Biogases en España: grandes desconocidos en un sector en boga
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Arrancado el curso en Bruselas empieza a asentarse la nueva Comisión Europea, en donde se vislumbra un papel relevante para la industria europea como eje para dar continuidad a las propuestas del Green Deal del anterior órgano ejecutivo europeo. ¿Qué papel pueden jugar los gases verdes en este contexto? ¿Qué puede aportar esto al contexto español?
Teresa Ribera, que ha sido elegida para ocupar el cargo de vicepresidenta de Competencia y de Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión, jugará un papel relevante a la hora de marcar el pulso del futuro desarrollo de las industrias renovables, incluyendo el biogás y el biometano.
Mientras tanto, al escribir estas líneas, la prensa europea analizaba la publicación del informe de Mario Draghi, ex director del Banco Central Europeo, en la que su autor plantea un agudo análisis del contexto europeo actual y esboza propuestas para relanzar la economía, que incluyen la apuesta por las energías limpias como motor de desarrollo industrial.
El Sr. Draghi menciona, concretamente, la necesidad de fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico “made in Europe” en áreas estratégicas como la energía, donde la UE es líder mundial en tecnologías limpias.
Apostar por un sector tecnológicamente puntero y sostenible ayudará al mismo tiempo a revertir los efectos del cambio climático, que pocas voces se atreven ya a negar. En nuestro país, el cambio climático se deja ver con temperaturas más extremas, aumento de sequías, desertización, olas de calor o inviernos más duros.
Las industrias de gases renovables se conciben como sectores estratégicos que, junto a otros sectores, ayuden a conformar la columna vertebral de una industria europea sostenible, pero también competitiva.
La necesidad de descarbonizar la economía se plantea, por tanto, como un motor de desarrollo sostenible. La transición hacia una economía climáticamente neutra, según Draghi, puede ser una oportunidad de crecimiento para la industria de la UE, pero dicha transición debe hacerse, en su visión, apostando por todas las soluciones disponibles, por una regulación más coherente y un mejor acceso a la inversión.
El auge de la energía renovable en la Unión Europea es necesario también desde un punto de vista estratégico, para diversificar nuestras fuentes de abastecimiento energético y evitar fluctuaciones drásticas del precio de la energía. España, por ejemplo, depende casi un 75% de energía importada, según los últimos datos de Eurostat de 2022. En otras palabras: nuestro país importó alrededor de tres cuartas partes de la energía consumida.
Las industrias de gases renovables se conciben, pues, como sectores estratégicos que, junto a otros sectores, ayuden a conformar la columna vertebral de una industria europea sostenible, pero también competitiva.
Aunque se habla mucho del futuro potencial del hidrógeno, se incide menos en el potencial de los biogases, menos conocidos, pero con interesantes cosas que aportar al mix energético del futuro.
Europa tiene actualmente más de 20.000 plantas de biogás o biometano y produce 21 mil millones de metros cúbicos de biogases, que podrían cubrir actualmente el consumo de gas de un país como Polonia.
Los futuros modelos de negocio del sector pasan por fomentar la sostenibilidad y el aprovechamiento de residuos para su uso como materia prima, pero también de co-productos como los biofertilizantes o el CO2 biogénico. A esto se añade el potencial de nuevas tecnologías, “made in Europe”, como la gasificación o la metanación, más allá de la digestión anaerobia. ¿Cómo afecta eso a España? De cara al futuro, es uno de los países con mayor potencial de producción.
El desarrollo de los biogases, es decir, del biogás y de su versión purificada e inyectable en la red gasista, el biometano, es importante no solo como solución energética, sino también por su eficiencia en términos de aprovechamiento y gestión de recursos. Los biogases se producen mediante la digestión anaeróbica de materia orgánica, lo que incluye residuos orgánicos, agrícolas y ganaderos o aguas residuales municipales e industriales, entre otros.
El desarrollo de los biogases es importante no solo como solución energética, sino también por su eficiencia en términos de aprovechamiento y gestión de recursos.
Por ejemplo, en zonas con un importante desarrollo del sector primario, la producción de biogases derivada de residuos agrícolas y ganaderos, lejos de competir con otros recursos críticos para las comunicades locales, puede ayudar a hacer un uso más eficiente de los recursos, a diversificar y a hacer más sostenibles y rentables esos modelos de producción locales.
La producción sostenible de biogás y biometano debe localizarse en zonas cercanas a la materia prima empleada, lo cual ayuda también al desarrollo y la transformación de la España rural, contribuyendo a la lucha contra el reto demográfico.
Además, las plantas de biogás y biometano también pueden diseñarse para ser eficientes en la gestión de un recurso cada vez más escaso en nuestro país: el agua. Por ejemplo, mediante el uso de aguas residuales como materia prima para la producción de biogás. También a través de la reutilización del agua residual empleada en el propio proceso de producción para destinarla, por ejemplo, al riego de zonas verdes locales.
El camino marcado por otros países punteros del sector deja un trazado de buenos ejemplos y lecciones aprendidas de las que tomar nota a la hora de desarrollar proyectos en España. La buena planificación es clave para la viabilidad de los proyectos a largo plazo. Esos ejemplos dejan claro, entre otras cosas, que las plantas de biogás y biometano pueden integrarse con éxito en comunidades locales.
Fomentar el conocimiento sobre el sector es, por tanto, uno de los principales retos de la industria española de los biogases en este momento. Estos gases verdes tienten un impacto en múltiples sectores. No es posible entender todo su potencial sin abordar el conjunto de soluciones que aportan, más allá de la producción de energía renovable.
Fomentar el conocimiento sobre el sector es uno de los principales retos de la industria española de los biogases en este momento.
Su complejidad, junto al menor recorrido que esta industria lleva en España en comparación con otros países europeos, los hace difíciles de entender para las comunidades que podrían beneficiarse directamente de tener cerca una planta de biogás o biometano y ese es un reto al que la industria española deberá dar respuesta.
Al mismo tiempo, como apunta Draghi en su informe, es importante que el desarrollo del sector y el esfuerzo de esa industria corra parejo a la creación de un marco legislativo sólido que aporte estabilidad y atraiga inversión e innovación.