
España y el reciclaje de plásticos: liderar o quedarse atrás
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El reciclaje de plásticos en España se ha consolidado como uno de los sectores más destacados a nivel europeo, situándose como el segundo país en capacidad instalada, con más de 2,2 millones de toneladas anuales, solo por detrás de Alemania, lo que nos posiciona como el país con la mayor capacidad de reciclaje de plásticos per cápita de Europa. Este liderazgo otorga a España una ventaja frente al cumplimiento de los objetivos, de circularidad, establecidos para los plásticos y de usarse posibilitaría la autonomía de España en materias primas plásticas. Sin embargo, a pesar de contar de contar con el liderato industrial, el sector enfrenta una situación crítica debido a múltiples factores que amenazan su sostenibilidad y competitividad.
Contexto europeo y nacional: éxitos y limitaciones
La Unión Europea ha promovido en los últimos años ambiciosos objetivos de economía circular y neutralidad climática, con un enfoque especial en la gestión de residuos plásticos. En este contexto, el sector plástico desempeña un papel fundamental, generando 400.000 millones de euros en ingresos y empleando a 1,5 millones de personas en toda Europa. Sin embargo, los datos recientes muestran una preocupante desaceleración en la capacidad instalada de reciclado de plásticos en Europa, que creció solo un 6% en 2023, muy por debajo del promedio del 17% anual registrado en los cinco años anteriores. Este estancamiento se combina con una caída del 12,5% en la facturación de la industria recicladora europea.
En España, a pesar de ser un líder en capacidad instalada, la utilización de dicha capacidad enfrenta graves limitaciones. La baja demanda de plástico reciclado y la caída sostenida de los precios del plástico virgen desde 2022 han afectado significativamente la rentabilidad del sector. Además, el sector nacional sigue teniendo problemas de abastecimiento de residuos plásticos y es un sector netamente importador de residuos para su reciclaje cuando como país seguimos teniendo un grave problema de depósito de residuos en los vertederos, es imperativo impulsar las recogidas selectivas y la clasificación de residuos plásticos antes del vertido y la incineración, para maximizar el potencial del reciclaje mecánico, la tecnología de reciclaje con mejor Análisis de Ciclo de Vida para los plásticos; menores emisiones de CO2 y un mayor rendimiento en comparación con el reciclaje químico.
España, a pesar de ser un líder en capacidad de reciclaje, enfrenta graves limitaciones. La baja demanda de plástico reciclado y la caída de los precios del plástico virgen han afectado significativamente la rentabilidad del sector.
En 2023, se consumieron en Europa 7,1 millones de toneladas de plásticos reciclados, solo un 13,4% del total, muy lejos del objetivo para 2025 de 10 millones de toneladas, destacando la necesidad urgente de medidas para aumentar esta cifra, tan solo España tiene capacidad de reciclado para abastecer con más del 20% de este objetivo lo que supondría el 50% de la demanda de plásticos nacional.
Retos estructurales del sector
Volatilidad de precios: El desplome en los precios del plástico virgen ha reducido la competitividad del plástico reciclado, dificultando que los recicladores cubran los costes de tratamiento. Esto afecta especialmente a los residuos con mayores costes de tratamiento, que pierden valor y reducen la viabilidad económica de la recogida y selección de plásticos. Además, esta volatilidad también desalienta la inversión en infraestructuras de reciclaje, al introducir un nivel de incertidumbre que afecta a los recicladores mecánicos.
Competencia desleal: Las importaciones de plástico reciclado de países no pertenecientes a la UE, muchas veces con certificaciones dudosas, han inundado el mercado europeo. Estas importaciones, que no cumplen con los estrictos estándares medioambientales y de calidad de la UE, han generado un campo de juego desigual, afectando especialmente a los recicladores de plástico. Además, el reciclaje químico y la amenaza de una normativa que le permita operar con ventaja frente al reciclador mecánico está afectando a la toma de decisiones y a las inversiones en el sector ya que podría suponer la competencia por los mismos residuos, pero con diferentes reglas, lo que no garantiza la seguridad jurídica del sector de reciclado mecánico de plásticos.
Falta de demanda: Aunque las capacidades de reciclaje han aumentado, por la esperanza de los objetivos de contenido en plástico reciclado obligatorio y otros estímulos a la demanda de plástico reciclado, la demanda de plástico reciclado se ha estancado. Desde verano de 2022, el precio medio del plástico reciclado ha caído un 50%, reflejando la falta de incentivos fiscales y legislativos para promover su uso. Esto ha provocado que los recicladores no puedan operar a plena capacidad, poniendo en riesgo los objetivos de reciclaje establecidos por la UE.
Falta de inversión: La inversión en infraestructura para reciclaje en Europa se redujo drásticamente en 2023, pasando de 1.000 millones de euros en 2022 a solo 500 millones en 2023. Esta caída amenaza la capacidad del sector para alcanzar los objetivos de economía circular, al limitar la implementación de tecnologías innovadoras y la expansión de la capacidad instalada.
Desafíos en la gestión de residuos: En España, un porcentaje significativo de los residuos plásticos todavía termina en vertederos o plantas de valorización energética. Esto subraya la necesidad de potenciar, en todos los sectores, las recogidas selectivas y la selección de plásticos antes de su vertido o valorización energética.
Con un esfuerzo coordinado entre el gobierno, la industria y la sociedad, el reciclaje de plásticos puede convertirse en un pilar clave de la sostenibilidad económica y ambiental del país.
Propuestas para superar la crisis
Para revertir esta situación, en España deberemos incorporar una serie de medidas concretas que buscan no solo superar los retos actuales, sino también consolidar el liderazgo de España en el reciclaje de plásticos a nivel europeo.
Metas obligatorias de contenido reciclado: Establecer objetivos claros y vinculantes para la incorporación de plástico reciclado en productos finales. El sector del envase ha sido uno de los primeros en incorporar estos objetivos y en 2025 ya hay que cumplir el primer objetivo de contenido en reciclado obligatorio, un 25% para las botellas de bebida de PET. El PET es un plástico usado principalmente en el sector del envase, pero otros como las poliolefinas recicladas han tenido tradicionalmente su demanda más importante en el sector de la construcción, por ello es necesario que se incorporen nuevos sectores a los objetivos de contenido en reciclado obligatorio y que todos ellos se incorporen para las mismas fechas para potenciar realmente el reciclado de plásticos, de otra forma se podría dar un desvío de plásticos reciclados de un sector a otro pero la demanda podrí no aumentar, dejando sectores sin materias primas sostenibles, generando ineficiencias y pérdidas de rendimientos.
Incentivos fiscales y financieros: Introducir ventajas fiscales como un IVA reducido para productos fabricados con plástico reciclado y promover eco-modulaciones en los sistemas de responsabilidad ampliada del productor. Esto podría incluir tasas reducidas para reciclados y subvenciones directas a proyectos innovadores que mejoren la eficiencia del reciclaje.
Impulso de la compra pública verde: Establecer criterios obligatorios de contenido mínimo de plástico reciclado en los productos adquiridos mediante compras públicas. Esto incluye envases, mobiliario urbano, materiales de construcción y cualquier otro producto plástico. Incorporar estos requisitos en los pliegos de contratación no solo garantizará un mercado estable para el plástico reciclado, sino que también posicionará al sector público como líder en la
transición hacia una economía circular, estimulando la demanda de materiales sostenibles y fomentando inversiones en el reciclaje.
Mejora en la recogida y clasificación de residuos: Incrementar la calidad y cantidad de los materiales recolectados para reciclaje mediante objetivos obligatorios de recogida. Esto incluye también un fortalecimiento de los sistemas de diseño para reciclabilidad y una armonización de los criterios de fin de residuo (End-of-Waste) en toda la UE.
Fortalecimiento del marco regulatorio: Crear un entorno regulatorio que elimine la fragmentación actual y reduzca
la burocracia asociada al reciclaje de plásticos. Además, deben establecerse medidas estrictas para garantizar que los materiales reciclados importados cumplan con los mismos estándares de calidad y sostenibilidad exigidos a los productores europeos.
Fomento de la inversión: Establecer programas de apoyo financiero que incentiven la inversión privada y pública en tecnologías de reciclaje y en la expansión de capacidad instalada. Además, es necesario asegurar la estabilidad regulatoria para atraer capital y garantizar un retorno de inversión adecuado.
Campañas de concienciación: Implementar estrategias educativas y de sensibilización dirigidas a consumidores y empresas sobre los beneficios del reciclaje y la utilización de productos reciclados. Esto puede incluir incentivos para empresas que adopten buenas prácticas de sostenibilidad.
España tiene una oportunidad única para liderar la transición hacia una economía circular. Sin embargo, para lograrlo, es fundamental implementar medidas que aborden los retos estructurales del sector y aprovechen las oportunidades emergentes.
Hacia un modelo líder en sostenibilidad
España tiene una oportunidad única para liderar la transición hacia una economía circular. Sin embargo, para lograrlo, es fundamental implementar medidas que aborden los retos estructurales del sector y aprovechen las oportunidades emergentes. Con un esfuerzo coordinado entre el gobierno, la industria y la sociedad, el reciclaje de plásticos puede convertirse en un pilar clave de la sostenibilidad económica y ambiental del país.