Más de 1.500 millones invertidos para actuaciones de aguas en Andalucía
- 890 lecturas
Se cumplen 30 años de la instauración el 22 de marzo como Día Mundial del Agua, propuesta que surgió de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible celebrada en Río de Janeiro en el año 1992, quedando establecido a finales de aquel mismo año por la Asamblea General, y que este año tiene como eje central las aguas subterráneas, un recurso esencial, aunque invisible, que se acumula en los acuíferos que circulan o se almacenan bajo tierra.
El objetivo no es otro que recordar la relevancia del agua como elemento esencial en nuestras vidas y que, a pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua y de su calidad, 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable en todo el mundo.
Este Día Mundial del Agua de 2022 presta especial atención a las aguas subterráneas, parte no visible del ciclo del agua pero cuyos efectos son fácilmente apreciables. Bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas con grandes cantidades de agua), forman parte natural de la creación de manantiales, ríos, lagos y humedales para finalmente acabar también en el mar. Su principal fuente de recarga es la lluvia que se infiltra en el suelo y pueden extraerse a la superficie excavando pozos.
Su uso como recurso en zonas áridas del planeta y el hecho de ser un factor decisivo para el funcionamiento de ecosistemas como humedales y ríos provoca que haya que tener especial cuidado con la sobreexplotación y la contaminación, que pueden provocar su agotamiento o que deje de ser apta para el consumo.
En este sentido, la Junta de Andalucía destaca la elaboración del Pacto Andaluz del Agua, en cuya cuarta y última fase se ha puesto de manifiesto que la mejora de la gestión de los acuíferos es la medida prioritaria de las diez señaladas a tomar con las que culminan los trabajos de este plan, que se ha desarrollado durante toda la Legislatura. La necesidad de trabajar para el cuidado, conservación y mantenimiento de los acuíferos ha sido el asunto que ha recabado más apoyos de las entidades que han participado en el proceso de consulta y los agentes participantes han destacado la importancia del seguimiento continuado del estado de estas aguas subterráneas usando personal y medios adecuados.
El Pacto Andaluz por el Agua fue una iniciativa de la Junta de Andalucía tomada con el objetivo de dar respuesta a las carencias que la gestión del agua ha sufrido históricamente en nuestra tierra. Para su elaboración se establecieron cuatro fases -entre las que se incluían consultas con agentes sociales (regantes, consumidores, ecologistas, sindicatos y asociaciones empresariales), órganos colegiados y otras entidades- y un periodo de seguimiento del grado de cumplimiento.
En un escalafón de medidas a adoptar, a la gestión adecuada de los acuíferos le sigue la realización de inversiones para alcanzar el cien por cien de depuración de aguas residuales urbanas y, enseguida, el fomento de la reutilización de aguas regeneradas y de la desalación como recurso estratégico. En este aspecto, la secretaría general de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático de la Junta de Andalucía ha promovido a lo largo de la presente Legislatura la modernización constante de la gestión del Agua en la comunidad autónoma y ha dedicado hasta el momento una inversión superior a los 1.500 millones en la mejora de la depuración y regeneración de aguas, abastecimiento en alta, eficiencia en el riego y restauración de cauces, así como a conservación de las presas y embalses.
Cabe recordar en este sentido la aprobación por el Gobierno autonómico en junio de 2021 del Decreto de Sequía, que en menos de un año ha permitido actuar con celeridad en algunos puntos de la geografía más afectados por la carencia de agua, movilizando una inversión de 17,8 millones de euros en emergencia para paliar sus efectos.
En el segundo paquete de medidas propuestas en el Pacto Andaluz del Agua se encuentran las destinadas a la consecución de los objetivos ambientales y a dar respuesta a demandas que han sido satisfechas de forma insuficiente, así como las dirigidas a promover la gestión colectiva, coordinada y racional de los recursos hídricos; la creación de una herramienta que informe, en tiempo real, del agua disponibles y del consumo; medidas para frenar y corregir la contaminación por el uso de abonos y pesticidas o el desarrollo normativo de prioridades como el mínimo vital, el reglamento del ciclo urbano del agua o la reducción de trabas administrativas e incluye la propuesta de crear un banco público del agua y centros de intercambio de derechos.
En resumen, el cierre del proceso de elaboración y aprobación del Pacto Andaluz por el Agua dotará a la comunidad autónoma de una regulación para la gestión de los recursos hídricos que viene a tapar un hueco que ya parecía endémico y a cumplir con objetivos del establecimiento y celebración del Día Mundial del Agua: entender lo que significa el agua para las personas, su verdadero valor y cómo podemos proteger mejor este recurso vital, ya que la forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte.
Para la Junta de Andalucía, hablar de “valor del agua” es mucho más que su precio, es hablar de cultura, salud, educación, economía e integridad de nuestro entorno natural, ya que considera que pasar por alto alguno de estos valores, implicaría una gestión inadecuada de este recurso finito e insustituible.