tanto económicos como medioambientales, el sector turístico está realizando esfuerzos por minimizar el consumo de agua.

Entre las buenas prácticas en sostenibilidad recomendadas por el MITECO para el sector turístico se incluyen una serie de medidas relacionadas con el agua: realizar un registro de consumo hídrico mensual o trimestral; implantar sistemas de bajo consumo en los aseos; instalar contadores individualizados por estancia; reaprovechar el agua procedente de los sistemas de climatización para riego de jardines; planificar las horas de riego para reducir la evaporación de agua; instalar sensores de humedad y de lluvia, y cambiar las toallas y las sábanas según las demandas del huésped.

 

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