El valor del agua, más pronto que tarde
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Cuando empezó a fraguarse la idea de articular una alianza como StepbyWater, casi nadie podía imaginar lo que nos aguardaba. A pesar de las muchas y reiteradas advertencias de enfrentarnos al riesgo más que posible de una pandemia global como la que vivimos, casi nadie podía creer que, en marzo de 2020, el mundo no solo se enfrentaría a una crisis sanitaria mundial como la derivada de la COVID-19, sino que poco más de un año después, seguiríamos envueltos en un atolladero de consecuencias aún impredecibles, que adquiere tintes dramáticos.
Hace solo un año, nada ni nada podía imaginar que el futuro de entonces, quedaría empañado por los estragos de la COVID-19 en nuestras vidas, en nuestras sociedades, en nuestras culturas, en nuestros modelos de producción. Parecían agoreros de malas noticias quienes presagiaban la incapacidad de la humanidad para afrontar una embestida de semejante magnitud; y que ha puesto en jaque la idiosincrasia de la presente generación y que condicionará en gran medida el carácter de las generaciones venideras.
Y lo cierto es que la humanidad en su conjunto, liderada por gobiernos y gobernantes, entes supra, inter e intranacionales, el sector económico y empresarial, el ámbito de la innovación y la investigación… tienen cierta responsabilidad. Todos la tenemos respecto de la falta de previsión para afrontar riesgos y crisis de los que hemos sido reiteradamente advertidos.
Anticiparnos a la posibilidad de una crisis del agua supone anticiparse en la previsión, provisión y generación de las más creativas respuestas ante el gran desafío de impulsar el desarrollo sostenible como el único de los desarrollos posibles.
Del riesgo de una pandemia relacionada con la propagación de un virus, fuimos alertados, año tras año, por voces prescriptoras, como el Foro Económico Mundial, que, desde hace años, también nos viene advirtiendo del riesgo probable de una crisis relacionada con el agua. O, con una crisis de recursos naturales que es la nueva categoría a la que responde desde este año. La humanidad no puede permanecer impasible y seguir haciendo oídos sordos ante los peligros que nos acechan. Peligros o desafíos, dependiendo de si queremos ver el vaso medio lleno o medio vacío. Anticiparnos a la posibilidad de una crisis del agua supone anticiparse en la previsión, provisión y generación de las más creativas respuestas ante el gran desafío de impulsar el desarrollo sostenible como el único de los desarrollos posibles.
Anticiparnos al riesgo de afrontar el reto del agua con diligencia, responsabilidad, compromiso y firmeza es poner en valor la importancia para la vida de un recurso crucial y vital, a la par que escaso.
Valorar la importancia del recurso hídrico para nuestras sociedades, para nuestras economías y para nuestro sistema productivo, en un marco de concienzudo respeto al medioambiente es contribuir a regar desde hoy, las semillas que habrán de dar sus frutos mañana.
Si en el corto, medio o largo plazo, el mundo ha de responder con urgencia a una crisis por escasez de agua y saneamiento será un acto de irresponsabilidad; porque, a estas alturas, nadie podrá decir que no lo sabíamos. Porque, como de la probabilidad de que un virus corriese como la pólvora, o de una crisis relacionada con el clima, albergamos la probabilidad de enfrentarnos, con urgencia, a nuevos dramas relacionados con la escasez de agua o con la manifestación del cambio climático, en fenómenos meteorológicos extremos.
Valorar la importancia del recurso hídrico para nuestras sociedades, para nuestras economías y para nuestro sistema productivo, en un marco de concienzudo respeto al medioambiente es contribuir a regar desde hoy, las semillas que habrán de dar sus frutos mañana.
Y es justo el espíritu de anticipación y conciencia y la voluntad de contribuir a acelerar el logro del ODS 6, Agua y Saneamiento, central y estratégico en la Agenda 2030, y sus respectivas metas; y de la vocación de sumarse como agentes del cambio y parte de la solución, en torno a la llamada para entrar en acción del Decenio de la ONU, Agua para el Desarrollo Sostenible, 2018-2028, donde StepbyWater encuentra su razón de ser.
Para poner en valor la importancia del agua, en 2020, vio la luz la alianza StepbyWater, la primera en España en torno al Decenio para la Acción de la ONU, y con presencia internacional, integrada hoy por más de una veintena de organizaciones comprometidas con la sostenibilidad del recurso hídrico; y que, en un contexto de alianza multisectorial, adalid del espíritu del ODS 17 de Naciones Unidas, alianzas, se han implicado como agentes del cambio para aportar soluciones y respuestas, en un marco de innovación, participación, creatividad, experiencia y conocimiento, al desafío de dotar al agua de la importancia, el valor y el protagonismo que tiene para el desarrollo sostenible.
El agua… el valor del agua… debe pasar a formar parte de las prioridades de nuestros gobiernos, de las empresas y de la sociedad civil.
Aún estamos a tiempo de sumarnos a la corriente del cambio y de considerar que toda transformación, revolución cultural y reconstrucción requieren considerar el agua como elemento central e imprescindible. El agua… el valor del agua… debe pasar a formar parte de las prioridades de nuestros gobiernos, de las empresas y de la sociedad civil. Aún estamos a tiempo de dotar al agua del valor que le corresponde.
StepbyWater es una iniciativa integral. Bajo una sola marca #StepbyWater, se aúna, aglutina, propicia e impulsa de una forma integrada, holística, transversal y en un marco de alianzas, iniciativas supranacionales clave, como la Agenda 2030, el Decenio de Acción para el Agua, los Acuerdos de las diferentes Cumbres por el Clima y las Agendas urbanas, posicionándose de esta forma como actores indispensables en la “Revolución Cultural del Agua”, en un momento en el que unánimemente se han alineado estrategias para la impulsar la Agenda 2030 y sus ODS.