Aqualia refuerza la lucha contra las fugas de agua con tecnología y sostenibilidad como pilares

En el Día Mundial del Agua, Aqualia destaca la labor invisible de sus profesionales y apuesta por la digitalización para combatir las pérdidas hídricas, ya que España afronta el reto de renovar su envejecida red de abastecimiento

Desde hace más de tres décadas, Naciones Unidas celebra el 22 de marzo el Día Mundial del Agua para recordar la importancia de este recurso vital y concienciar a la población sobre los 2.200 millones de personas que viven sin acceso a agua potable gestionada de forma segura, y reivindicando la necesidad de pasar a la acción para hacer frente a la crisis mundial del agua. 

En España, la práctica totalidad de la población tiene acceso al agua potable y al saneamiento, gracias a una extensa red de suministro de 460.000 km, longitud suficiente para dar la vuelta a la Tierra por el Ecuador casi 12 veces. Además, el sector del agua en España cuenta con empresas consideradas entre las líderes mundiales, tecnológicamente avanzadas, que aportan soluciones eficientes y responsables en la gestión de este recurso; con profesionales que trabajan las 24 horas del día y los 365 días del año para que el servicio no falle. 

En la conmemoración de este día, Aqualia pone en valor la gestión del ciclo integral del agua y a sus profesionales, un trabajo que a menudo está oculto pero que posibilita el desarrollo de la vida en cualquier localidad.

 

Mucho más de lo que ves 

La gente solo piensa en el agua cuando falta, pero el mejor indicador de que hacemos bien nuestro trabajo es que nadie hable de nosotros”, afirman desde Aqualia. Las redes de abastecimiento y saneamiento constituyen una infraestructura vital, que posibilita que al abrir los grifos salga el agua y que, tras su uso, se pueda devolver al medio en buenas condiciones. 

A las ciudades y pueblos llega el agua potable tras un viaje de no pocos kilómetros, procedente de manantiales, embalses y presas próximas. Sin embargo, un gran porcentaje de esas redes llevan en operación más de 40 años, aumentando la probabilidad de producirse incidencias en las tuberías. Una de las más comunes son las fugas, un grave problema en todo el mundo, también en España. 

El concepto Agua No Registrada (ANR) abarca el agua que se pierde debido a fugas, roturas, fallos en la lectura de los contadores, fraudes y consumos no autorizados. El ANR es un enemigo contra el que Aqualia lucha cada día. 

Las fugas se combaten en equipo: por un lado, a través de un sistema digitalizado, y por otro, a pie de calle. El trabajo arranca desde los puestos de telecontrol de Aqualia, en los que los responsables y técnicos controlan que todo el sistema de un municipio funcione correctamente. Aquí, a través de sus pantallas, controlan lo que ocurre en los kilómetros de tuberías que se esconden bajo el suelo y que tienen monitorizados gracias a los sectores de control. Los dispositivos que monitorizan estos sectores están anclados a las tuberías de la localidad y ofrecen información continua del caudal y las presiones. 

En los puestos de control hay personas que controlan a diario que los datos emitidos se encuentren dentro de la normalidad o si existe algún desvío, señal de alerta sobre una anomalía en las tuberías.  Esta serie de tecnologías indican en qué zona hay una fuga de agua, acotándola a dos o tres calles, y es entonces cuando el operario “buscafugas” localiza el punto exacto a través de las vibraciones que produce la pérdida de agua en el subsuelo. Tradicionalmente estos especialistas actuaban de noche, cuando menos ruido hay en las calles y el consumo de agua es mínimo, equipados con instrumentos para rastrear las calles captando el sonido del subsuelo con un amplificador. Poco a poco, los nuevos sistemas de localización remota de fugas en la red de agua mediante sensores se están imponiendo, reduciendo el plazo que discurre desde que se detecta una fuga hasta su localización. El control de pérdidas de agua es cada vez mayor gracias a la tecnología.

No obstante, continúa siendo imprescindible el mantenimiento de una infraestructura que cada vez se va haciendo más antigua. La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) cifra en 350 millones anuales la inversión necesaria para hacer frente a las pérdidas reales de agua en las redes de abastecimiento en España. En su último Informe, señala que el porcentaje de renovación de estas redes alcanza tan solo el 0,2 %, “muy por debajo del 2 % ideal para el mantenimiento de las infraestructuras en condiciones de sostenibilidad”. En el último Informe de SEOPAN (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras de España), se refleja que España es el país europeo que menos está invirtiendo en la red en el periodo 2014-2027 (0,14 % frente a una media en Europa de 0,32 %).

Aqualia, con su Plan Estratégico de Sostenibilidad 2024-2026 como guía, ha desarrollado planes para reducir los volúmenes de agua no registrada y mejorar la eficiencia de las redes de agua en los municipios en los que presta servicio.  Una de sus apuestas es la digitalización. Además de implantar cada vez más tecnología y digitalización en sus sistemas, actualmente posee 558 servicios utilizando sus aplicaciones de movilidad propias (GEO y NOW) para optimizar sus operaciones de trabajo; y ya cuenta con 71 servicios en España trabajando con big data e Inteligencia Artificial, el doble que en el año 2022

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