La Agencia de Residuos de Cataluña lanza un paquete de ayudas por dos millones de euros para retirar amianto
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La Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) ha abierto una nueva convocatoria de ayudas para la retirada, en origen, de residuos de materiales de aislamiento y de la construcción que contengan amianto para que se efectúe con las óptimas condiciones, mejorar el medio ambiente y minimizar el riesgo de que este material conlleva para la salud pública.
Se podrán beneficiar de esta línea de subvenciones, dotada con dos millones de euros, las personas propietarias de bienes inmuebles que contengan elementos de amianto procedentes de la construcción y que impulsen el desamiantado. Pueden ser personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, y comunidades de vecinos. Este año se ha doblado la ayuda máxima respecto la convocatoria del año pasado, llegando hasta los 12.000 €. El importe de la ayuda incluye la manipulación y la retirada del amianto, y su transporte, gestión y tratamiento mediante las empresas inscritas en el Registro de empresas con riesgo de amianto (RERA).
Compromiso para erradicar el amianto
La gran mayoría de residuos de amianto surgen de los escombros, de las reparaciones y de las operaciones de retirada de materiales con amianto en edificios, instalaciones y maquinaria y se recogerán de forma separada del resto de residuos que se puedan generar. A finales del año pasado, la Generalitat constituyó la Comisión interdepartamental para la erradicación del amianto en Cataluña, constituida por representantes de los departamentos de Presidencia; Vicepresidencia y de Economía y Hacienda; Trabajo, Asuntos Sociales y Familias; salud; Territorio y Sostenibilidad; Empresa y Conocimiento; educación; así como representantes de la Asociación Catalana de Municipios y Comarcas; y de la Federación de Municipios de Cataluña.
Las ayudas que se publican ahora van en la línea de las acciones que promueve la comisión, según la normativa europea que persigue la eliminación segura del amianto. Este producto está prohibido en Cataluña desde 2001, aunque se calcula que el amianto instalado todavía supone más de cuatro millones de toneladas de fibrocemento, una gran parte del cual ha llegado o está llegando al final de su vida útil.