Día Mundial del Agua 2025: conservar los glaciares para garantizar el acceso al recurso más vital del planeta

Naciones Unidas centra este año la atención en la acelerada desaparición de los glaciares y su impacto en el abastecimiento hídrico, la seguridad alimentaria y la equidad global
21-03-2025

Como cada 22 de marzo, el mundo conmemora el Día Mundial del Agua, una jornada impulsada por Naciones Unidas para reflexionar sobre la importancia del bien más preciado de nuestro planeta y la necesidad de su gestión sostenible. Este 2025, el foco se centra en la conservación de los glaciares, un tema de especial relevancia dada su imparable y, cada vez más, acelerada desaparición, esenciales para el equilibrio hidrólogico global.

A menudo, los glaciares han sido descritos como los "centinelas del cambio climático". Su retroceso es una de las pruebas más evidentes del calentamiento global. No en vano, estas enormes masas de hielo almacenan cerca del 70% del agua dulce del planeta, y su deshielo afecta directamente a millones de personas que dependen de ellas para el abastecimiento hídrico, la agricultura y la generación de energía. Según un informe del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, podría perderse hasta un 60% del volumen glaciar mundial a finales de siglo. Otro estudio, publicado en noviembre de 2024 en la revista The Cryosphere, muestra un escenario poco esperanzador. Según sus autores, investigadores de la ETH de Zúrich y de la Vrije Universiteit Brussel, para el año 2100, los glaciares habrán perdido entre el 26% y el 29% de su masa. Cabe recalcar que estos resultados no tuvieron en cuenta datos de los glaciares de la Antártida ni de Groenlandia, aunque la cifra no deja de ser preocupante.

 

La desaparición de los glaciares es una amenaza global

El impacto que supone la pérdida de los glaciares va más allá de la reducción de las reservas de agua dulce. Su deshielo contribuye a la elevación del nivel del mar, amenazando gravemente a ciudades costeras y comunidades insulares. Bangladesh, Países Bajos, algunas islas del Pacífico como Tuvalu, Kiribati o las islas Marshall, así como diferentes regiones de Estados Unidos y países de África Occidental, por citar algunos casos, podrían enfrentar riesgos de graves inundaciones y la perdida de tierras. Además, la subida del nivel del mar afecta a la biodiversidad, alterando los ecosistemas fluviales y generando desequilibrios en el suministro de agua potable en grandes regiones del mundo.

De hecho, sobre este último punto, a nivel local, muchas ciudades que dependen de los glaciares para el suministro de agua ya están sintiendo las consecuencias. En América Latina, la ciudad de Lima, Perú, obtiene hasta el 60% de su agua potable de los glaciares andinos, que han perdido más del 40% de su superficie en las últimas décadas, según los datos publicados por MapBiomas. Al otro lado del mundo, en Asia, la región del Hindu Kush-Himalaya, conocida como el "tercer polo", abastece a cerca de 2.000 millones de personas, muchas de las cuales enfrentarán crisis hídricas en los próximos años.

 

Himalaya

 

La importancia de gestionar bien los recursos hídricos

El agua es un recurso finito y cada vez más escaso. Solo el 2,5% del agua del planeta es dulce, y de esta, más de dos tercios están congelados en glaciares o capas de hielo. Por lo tanto, esto deja disponible menos del 1% para el consumo humano, la agricultura, la industria y los ecosistemas naturales. Su gestión sostenible se hace fundamental para garantizar su disponibilidad a largo plazo.

Estos datos sumados a la creciente demanda de agua, el cambio climático y la contaminación están llevando a una crisis hídrica mundial. El informe de UN-Water 2023, estimó que más de 2.200 millones de personas carecen de acceso a agua potable y 4.200 millones no disponen de servicios de saneamiento que permitan obtener agua de manera segura. Lejos de reducirse, este problema solo crecerá más. Para el 2050, la demanda global de agua aumentará entre un 20% y un 30%. Por ello, es crucial que las administraciones promuevan estrategias de eficiencia hídrica, incluyendo la modernización del regadío, impulsando sistemas de riego por goteo o el telecontrol; la reutilización de aguas industriales para su uso en agricultura, zonas verdes urbanas e industria y la digitalización del ciclo del agua.

 

 

La adopción de planes de gestión integral del agua es clave para garantizar un reparto equitativo y sostenible. Esto incluye la implementación de sistemas de reciclaje , la protección de acuíferos y la regulación del uso industrial del agua para evitar su sobreexplotación. Por supuesto, la concienciación ciudadana juega un papel fundamental en la protección de los recursos hídricos. Es importante favorecer iniciativas educativas y programas de sensibilización que puedan ayudar a cambiar hábitos y fomentar una cultura del ahorro y el respeto por el agua.

 

La IA y la digitalización: nuevos aliados para la gestión del agua

Las nuevas tecnologías emergen como herramientas clave para enfrentar los desafíos de la gestión hídrica. La digitalización y la inteligencia artificial (IA) están permitiendo anticipar riesgos, optimizar infraestructuras y mejorar la eficiencia en el uso del agua.

 

En este sentido, Almudena BaronaAssociate Director y Water Business Leader en Arup España, señala que para garantizar la sostenibilidad de las reservas de agua dulce y su papel en el ciclo hidrológico “es clave adoptar estrategias que integren soluciones tradicionales con herramientas digitales avanzadas. La monitorización en tiempo real mediante inteligencia artificial y sensores inteligentes permite un seguimiento continuo de los niveles de agua, su calidad y los patrones de consumo, lo que facilita una gestión más eficiente y la detección temprana de riesgos, como la contaminación.”

 

Precisamente, una de las aplicaciones más innovadoras de la IA en la gestión del agua es el desarrollo de gemelos digitales, modelos virtuales que replican en tiempo real el comportamiento de infraestructuras hídricas y ecosistemas naturales. Gracias a ellos, los expertos pueden analizar diferentes escenarios y anticiparse a posibles crisis, mejorando la toma de decisiones.

 

Sobre esto, Barona añade que “el modelado predictivo y el análisis de datos hacen posible anticipar sequías, inundaciones y cambios en la disponibilidad del agua, permitiendo una respuesta más rápida y eficaz ante estos desafíos. La optimización de infraestructuras hídricas a través de soluciones basadas en datos mejora la eficiencia de embalses, sistemas de distribución y drenaje, reduciendo pérdidas y garantizando una mejor gestión del recurso. Al mismo tiempo, la protección de ecosistemas clave se fortalece con herramientas digitales que permiten evaluar el impacto ambiental de distintas estrategias y desarrollar soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de humedales para mejorar la recarga de acuíferos.”

 

Un compromiso global

El Día Mundial del Agua 2025 vuelve a ser una llamada de atención y de acción para la conservación de este bien. La desaparición de los glaciares no es solo una cuestión ambiental, sino una necesidad crítica para garantizar el próspero desarrollo de las comunidades. La combinación de políticas sostenibles, la inversión en tecnología y una mayor concienciación social será clave para enfrentar el desafío hídrico del siglo XXI.

 

”La participación ciudadana y la concienciación digital juegan un papel fundamental, ya que plataformas interactivas y aplicaciones móviles pueden ayudar a fomentar el uso responsable del agua y alertar sobre posibles riesgos de escasez, involucrando a la sociedad en la preservación de este recurso esencial”, concluye la experta.

 

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