El agua como producto forestal que mejora la gestión de los bosques semiáridos
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“Es necesario mirar el agua como un producto forestal ya que modula la producción de alimentos y biomasa, regula la humedad del suelo hidratando la planta y por tanto, mejora la prevención de incendios".
Esta fue unas de las principales conclusiones alcanzadas durante las jornadas de presentación realizadas por el grupo de Ciencia y Tecnología Forestal (Re-FoReST) del IIAMA, a los diferentes técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente de las tres delegaciones provinciales de la Generalitat Valenciana.
Bajo el título "Gestión Forestal ante el Cambio Climático", Antonio Del Campo, Alberto García Prats y María González abordaron diferentes estudios y proyectos, que determinan que la silvicultura de base ecohidrológica es la más adecuada para la gestión forestal de los bosques mediterráneos, sobre todo en escenarios de escasez de agua.
En primer lugar, el profesor Del Campo afirmó que la provisión tradicional de los servicios ecosistémicos de los bosques mediterráneos, “se ha visto alterada entre otros factores por el impacto del cambio climático y la falta de gestión forestal”. Por este motivo, abogó por una selvicultura de base eco-hidrológica que cumpla con “objetivos económicos, ecológicos y sociales” de forma sostenible y sitúe al agua en el centro de la planificación y gestión.
“La gestión forestal basada en la ecohidrología es un enfoque integrado que sitúa al agua en el centro de la planificación y gestión del bosque y que persigue manipular y optimizar las interacciones entre los bosques y el agua mediante un enfoque de base ecosistémica. Esto significa que otras variables como el crecimiento y vigor de los árboles/masa, las propiedades del suelo y los ciclos biogeoquímicos, la sensibilidad al clima de los árboles o la disminución del riesgo de incendios forestales, deben también ser explícitamente considerados y cuantificados en los objetivos de gestión”, explicó el responsable del grupo Re-FoReST.
Además, el investigador del IIAMA aseveró que este tipo de gestión forestal ayuda a combatir el cambio climático: “se ha comprobado que, a pesar del aumento de temperatura, el stock de carbono crece en los bosques gestionados”.
En esta misma línea se expresó Alberto García Prats, quien indicó que la baja productividad del bosque mediterráneo “obliga a buscar alternativas de gestión que mejoren su adaptación al cambio climático”.
De este modo, señaló que para determinar qué tipo de gestión forestal es más óptima, se deben desarrollar modelos de soporte a la decisión que “ayuden a integrar, valorizar y cuantificar los servicios ecosistémicos”.
Por ello, factores como el ciclo del agua, los ciclos del carbono y nitrógeno del suelo, la productividad o el riesgo de incendio forestal “deben incorporarse a los distintos modelos y una vez se tengan los resultados de los escenarios simulados, construir una red bayesiana que refleje las opciones de gestión y cuáles son las más óptimas”, sostuvo el investigador del IIAMA.
El proyecto LIFE RESILIENT FORESTS
Por su parte, María González explicó el trabajo que se está realizando en el proyecto LIFE "RESILIENTFORESTS", donde se va a desarrollar un software que sea capaz de determinar qué tipo de gestión forestal es más adecuada para maximizar la rentabilidad de los servicios ecosistémicos del bosque.
“Diferentes estudios y proyectos que hemos realizado, muestran que la combinación de factores como la producción de biomasa, el aumento de los recursos hídricos o la reducción del riesgo de incendio, resultan claves para que la gestión forestal sea atractiva, tanto para la administración como para los propietarios forestales, y esto es lo que se busca cuantificar en el software", resaltó la investigadora valenciana.
Durante su intervención, la investigadora del IIAMA detalló el trabajo que se realiza en la cuenca del Carraixet “donde se calibrará el modelo y que posteriormente se replicará en la cuenca del Turia, en una cuenca mediterránea del área portuguesa y en otra seleccionada por los socios alemanes”, manifestó la investigadora valenciana.
De hecho, en este proyecto europeo participan investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV), el Ayuntamiento de Serra (València), la Associação para o Desenvolvimento da Aerodinâmica Industrial (ADAI) de Portugal, el Institute of Energy and Climate Research (IEK) de Alemania y la European Biomass Industry Association (EUBIA) de Bélgica.
Por último, durante las jornadas se buscó potenciar la colaboración de los técnicos mediante la formulación de una serie de preguntas interactivas, cuyas valoraciones y recomendaciones se incorporarán en la configuración de la futura herramienta.
“Nos interesa conocer los aspectos que los técnicos consideran relevantes y necesarios, ya que son ellos los potenciales usuarios del software”, concluyó la Dra. González.