El reciclaje de plástico alimentario PET, un referente nacional: TorrePET by Veolia
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En 2025, todos los países pertenecientes a la Unión Europea estarán obligados por ley a reciclar, como mínimo, el 25 % de los envases de plástico que generan. Unos años después, para 2030, y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y del compromiso mundial para reducir los plásticos de un solo uso, se establece que al menos un 30 % del material de las botellas de bebidas a nivel mundial – que, en su mayoría, están fabricadas con plástico – ha de ser material reciclado.
La ONU es clara en este aspecto. En la última Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el máximo órgano mundial para preservar la salud de nuestro planeta, celebrada en Nairobi el pasado mes de marzo, se argumentaba que “la contaminación del plástico se ha convertido en una epidemia”. Y es que, aunque es cierto que en los últimos años se han logrado grandes avances en cuanto al reciclaje de este material, todavía nos encontramos ante la coyuntura de que, para alcanzar algunos de los objetivos impuestos, debemos duplicar mundialmente la capacidad actual de reciclaje.
Los desafíos ecológicos que, por su difícil y lenta degradación, plantea el plástico, requieren de soluciones que aborden su ciclo de vida completo, incluyendo la producción, el diseño y la eliminación, con alternativas sostenibles y medioambientalmente responsables. Veolia, en su firme compromiso por cambiar los patrones de producción y consumo de nuestro planeta, cuenta con la primera planta de la Península Ibérica capaz de reciclar el ciclo de vida completo de una botella: TorrePET, situada en Torremejía, en la provincia de Badajoz, y que centra sus esfuerzos en el reciclaje del plástico PET, uno de los más utilizados en la industria de gran consumo y, más específicamente, en la industria alimentaria.
Veolia cuenta con la primera planta de la Península Ibérica capaz de reciclar el ciclo de vida completo de una botella: TorrePET, situada en Torremejía, en la provincia de Badajoz, y que centra sus esfuerzos en el reciclaje del plástico PET.
Ciclo de vida del plástico PET: de lineal, a circular
Veolia, compañía líder en gestión de agua, residuos y energía, a través de su marca TorrePET, está especializada en la producción de granza de PET reciclado de grado alimentario de la más alta calidad. Fundada en 2005, se trata de todo un referente nacional en el ámbito del reciclado de plástico PET: la planta es capaz de gestionar más de 40.000 toneladas de residuos plásticos al año, 20.000 toneladas de granza de PET reciclado con calidad alimentaria para botellas, y 5.000 toneladas de otras materias primas secundarias.
La planta de TorrePET gestiona más de 40.000 toneladas de residuos plásticos al año
Esta actividad supone la mayor recuperación y reciclaje que existe en el mercado de recipientes alimentarios para la reutilización del plástico PET. Con ella, Veolia contribuye a que los residuos que generamos se conviertan en recursos, fomentando con ello el desarrollo sostenible de las sociedades y la conservación del medioambiente.
Y es que el lema de Veolia es, precisamente, “resourcing the world”: contribuir a desarrollar el acceso a los recursos del mundo, a preservarlos y a renovarlos mediante el fomento de la economía circular. Todo ello, bajo el propósito de la compañía de combatir las diversas formas de contaminación y acelerar la transformación ecológica del planeta, cambiando nuestros patrones de producción y consumo. En este sentido, Veolia encuentra y ofrece soluciones para apoyar a sus clientes en su camino hacia la sostenibilidad ambiental.
TorrePET es un referente nacional en el ámbito del reciclado de plástico PET: la planta es capaz de gestionar más de 40.000 toneladas de residuos plásticos al año, 20.000 toneladas de granza de PET reciclado con calidad alimentaria para botellas, y 5.000 toneladas de otras materias primas secundarias.
Actividad de la planta de TorrePET by Veolia: ¿cómo funciona?
En TorrePET, cuatro líneas de producción independientes (tres de producto y una de residuo) permiten garantizar la calidad del producto reciclado obtenido, a la par que reducen las emisiones en los procesos. Cada una de estas líneas está destinada a la fabricación de un producto diferente. De esta manera, cualquier proceso en la planta comienza con los envases PET recibidos de los ecoparques, que son separados mediante selectores ópticos y de los que se obtienen fracciones de PET transparente, PET color y tapones de HDPE (Polietileno de alta densidad).
Con respecto a las tres líneas de producción de nuevos envases reciclados, se opera de la siguiente manera: las balas de PET son introducidas en la línea uno, donde se selecciona el material PET transparente y ligeramente azulado del resto de materiales y del PET coloreado. Una serie de procesos complejos depuran este PET en la zona de reciclado, convirtiéndolo en una resina alimentaria que es distribuida a algunos de los principales distribuidores de alimentación, y con la que fabrican, entre otros, botellas de agua mineral o de refresco.
El material PET coloreado separado pasa a la línea dos, donde -mediante un proceso similar- se obtiene un producto de valor añadido inferior, pero altamente apreciado por los clientes. En tercer lugar, todos los tapones y etiquetas que se obtienen de las botellas de la primera línea, junto con los tapones solidarios que TorrePET compra a diversas ONGs, se convierten en materiales de polietileno destinados a hacer cajas de fruta, piezas de vehículos e, incluso, juguetes.
Los residuos que no sirven para ninguna de las tres líneas anteriores se convierten en nuevos recursos (revalorización energética mediante combustible derivado de residuos), fomentando con ello el desarrollo de la economía circular. Estos materiales separados sufren un tratamiento especial de molienda, lavado y extrusión para conseguir pequeñas piezas de plástico de, aproximadamente, dos milímetros.
A la vanguardia tecnológica
La planta cuenta con un desarrollo propio de I+D y tecnología avanzada, lo que le ha permitido situarse a la vanguardia del reciclado de este tipo de plástico alimentario. Desde sus orígenes, la capacidad productiva de la compañía no ha dejado de crecer y de ofrecer los más altos estándares de calidad alimentaria.
Además de los estrictos controles realizados en cada fase de este proceso productivo, TorrePET cuenta con las certificaciones más exigentes que garantizan la calidad y el respeto por el medio ambiente. La planta, además, posee la Autorización Ambiental Unificada emitida por la Junta de Extremadura y diferentes certificaciones de organismos externos tan prestigiosos como la Universidad de Zaragoza o el Instituto Fraunhofer.
El reciclaje de plástico PET cobra cada vez más importancia, teniendo en cuenta la creciente preocupación de la sociedad a nivel global, que ve como los residuos plásticos derivados de sus actividades son cada vez mayores. Nuestros hábitos de producción y consumo de plástico se están convirtiendo en uno de los más considerables problemas de nuestra época, habiendo sido calificado incluso de “pandemia”.
En este contexto, resulta imprescindible que los productores de la industria alimentaria opten por una alternativa medioambientalmente responsable en la fabricación y comercialización de sus productos. No es suficiente con reducir el consumo, sino que debemos aventurarnos a crear y apostar por nuevas vías que favorezcan la reutilización de estos materiales.
Con el propósito de garantizar un futuro mejor y más sostenible para todos, Veolia, a través de su planta de reciclaje TorrePET, asume el compromiso de poner sus soluciones al servicio de la preservación de la naturaleza y la biodiversidad.
Reportaje publicado en el número 238 de RETEMA.