El acceso universal a los alimentos solo se conseguirá abordando los desafíos de forma conjunta, integral y coordinada

FAO promueve este 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación bajo el lema "El derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores"
Autor/es
Adelaida Pérez Milán
16-10-2024
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El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, una fecha promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de una alimentación adecuada y accesible para todos. En 2024, el lema "El derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores" resalta la urgencia de garantizar que todas las personas tengan acceso a una alimentación adecuada.

El derecho a la alimentación es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos globales, millones de personas en todo el mundo siguen enfrentando la inseguridad alimentaria. El derecho a la alimentación es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos globales, millones de personas en todo el mundo siguen enfrentando la inseguridad alimentaria. Según el último informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) de Naciones Unidas, alrededor de 733 millones de personas pasaron hambre en 2023, lo que afecta gravemente su salud y bienestar.

La humanidad se enfrenta a desafíos globales para que el derecho a los alimentos sea una realidad. Gobiernos, organizaciones y ciudadanos tenemos la obligación de trabajar juntos para garantizar que nadie se quede atrás en la lucha contra el hambre. Es necesaria la colaboración para desarrollar proyectos agroalimentarios en los países más desfavorecidos, como es el caso de los que desarrolla Incatema en África, orientados a mejorar la seguridad alimentaria, un pilar fundamental para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.

Uno de los principales problemas son los conflictos bélicos, causando el aumento de desplazados lo que conlleva el abandono de hogares y tierras agrícolas, interrumpiendo la producción de alimentos y generando graves crisis humanitarias.

Las recesiones económicas hacen que se acentúe más la desigualdad y la pobreza, dado que siguen siendo la barrera para el acceso a los alimentos. Las desigualdades económicas y sociales impiden que muchas personas puedan obtener alimentos nutritivos, lo que perpetúa el ciclo de la pobreza y la desnutrición.

Asimismo, la crisis climática está afectando a la producción de alimentos a través de fenómenos meteorológicos extremos como lo son las sequías, las inundaciones y las fuertes tormentas. Estos eventos climáticos disminuyen la disponibilidad de alimentos y aumentan los precios, afectando a las comunidades más vulnerables, muchos de ellos hogares agrícolas.

 

Políticas de apoyo a pequeños agricultores que aumenten la productividad y la resiliencia

No hay soluciones sencillas a fenómenos tan complejos. Sin embargo, desde Incatema somos testigos, allí donde desarrollamos nuestra actividad de asistencia técnica a programas de desarrollo agrario, que la implementación de políticas que apoyan a los pequeños agricultores y promueven sistemas alimentarios sostenibles, funciona. Con la colaboración privada invirtiendo en infraestructuras rurales innovadoras y sostenibles, observamos cómo aumenta la productividad y la resiliencia de las comunidades agrícolas.

Si a ello le añadimos programas formativos sobre nutrición y prácticas agrícolas sostenibles, se puede empoderar a las comunidades para mejorar su seguridad alimentaria. La concienciación sobre la importancia de una dieta equilibrada también es crucial para combatir la malnutrición.

Por último, pero no por ello menos importante, aumentar el acceso a una alimentación nutritiva y suficiente solo se puede conseguir mediante la adopción de tecnologías innovadoras en la agricultura. La agricultura de precisión y las biotecnologías puede aumentar la eficiencia y la producción de alimentos. Asimismo, las tecnologías de la información facilitan el acceso a mercados y a nuevos recursos.

Queda mucho por hacer, por tanto, para que el derecho de acceso a los alimentos sea universal. Y seguirá sin serlo mientras los pequeños agricultores de países en desarrollo tengan dificultad de acceso a la tierra, al agua y a otros recursos naturales necesarios para producir alimentos de forma sostenible. Solo se podrá conseguir abordando los desafíos de manera integral y coordinada, con esfuerzo conjunto de gobiernos, organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado. La intención existe, pero hay que tener la voluntad real de hacerlo.

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