Incatema reivindica la relevancia de las infraestructuras hídricas en el Día Interamericano del Agua
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El primer sábado de octubre se celebra cada año el Día Interamericano del Agua, una fecha destinada a sensibilizar sobre la importancia de gestionar de manera sostenible este recurso que es vital en las Américas.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas, en esta región existen brechas importantes para lograr el acceso universal al agua potable y saneamiento gestionados de manera segura. Las metas para alcanzar el ODS 6, orientado a este propósito, avanzan lentamente y en algunos casos incluso, según este organismo, presentan tendencias alejadas de los resultados esperados de cara a 2030. Además, la región se encuentra en una situación de vulnerabilidad por los efectos del cambio climático: es propensa a eventos climáticos extremos, como sequias e inundaciones, y presenta altos niveles de estrés hídrico.
Aunque América Latina y el Caribe han avanzado en el acceso al agua potable y al saneamiento básico en las últimas décadas, persisten desigualdades significativas: las zonas rurales y las comunidades marginadas enfrentan dificultades para acceder a servicios de calidad. Otro problema común es la contaminación del agua, principalmente por la descarga de aguas residuales sin tratar, la agricultura intensiva y la minería, lo que representa riesgos para la salud pública y el medio ambiente.
En este contexto, es crucial resaltar la relevancia que juegan las infraestructuras del ciclo integral del agua para garantizar la disponibilidad de este recurso finito y su acceso seguro, un derecho humano fundamental porque es esencial para la salud, la dignidad y la calidad de vida de las personas. Estas infraestructuras deben ser resistentes y adaptativas al cambio climático.
Desafíos en la implementación de las infraestructuras del agua
A pesar de la importancia de estas infraestructuras, su implementación es costosa y compleja. Requiere de alta inversión financiera, planificación a largo plazo, adopción de tecnologías avanzadas con sistemas de monitoreo y tratamiento más eficientes, capacitación de recursos humanos y una gestión eficiente de los recursos hídricos. La falta de financiación, por tanto, es una de las principales barreras para el desarrollo porque se necesitan vastos recursos para satisfacer la creciente demanda y para mantener la infraestructura existente, lo que conduce a la degradación de los sistemas y servicios básicos. Sin embargo, los beneficios a largo plazo superan con creces los costos.
En Incatema llevan trabajando más de 25 años en esta región en diferentes proyectos para acercar el agua potable de forma segura a la población y para generar servicios de saneamiento adecuados a través de estaciones depuradoras de aguas residuales, como hemos hecho en Haití y más recientemente en República Dominicana. Este país, con una creciente población y un importante sector turístico, enfrenta desafíos significativos porque, a pesar de poseer abundancia de recursos hídricos, algunas comunidades del país experimentan dificultades para acceder al agua potable. Es lo que sucede en la región de Santiago, donde estamos acometiendo la ampliación y modernización del acueducto de Navarrete mediante la construcción de una estación de tratamiento de agua potable que dará servicio a siete municipios alcanzando a más de 150.000 habitantes, un proyecto del Instituto Nacional De Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA).
La inversión en infraestructuras del ciclo integral del agua es una inversión en un futuro más saludable y próspero para todos los ciudadanos. Para ello, la cooperación internacional y el compromiso de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil son clave para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 y garantizar un acceso equitativo y sostenible al agua y al saneamiento.