Perspectivas para una producción y consumo circular de textiles en la UE
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La producción y el consumo de textiles en la Unión Europea tienen un impacto significativo en el medio ambiente y el clima. En el marco de su contribución al Plan de Acción para la Economía Circular de la UE, la AEMA estimó en un informe sobre los textiles y el medio ambiente que, considerando una perspectiva de ciclo de vida mundial y para una selección de presiones ambientales cuantificables, el consumo de textiles en Europa supone, de media, la cuarta mayor presión sobre el medio ambiente y el cambio climático, después de la vivienda, los alimentos y el transporte.
En términos concretos, se ha visto que el consumo textil es el tercer responsable del uso de suelo y agua en la cadena de valor, y el quinto mayor uso de recursos materiales y emisor de gases de efecto invernadero. Asimismo, las sustancias químicas presentes en los textiles generan varias presiones e impactos y este año estudiaremos las cantidades y repercusiones de los PFAS de los textiles.
Los resultados del estudio sobre los impactos de los textiles han servido de base para la Estrategia de la Unión para la circularidad y sostenibilidad de los productos textiles, que se publicó en marzo de 2022 y que el Parlamento Europeo está utilizando para elaborar ahora su dictamen sobre la estrategia de la UE de los productos textiles.
¿Qué ocurre en la Unión Europea con las prendas de vestir que se desechan?
Actualmente, la mayoría de textiles usados en la UE se desechan como parte de los residuos municipales y luego se incineran para producir energía, pero desconocemos el volumen exacto de este flujo de desechos. De media, el 38 % de los textiles se dona para su reutilización y reciclaje, pero solo alrededor del 10 % de la ropa donada en la UE se vende en ese mismo país y otro 10 % en otros países de la UE. La mayor parte de los productos textiles donados se exporta después a África y Asia.
En el último informe de la AEMA sobre los productos textiles titulado Las exportaciones de la UE de textiles usados en el contexto de la economía circular europea, se puso de manifiesto que las exportaciones de la UE de textiles usados se han triplicado en dos décadas hasta alcanzar casi 1,7 millones de toneladas al año en 2019.
Alrededor del 46 % del total se exportó a países de África (principalmente a Túnez, Ghana y Camerún), donde algo más de la mitad se reutilizó y el resto se depositó en vertederos o se desechó en basureros informales. En torno al 41 % se exportó a Asia (principalmente a Pakistán, Emiratos Árabes Unidos y la India), donde algunos de los textiles se reciclan mecánicamente y otros se reexportan a otros países de Asia y África.
En general, existe un enorme desconocimiento sobre estas exportaciones y sobre lo que sucede con los productos textiles usados en África y, especialmente, en Asia. Actualmente, vemos un gran interés tanto político como mediático por este tema. En 2025, todos los Estados Miembros de la UE tendrán la obligación de recolectar los textiles por separado, por lo que esperamos que aumente la cantidad de textiles usados que se recogen.
¿Qué pueden hacer los responsables políticos, las empresas y los consumidores para reducir el impacto y las exportaciones de los textiles usados?
Los responsables políticos ya están trabajando en encontrar la mejor manera de reducir el impacto de los textiles usados exportados. Los países de la UE están adoptando regímenes de responsabilidad ampliada del productor, que se espera que sirvan de ayuda, a lo que se suma la inclusión de los productos textiles en la Directiva revisada sobre diseño ecológico, cuyo objetivo es lograr que los textiles sean más seguros y sostenibles desde el diseño.
Clasificar y codificar mejor los textiles para diferenciar los que se destinan a la reutilización de los que son residuos también ayudaría. Además, las empresas pueden aumentar la calidad, la durabilidad y la capacidad de reparación de sus textiles para que duren más tiempo, entre otras cosas. Los consumidores pueden comprar textiles de mayor calidad si se lo permite su bolsillo, usarlos durante más tiempo y comprar textiles de segunda mano, por ejemplo.
¿Pueden ayudar las fibras de origen biológico a que los productos textiles sean más sostenibles?
Las fibras de origen biológico utilizadas en prendas de vestir y otros productos textiles se consideran a menudo alternativas más sostenibles, pero un informe técnico del Centro Temático Europeo de Economía Circular y Uso de los Recursos de la AEMA demuestra que este enfoque requiere cierta cautela.
Si bien las fibras biológicas podrían evitar los textiles sintéticos fabricados a partir de plásticos (principalmente derivados del petróleo y del gas), provocan otras presiones medioambientales, incluido el uso de agua y suelo derivado de las actividades agrícolas, la deforestación y el procesamiento de las fibras.
¿Qué está haciendo la UE para hacer frente a los perjuicios de los productos textiles?
Basándose en la información facilitada por la AEMA y otros organismos, la Comisión Europea propuso una ambiciosa estrategia sobre productos sostenibles en marzo de 2022. La estrategia contiene un importante número de iniciativas políticas concretas que regulan la industria textil.
Cabe destacar la inclusión de los productos textiles en la Directiva revisada de la UE sobre diseño ecológico, que aspira a que el diseño sea más seguro y sostenible. También merece la pena señalar el hecho de que se incluyan los textiles en el pasaporte de productos de la UE. y se adopten regímenes de responsabilidad ampliada del productor en todos los Estados miembros de la UE. En conjunto, según Euratex, hay más de 16 actos legislativos que afectarán a los productos textiles y los regularán en el mercado de la UE en los próximos años.
¿Existen iniciativas esperanzadoras para abandonar la moda rápida (fast fashion) en Europa?
La Estrategia de la UE sobre los productos textiles presenta la visión para 2030 de que la "moda rápida no está de moda". Según Lars Mortensen, experto de la AEMA en economía circular, "la moda que se comercializa actualmente está dominada por la moda rápida. La parte de la moda que no es rápida, sino de alta calidad, reparable y de diseño más atemporal, sigue teniendo una cuota de mercado muy pequeña".
"Hay iniciativas esperanzadoras, pero tienen dificultades para expandirse y competir con la moda rápida. Tengo la esperanza y la confianza de que la aplicación de la Estrategia de la UE sobre los productos textiles, junto con algunas políticas globales centradas en los textiles, ayuden a la industria a abandonar la moda rápida y pasar a un sistema circular y sostenible de consumo y producción textil", concluye.