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Al situarse la región de Castilla-La Mancha en el centro peninsular, la convierte en tierra de cruce de caminos, de lugar de paso, y como tal es la vocación de los grandes ríos que la bañan. Así el Tajo, que nace en tierras turolenses limítrofes con la Serranía de Cuenca, donde ve la luz el río Júcar; y el Guadiana más alejado de estos “dos vecinos”, se asoma en los denominados Ojos del Guadiana allá por Villarrubia de los Ojos, donde se encuentra la mayor estatua de Don Quijote. Aunque el Guadalquivir aparece por primera vez en la Sierra de Cazorla, su gran poderío hace que alguno de sus tributarios por la margen derecha discurran desde las laderas meridionales de la sierra de Alcudia y de sierra Madrona, en el territorio del norte de Sierra Morena, hacia esa gran vena de agua que enriquece y fertiliza a Andalucía. También el río Mundo brota allá por Riópar, mientras que el Segura, casi recién nacido, o acaso con los dientes de leche, pasa por las inmediaciones de Yeste y Letur, en las tierras de la “Suiza de Albacete”. Y no queremos dejarnos olvidadas a las cuencas del Ebro y del Duero que, aunque en pequeña superficie y magnitud de los ríos, tienen presencia en el territorio castellanomanchego. Por ello, Castilla-La Mancha es una de las regiones, por no exagerar, que más cuencas hidrográficas discurren por su territorio, en donde además se contabilizan más de 90 embalses.
Sin embargo, no sólo es destacable la variabilidad hidrográfica, sino también las particularidades demográficas. Por extensión ocupa el tercer lugar entre las de mayor superficie, con más de 79.400 km2, donde se reparte una población de 2.100.523 habitantes. Pero el rasgo demográfico fundamental es el elevado número de municipios y núcleos poblacionales que integran las cinco provincias de Castilla-La Mancha y la baja densidad de población del conjunto. Así, tenemos 919 municipios y 1.984 núcleos, donde el 92% de los municipios tiene una población inferior a 5.000 habitantes y un 73% tiene una población inferior a 1.200 habitantes. Y tan sólo se cuenta con 24 municipios cuya población es mayor de 15.000 habitantes; estas condiciones hacen que se hayan definido 26 zonas rurales escasamente pobladas y en riesgo de despoblación, que incluyen 721 municipios (79% del total).
Esta condición de lugar de paso y de territorios y paisajes diversos es lo que caracteriza a Castilla-La Mancha. Una buena parte de la política hidráulica de esta comunidad autónoma ha de llevarse a cabo de acuerdo con cada uno de los planes hidrológicos de las siete Demarcaciones Hidrográficas parcialmente comprendidas en el territorio. Vistas estas condiciones geográficas y demográficas, las políticas de gestión del agua han de tener un contenido que abarque esas variabilidades.
Castilla-La Mancha es una región con una fuerte dependencia del sector agrícola, por lo que la necesidad de agua es constante.
Los grandes desafíos del agua en Castilla-La Mancha
Es Castilla-La Mancha un espacio con una fuerte dependencia del sector agrícola, por lo que la necesidad de agua es constante. Y por ello los desafíos que se presentan están relacionados con dicho recurso.
Así tenemos elevados descensos de los niveles piezométricos en las masas de agua que conforman el espacio del Alto Guadiana, a consecuencia de la puesta en riego de superficies de cultivo antaño dedicadas al secano, y ello no sólo compromete a la pérdida de producción agrícola, sino que también afecta a la biodiversidad y a los ecosistemas locales.
A esto se suma el hecho de que la mayor parte de los abastecimientos a las poblaciones dependen de masas de agua subterránea, por lo que al descender los niveles y cargarse de sustancias indebidas, corren ocasionalmente el riesgo de dejar de poder satisfacer las necesidades de abastecimientos. La contaminación de masas de agua, superficiales y subterráneas, es otro grave problema; al igual que la deficiencia de depuración de las aguas residuales urbanas.
El cambio climático exacerba la escasez de agua. Los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, son cada vez más frecuentes. Estos cambios afectan la disponibilidad de recursos hídricos y reconfiguran las dinámicas de gestión en Castilla-La Mancha.
La demanda de agua en el sector agrícola a menudo entra en conflicto con la necesidad de preservar los ecosistemas acuáticos, tal es el caso del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y de otras figuras de protección de espacios naturales protegidos cuya existencia está íntimamente ligada al medio hídrico. La búsqueda del equilibrio entre ambos es un reto al que se enfrenta la región.
Por último, y no menos importante, destaca el caso de la existencia de una transferencia media anual de unos 330 hm3 de volúmenes desde la cabecera del Tajo hasta Levante (Alicante, Murcia y Almería), regida por disposiciones legislativas de mayor rango que los Planes hidrológicos, y que lastra el desarrollo económico de las áreas de la cabecera de la cuenca del Tajo, en el entorno de los embalses “cedentes”.
Una gestión compartida del agua
La Ley 2/2022 de Aguas de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, configura a la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, como organismo autónomo con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar, adscrita a la Consejería competente en materia de aguas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Vinculada a la Agencia, se encuentra la entidad de derecho público Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha que, entre otras funciones y en el marco de las competencias de la Agencia, realiza la ejecución y gestión de toda clase de infraestructuras hidráulicas, principalmente aquellas de interés regional, así como la gestión y recaudación del canon de depuración y de abastecimiento.
En resumen, las dos entidades encargadas del Agua en Castilla-La Mancha tienen funciones distintas aunque complementarias, mientras la Agencia atiende a la aplicación y cumplimiento de los Planes Hidrológicos de las siete Demarcaciones Hidrográficas, así como la coordinación con la Administración Estatal en el cumplimiento de los respectivos programas de medidas, controla y coordina el cumplimiento de las normativa europea en materia de agua, además de elaborar los planes propios de abastecimiento y depuración y contribuye a la función que tiene asignada de ayuda a corporaciones locales en materia de abastecimiento y saneamiento de aguas. Mientras la entidad Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha, complementa esas acciones mediante el proyecto, construcción y explotación de sistemas de abastecimiento en alta y de estaciones depuradoras de aguas residuales urbanas.
Castilla-La Mancha está implementando medidas para asegurar un abastecimiento eficiente con agua de calidad y garantizar la sostenibilidad de sus ecosistemas, con el objetivo de responder a los desafíos actuales y futuros.
Camino hacia una gestión sostenible
Son numerosas las líneas de actuación de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha para que la gestión integral del agua sea cada vez más sostenible. En primer lugar, las actuaciones con cargo al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) con varias líneas: Un plan de mejora del abastecimiento y reducción de perdidas en redes de abastecimiento de municipios de menos de 20.000 habitantes, asignándose 10,88 millones de euros para la realización de obras de mejora del abastecimiento en municipios menores de 20.000 habitantes. También un plan de depuración de municipios de menos de 5.000 habitantes y de más de 2.000 habitantes.
En la misma línea, desde Castilla-La Mancha se están impulsando proyectos de restauración fluvial y protección frente a inundaciones en los entornos urbanos. Se asignó a Castilla-La Mancha 4,2 euros para actuaciones de prevención de inundaciones y de mitigación de su impacto en las poblaciones toledanas de Cebolla y Cobisa, complementándose con aportaciones de la Agencia del Agua, los ayuntamientos y la Diputación de Toledo, hasta alcanzar un total de 10 millones de euros.
El PERTE de digitalización del agua, del que Castilla-La Mancha ha recibido 4,7 millones de euros, en una primera entrega, y se va a destinar a la digitalización de algunos de los sistemas de abastecimiento en alta, como es el caso de Bornova, Tajuña y Picadas.
Respecto a otras infraestructuras, se encuentra la mejora en 22 municipios ribereños del entorno de Entrepeñas y Buendía, entre Cuenca y Guadalajara, mediante una subvención del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Igualmente, la entidad Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha explota 10 sistemas de abastecimiento en alta y 240 depuradoras de aguas residuales urbanas.
En conclusión, Castilla-La Mancha está implementando medidas para asegurar un abastecimiento eficiente con agua de calidad y garantizar la sostenibilidad de sus ecosistemas, con el objetivo de responder a los desafíos actuales y futuros.