Castilla-La Mancha fomentará el desarrollo de materiales biodegradables y sostenibles a partir de CO2
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El Gobierno regional de Castilla-La Mancha ha financiado en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) un proyecto de investigación para el desarrollo de materiales biodegradables y sostenibles a partir de CO2 y residuos agrícolas. Centrado en impulsar la Economía Circular, cuenta con un presupuesto de 120.000 euros.
Así lo ha dado a conocer el director de la Agencia de Investigación de Castilla-La Mancha, José Antonio Castro, quien ha explicado igualmente que el profesor Agustín Lara es el que dirige la iniciativa bajo el título "Diseño de nuevos materiales híbridos, biodegradables y sostenibles (MATHIBIOSOs)".
José Antonio Castro ha comentado que “hay que poner en valor la importancia de esta investigación, dado que los productos a partir de los cuales se prepararán los materiales se obtienen de la granilla de la uva o del hueso y residuos de la aceituna, y Castilla-La Mancha es la mayor productora de uva del mundo y la segunda productora de aceituna de España”.
“El proyecto, así, permite la valorización de estos recursos naturales, lo que contribuirá a una nueva industria sostenible y circular para luchar contra la despoblación de nuestra región, uno de sus mayores problemas que afecta sobre todo a las generaciones más jóvenes”, ha añadido el director de la Agencia.
El objetivo principal del proyecto es utilizar fuentes renovables como el CO2 y productos derivados de residuos de la biomasa para preparar nuevos materiales biodegradables y más sostenibles de interés industrial mediante procesos catalíticos
Muchos de estos residuos son generados en las zonas rurales de Castilla-La Mancha, con riesgos de despoblación, conocidas como zonas de Inversión Territorial Integrada (ITI) de Castilla-La Mancha, por los que los investigadores del proyecto realizan reuniones con empresarios del sector agrícola, bodegas y almazaras, donde se generan algunos de estos residuos, para difundir los objetivos del proyecto y los resultados y, así, fomentar la cultura innovadora.
Estos procesos, ha explicado José Antonio Castro, permiten, por un lado, valorizar residuos agrícolas y, por otro lado, captar las emisiones de CO2 para convertirlas en plásticos biodegradables a través de aplicaciones industriales.
Además, ha añadido el director de la Agencia de Investigación que, “el proyecto ha permitido también la contratación de un investigador predoctoral que se encuentra realizando su tesis en el desarrollo de complejos de metales abundantes como catalizadores para la preparación de materiales biodegradables”.