Construidas 23 nuevas depuradoras para dar servicio a 30 localidades navarras
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En los últimos cuatro años, el Gobierno de Navarra ha invertido, a través de la sociedad pública Navarra de Infraestructuras Locales S.A. (NILSA), más de 10 millones de euros para construir 23 nuevas depuradoras en municipios de menos de 200 habitantes. De esta manera se ha podido actuar en 30 localidades, alcanzando a un total de 3.300 personas que disponen ya de un sistema de depuración de agua más completo.
Estas actuaciones se enmarcan en el plan de NILSA para dotar de sistemas de saneamiento de las aguas residuales más completos a los pequeños núcleos urbanos que a día de hoy solo disponen de fosas sépticas, al objeto de mejorar el servicio que reciben estos habitantes y minimizar el impacto sobre el medio ambiente. Para ello, desarrolla un plan de dotación de infraestructuras a estas pequeñas localidades, atendiendo especificidades como las limitaciones orográficas por encontrarse en terrenos de difícil acceso; presencia de redes municipales obsoletas o en un estado muy deteriorado, etc.
Este plan se realiza en cooperación entre el Gobierno de Navarra y las entidades locales, municipios y mancomunidades, y se financia mediante el canon de saneamiento que paga la ciudadanía en la factura del agua.
Las localidades beneficiadas por estas actuaciones han sido: Aguilar de Codés, Arano, Arbeiza, Zubielqui, Arellano, Arguiñáriz, Armañanzas, Cabredo, Dorrao / Torrano, Hiriberri / Villanueva de Aezkoa, Igúzquiza, Larrión, Eulz, Amillano, Legarda, Muruzabal, Uterga, Luquin, Urbiola, Meoz / Meotz, Ollacarizqueta, Orbaizeta, Oroz-Betelu / Orotz-Betelu, Sarasate, Torres del Río, Ujué / Uxue, Urdazubi / Urdax y barrio de Leorlas, Ustárroz y Zoroquiain.
Cabe destacar que más de la mitad de estas localidades sufren riesgo de despoblación, en su mayoría riesgo extremo o riesgo intenso de despoblación, por lo que resulta aún más determinante actuar en estos lugares.
Además de mejorar los servicios que recibe la ciudadanía, la dotación de estas infraestructuras promueve una gestión sostenible del territorio, lo que contribuye a fijar población en el medio rural.
Depuradoras y fosas sépticas en Navarra
Para realizar labores de tratamiento de aguas, existen algunas diferencias entre disponer de depuradora de aguas residuales o fosas sépticas. Las depuradoras, o plantas biológicas, conllevan un proceso más complejo que el de las fosas sépticas y son necesarias para dar servicio a poblaciones grandes donde no solo se generan residuos humanos sino también industriales.
Por su parte, las fosas sépticas son adecuadas para el tratamiento de residuos de poblaciones de menos de 30 habitantes. De hecho, Navarra dispone de más de 400 fosas sépticas, algunas de las cuales están siendo restauradas para mejorar sus prestaciones y adaptar sus instalaciones a las del siglo XXI.
En total, el 98,6% de las aguas residuales de Navarra se tratan con sistemas biológicos mientras que el 1,4% restante todavía dispone de fosas sépticas. En total, este 1,4% se corresponde con el agua empleada por alrededor de 11.000 personas que residen en viviendas diseminadas o poblaciones muy reducidas y cuya carga contaminante es prácticamente nula.
En los últimos cuatro años, más de 3.000 vecinos y vecinas de una treintena de pequeñas localidades de Navarra, la mayoría en riesgo de despoblación, han podido pasar de tratar sus aguas residuales en fosas sépticas a disponer de estaciones depuradoras.
Ujué: una depuradora para los planes de crecimiento del pueblo
Una de las obras más recientes es la de la nueva depuradora de Ujué. Ha permitido dotar a la localidad, que hasta ahora disponía de tres fosas sépticas, de un sistema biológico de depuración y aumentar la capacidad de tratamiento de agua residual para posibilitar los planes de crecimiento de la localidad.
Cabe indicar que Ujué, con 182 habitantes, es un enclave turístico de la Zona Media, con significativa actividad hostelera, turística y cultural. Los planes de crecimiento de la localidad conllevan una mayor densidad poblacional y la solución actual de depuración, basada en fosas sépticas, se hace insuficiente.
El proyecto, con un coste de más de 900.000 euros, ha permitido construir la depuradora en el sur del municipio, para lo cual ha sido necesaria también la construcción de dos emisarios que llevan los vertidos de las zonas este y oeste hasta la instalación. Cuenta con un sistema de depuración de lecho bacteriano y un humedal final de control. Las aguas ya tratadas se conducen a través de un emisario hasta el barranco de Aitzandieta.
La nueva planta trata un caudal medio de 1,11 litros por segundo y tiene capacidad hasta 7,74 litros. En momentos de fuertes avenidas de agua por lluvias torrenciales o tormentas se estiman caudales de 2,65 litros por segundo, por lo que existe margen para que la depuradora pueda asumir mayores cargas.
Villanueva De Aezkoa: el modelo de depuradora eficaz y eficiente para pequeñas localidades
La localidad de Villanueva de Aezkoa se sitúa en el Pirineo y cuenta con una extensión de 21 kilómetros cuadrados y 115 habitantes. Su nueva depuradora se ajusta al modelo de estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) que la sociedad pública NILSA ha desarrollado para este tipo de poblaciones pequeñas.
La localidad no genera agua residual industrial ya que cuenta únicamente con un restaurante y tres casas rurales, por lo que toda su agua residual es de origen urbano, con una carga contaminante sensiblemente baja.
Por ello se optó por construir una estación depuradora que resulte robusta, requiera de poco mantenimiento y, en la medida de lo posible, funcione sin energía eléctrica. Cuenta con un tanque Imhoff, que distribuye el agua por balancín lo que evita emplear elementos electromecánicos, disponiendo de decantación primaria y secundaria y un humedal final de retención y seguridad. Una vez el agua pasa por el humedal, se vierte depurada a la regata Zorrate.
El mantenimiento de la estación se realiza mediante visitas regulares del personal técnico para vigilar los tanques y comprobar que no están atascadas sus entradas ni salidas, así como los niveles de fangos y flotantes acumulados, y asegurar que no se hayan producido vertidos. Se encargan de retirar residuos, basura, maleza, etc., que haya podido llegar a la instalación, y realizan tareas de limpieza general y jardinería. Los fangos que se producen en el proceso son retirados y trasladados a una depuradora mayor con capacidad de tratamiento de los mismos, como se realiza en el resto de estaciones de dimensión reducida.
Zoroquiain: un despoblado en el que fluye de nuevo la vida
Otro de los casos más destacados en cuanto a dotación de depuradoras es el de Zoroquiain, en el Valle de Unciti. Se trata de un antiguo lugar habitado que hasta hace unos años se encontraba en avanzado estado de abandono y deterioro. El casco urbano original lo componían siete casas, cinco pajares, la iglesia, cuatro eras de trillar, la fuente y tres pozos. Todo ello en estado de casi ruina.
La asociación Errekazar, con la colaboración del Ayuntamiento de Unciti y el Gobierno de Navarra, impulsó un proyecto general de recuperación y rehabilitación de este núcleo urbano que está comenzando a dar sus frutos.
Se ha llevado a cabo una labor de rehabilitación para disponer de ocho a diez viviendas habitables de forma permanente, así como dotaciones municipales como la transformación de la iglesia en un local de reunión para el pueblo. Además, por parte de la Administración se han llevado a cabo obras de pavimentación de las calles y, como infraestructura fundamental para permitir el crecimiento sostenible del pueblo, la dotación de una depuradora.
Con una inversión de 100.000 euros, la nueva instalación ha permitido mejorar el antiguo sistema de saneamiento, que se resolvía mediante tres fosas sépticas individuales correspondientes a tres casas, de los que solo uno quedaba operativo. La nueva depuradora y las conducciones de saneamiento se han diseñado para hacer frente a las demandas actuales y también a ampliaciones futuras. Una vez se depura el agua, ésta vuelve al río Unciti, aguas abajo del barranco Recazar, que da nombre al mismo valle.
En torno a 40 personas, en su mayoría familias con hijos menores, viven actualmente en Zoroquiain y trabajan para dar nueva vida a su pueblo. Se trata de un ejemplo de lucha contra la despoblación, impulsado por las propias familias y auspiciado por las Administraciones, que promueve un urbanismo rural y sostenible, una gestión responsable de los residuos, la revitalización de la economía local y la participación ciudadana.
Urdax: depuradora para la localidad y sus barrios
Urdax y los barrios de Hiribere y Leorlas disponen desde 2019 de una nueva estación depuradora que da servicio a los más de 200 habitantes censados en estas áreas, tras una inversión de más de 600.000 euros.
Hasta la puesta en marcha de esta nueva instalación, el núcleo de Urdax disponía de una fosa séptica que recibía gran cantidad de aguas pluviales y, en ocasiones, se colmataba su capacidad de almacenamiento. Por otra parte, el barrio de Leorlas contaba con otra fosa séptica en estado de deterioro.
La necesidad de un proyecto conjunto para toda la localidad surgió hace más de una década tras la ejecución de las obras de saneamiento del barrio de Hiribere, que conducía los vertidos hasta un pozo de bombeo. Se planteó entonces conducir también el vertido del núcleo de Urdax y el del barrio de Leorlas hasta ese mismo bombeo. Sin embargo, buscando una mayor eficiencia técnica, se decidió construir una depuradora completa y única para todos estos puntos de vertido.
La nueva instalación, puesta en servicio en 2019, se ubica en el paraje “Komentuko Borda”, hasta donde se bombean los vertidos del barrio Hiribere y del núcleo urbano de Urdax. Leorlas se conecta mediante un sifón. Una vez depurada el agua, el vertido se realiza al río Ugarana.
Meoz: el pueblo de 20 personas que ya tiene depuradora
Una de las localidades más pequeñas en disponer de una depuradora completa es Meoz. Se trata de uno de los lugares habitados de Lónguida, con 20 habitantes censados. El proyecto, con un coste de en torno a 180.000 euros, ha permitido a la localidad disponer de sistema completo de depuración biológica y dejar en desuso la fosa séptica que se empleaba hasta la actualidad.
Meoz no presentaba actividad industrial que supusiera mayor carga contaminante para sus aguas, si bien actúa como escenario de segundas residencias y su población aumenta hasta llegar a triplicarse en periodos vacacionales o fines de semana. Ante el deterioro de la fosa empleada para la depuración y el emisario de conducción de aguas, el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Lónguida vieron necesaria la construcción de una estación depuradora.
La depuradora comprende el emisario de entrada, la estación y el emisario de salida, que lleva el agua limpia al barranco de Errekatxar, algunas veces seco en período de estiaje. El emisario de entrada arranca al final del casco urbano y cuenta con una longitud de 30 metros hasta llegar a la depuradora para tratar las aguas.
La planta dispone de un humedal artificial, dividido en dos áreas, de 25 metros cuadrados cada una y 80 centímetros de profundidad. Dado que la parcela donde se ha ubicado tiene una gran pendiente, se ha dispuesto una red de tuberías de drenaje que recoge el agua depurada y la conduce de la primera a la segunda área y finalmente hacia la arqueta de salida al barranco de Errekatxar.
Se trata de un ejemplo de la implantación del sistema de depuración en tres etapas (decantación, filtro y humedal) en localidades de menos de 200 habitantes. Para el año 2024, el objetivo establecido en el Plan Director del Ciclo Integral de Agua de Uso Urbano 2019-2030 es que todos los núcleos de más de 100 habitantes dispongan de depuración en tres etapas y la tasa actual supera ya el 98%.