Avalados por la justicia los caudales de emergencia impuestos durante la sequía aguda en Cataluña
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El 7 de febrero se interpuso una denuncia contra la aplicación de los Acuerdos de Gobierno (GOV 17/2024) en la que se establecían los caudales de emergencia en los ríos Muga, Ter y Llobregat durante la fase de emergencia por sequía. Estos caudales se establecieron con el objetivo de preservar más agua en los embalses de las cuencas internas para evitar llegar al desabastecimiento de la población en el peor momento de la grave sequía que vive el país desde finales de 2021. Hay que recordar que en marzo las reservas en los embalses de las cuencas internas estaban por debajo del 14%
Una vez realizada la investigación, Fiscalía avala las decisiones y medidas tomadas y no ha apreciado la existencia de un delito contra el medio ambiente. Fiscalía considera que la Agencia Catalana del Agua ha dado cumplimiento a la normativa aplicable en las situaciones de emergencia por sequía (Plan Especial de actuación en situación de alerta y eventual sequía) reduciendo los caudales circulantes de los ríos Muga, Ter y Llobregat dada la situación de sequía extrema que ha vivido el territorio en los últimos tres años, asegurando y garantizando el abastecimiento de agua a la población y adoptando todas las medidas necesarias para preservar el medio ambiente, el ecosistema y asegurar la perdurabilidad de las especies acuáticas.
Caudales de emergencia en el Ter, Llobregat y Muga
En estos tres ríos el acuerdo de Gobierno 17/2024 establecía unos nuevos caudales de emergencia en tres tramos: en el Llobregat en Sant Joan Despí se proponía un caudal de 250 litros por segundo, en el Ter desde el Pasteral hasta su desembocadura sería de 600 litros por segundo y en la Muga, desde Pont de Molins hasta el mar, se fijaría un caudal de 40 litros por segundo.
Durante el tiempo que duraba esta reducción de caudales se fijaron también unos incrementos de caudal controlados para el mantenimiento de unas condiciones ecológicas dirigidas a la recuperación del estado de las masas de agua, superada esta situación de sequía así como un cuidado programa de vigilancia y seguimiento con tomas de muestras y controles analíticos semanales en los tramos implicados.
Estas hidropuntas se han realizado 2 veces por semana y durante seis horas en cada maniobra. En el caso del Llobregat se liberaban 500 litros por segundo; en el caso del Ter 3.000 litros por segundo y en la Muga 300 litros por segundo
Esta propuesta de caudales de emergencia se analizó con profundidad desde la vertiente técnica en lo que se refiere a la optimización de la gestión del agua como aquella que tiene relación con la conservación medioambiental del entorno. El estudio de los parámetros propuestos no sólo aseguraban la disponibilidad de agua para los embalses, sino que permitían garantizar la reversibilidad del impacto de la medida sobre la biodiversidad de los tramos de ríos afectados, por tanto, los posibles efectos adversos sobre el entorno.
El efecto de ralentización de la pérdida de reservas retrasaba en 136 días el agotamiento del sistema Ter Llobregat, que pasaría a producirse el 5 de marzo de 2025, incrementando las opciones de nuevas aportaciones en primavera y otoño de 2024 ( que si se produjeran aún retrasarían más el agotamiento del sistema). En cuanto a Darnius Boadella, el agotamiento del embalse se retrasaría en 240 días, pasando a producirse en diciembre de 2025.
La recuperación de las reservas durante los meses de mayo y junio ha permitido revertir esta medida excepcional y normalizar los caudales ambientales en las tres cuencas afectadas.