
Cantabria impulsa su primera Estrategia de Bioeconomía y Economía Circular con una inversión de 387 millones
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El Gobierno de Cantabria ha puesto en marcha la I Estrategia Cántabra de Bioeconomía y Economía Circular, un ambicioso plan que guiará la transición de la región hacia un modelo económico más sostenible y competitivo en las próximas décadas. Con una inversión de 387,3 millones de euros hasta 2050, este proyecto impulsará 70 acciones concretas en el territorio, generando 11.747 nuevos empleos y promoviendo un crecimiento basado en la eficiencia de los recursos y la reducción del impacto ambiental.
Durante la presentación de la Estrategia, el consejero de Fomento, Vivienda, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Roberto Media, destacó la importancia de este plan como un hito en la transición verde de Cantabria, además de una extraordinaria oportunidad para el desarrollo económico sostenible. Según sus palabras, esta iniciativa no solo permitirá preservar el entorno natural y la biodiversidad de la comunidad, sino que también fortalecerá el tejido social y productivo de la región.
El proyecto, que ha recibido la aprobación del Consejo de Gobierno, tiene una misión clara: combatir el cambio climático, fomentar la resiliencia del territorio y aumentar la competitividad de Cantabria a través de la gestión eficiente de los recursos. Para lograrlo, el documento plantea un modelo basado en la cohesión territorial y la colaboración público-privada, sumando esfuerzos de las administraciones, las empresas y la ciudadanía.
Según explicó el consejero, la Estrategia tiene una doble vertiente. Desde un punto de vista ambiental, busca cumplir los compromisos climáticos y reducir el impacto ecológico de las actividades económicas. Desde una perspectiva económica, pretende optimizar el uso de los recursos, minimizar la generación de residuos y abrir nuevas oportunidades de negocio en sectores clave. Se prevé que su impacto en la producción regional sea significativo, con un incremento del 40% en la actividad de los sectores ligados a la bioeconomía y la economía circular. En particular, en el sector primario se estima un crecimiento de hasta el 60%, mientras que en la industria el aumento será del 20%.
Ejes de actuación y objetivos concretos
El documento recoge una estrategia detallada que abarca seis grandes ecosistemas de actuación: Bioeconomía y Sector Primario, Gestión de Residuos, Industria, Construcción, Turismo y Administraciones Públicas. Cada uno de ellos contará con medidas específicas orientadas a la transformación productiva y ambiental de la comunidad.
En el ámbito de la Bioeconomía y el Sector Primario, uno de los objetivos más ambiciosos es reducir en un 50% el uso de plaguicidas químicos y en un 25% los fertilizantes antes de 2030. También se pretende incrementar en un 25% la superficie agrícola dedicada a la producción ecológica y reducir en un 20% las pérdidas de alimentos en las cadenas de suministro.
En materia de gestión de residuos, la Estrategia busca impulsar el reciclaje y la reutilización. Se espera que para 2030 al menos el 50% de los residuos domésticos y comerciales, como papel, vidrio, plásticos y biorresiduos, sean reciclados. En el sector de la construcción, se plantea alcanzar un 70% de reutilización de residuos no peligrosos procedentes de obras y demoliciones, contribuyendo así a un modelo más eficiente en el uso de materiales.
Otro de los sectores clave será la industria y la construcción, donde se trabajará para reducir la generación de residuos en la extracción de materias primas y mejorar la eficiencia en los procesos constructivos. En paralelo, en el sector del turismo, se fomentará la sostenibilidad a través del impulso del agroturismo, la certificación ambiental y el aumento en un 20% del uso de energías renovables en los establecimientos turísticos para 2030.
En cuanto a la Administración Pública, el objetivo será promover la compra verde y sostenible, garantizando además un seguimiento riguroso del cumplimiento de la Estrategia para asegurar que las medidas adoptadas tengan un impacto real y medible en la transición ecológica de la región.
Metas para 2030 y 2050
El horizonte temporal de la Estrategia está dividido en dos grandes etapas. Para 2030, el plan prevé una serie de objetivos concretos que incluyen la reducción en un 30% del consumo de materiales en relación con el PIB, tomando como referencia el año 2010. También se plantea disminuir en un 15% la generación de residuos, reducir a la mitad la cantidad de desperdicios alimentarios y garantizar que todos los envases sean reutilizables o reciclables. En términos de sostenibilidad ambiental, se pretende lograr una disminución del 55% en las emisiones netas de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990 y mejorar en un 10% la eficiencia en el uso del agua.
De cara a 2050, el objetivo principal será lograr una economía completamente circular, en la que los residuos generados sean mínimos y los recursos se utilicen de manera eficiente. En materia energética, la Estrategia aspira a que Cantabria se convierta en un territorio neutro en emisiones de carbono, mientras que en el ámbito de la gestión hídrica se trabajará en mejorar la eficiencia en línea con los estándares europeos.
Un modelo de gobernanza participativa para el éxito del plan
Para garantizar la correcta implementación y seguimiento de la Estrategia, el Gobierno de Cantabria ha apostado por un modelo de gobernanza participativa y multinivel, que requerirá una estrecha coordinación entre las administraciones públicas y los diferentes actores sociales, empresariales y académicos.
En este sentido, se crearán dos nuevos observatorios dentro del Consejo Asesor de Cambio Climático: uno centrado en la Economía Circular y otro en el Cambio Climático, ambos bajo la supervisión de la Dirección General de Medio Ambiente. Además, se establecerá una unidad de coordinación específica para la Estrategia, con un responsable que supervisará su desarrollo y adaptación a lo largo del tiempo.
El consejero Media ha insistido en la importancia de que este plan sea un documento vivo y en constante evolución, adaptándose a los cambios en la normativa y a las necesidades del territorio. "Esta Estrategia nace con la vocación de integrar las políticas públicas de la Comunidad Autónoma y servir como un marco de referencia para la transición ecológica de Cantabria", afirmó.
Inversión y perspectivas económicas
La puesta en marcha de la Estrategia contará con una primera fase de inversión entre 2024 y 2030, en la que se destinarán 197 millones de euros. Según las estimaciones del Gobierno, este desembolso tendrá un efecto multiplicador en la economía, con un impacto positivo en la producción total cifrado en 796 millones de euros.
Con este plan, Cantabria da un paso decisivo hacia un modelo de desarrollo más eficiente, resiliente y sostenible, posicionándose como una referencia en la transición ecológica a nivel nacional e internacional.