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El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel recibe estos días unos 800 litros por segundo de agua procedente del Tajo. El objetivo es recuperar la superficie encharcada de este lugar único. Se espera que en los próximos dos meses y medio lleguen al parque hasta 6 hm3 de agua.
Se trata de la primera vez que se canaliza agua del Tajo para las Tablas a través de la denominada Tubería a la Llanura Manchega, una infraestructura básica para el desarrollo a medio plazo de una comarca de pueblos y agrociudades con futuro, que necesitaban la garantía del agua para mantener la esperanza y la ilusión por emprender y vivir en el medio rural.
El reto demográfico se combate desde diversos enfoques y actuaciones, pero, sin duda, sin la seguridad del acceso al recurso básico para la vida y la economía, no es posible, siquiera, planteárselo.
Por eso esta noticia es tan relevante. Más que eso. Es la clave para el futuro de la comarca de La Mancha.
La puesta en marcha de la Tubería para llevar agua a las Tablas supone un alivio extraordinario para este paraje de unas 1.700 hectáreas, representación máxima de los humedales mediterráneos en el centro de nuestro país. Si todo sucede cómo está previsto, y al aporte extraordinario mencionado se unen las precipitaciones esperadas en el otoño, podría alcanzarse una superficie encharcada de más de 1.000 hectáreas cuando ahora sólo hay agua sobre unas 50.
Además, supone concluir que el sistema de abastecimiento, la denominada tubería, funciona.
Fruto del acuerdo entre el Gobierno de España y el de Castilla-La Mancha en breve, a principios de 2023, se pondrá en marcha el primer ramal, que garantizará agua en calidad y cantidad suficiente a 15 pueblos del Alto Guadiana, 11 de la provincia de Cuenca, dos en Albacete y dos en Ciudad Real. Será, es, un paso de gigante para el desarrollo de esta comarca. Con algo menos de 1hm3 de agua al mes se garantizará el consumo de boca de 80.000 habitantes de los pueblos de La Mancha, que hoy sufren escasez de agua permanente y una calidad al límite de lo que la normativa considera como agua potable.
A modo de comparación, y para contextualizar la cuestión, cuando los embalses del Alto Tajo están en lo que se denomina nivel 2, por encima de una curva de alrededor de unos 600 hm3 en función de la época del año, se envían al Levante, cada mes, de forma automática, 27 hm3, unos 7,5 de ellos para consumo de boca. 27 hm3 al mes del Trasvase Tajo-Segura, frente a unos 12 hm3 al año para beber el el Alto Guadiana. Al año!!!!
Pero volvamos a la Tubería. La inversión, que en su momento supuso 350 millones de euros, con los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero en España y José María Barreda en Castilla-La Mancha, verá, por fin, la luz, gracias al empeño y a las nuevas inversiones de los actuales gobiernos de España y de Castilla-La Mancha.
Conviene recordar que el agua que circule por esta infraestructura procedente del Tajo a partir del año próximo será solo para consumo humano; solo para beber.
También conviene recalcar que la reserva de hasta 50 hm3 del Tajo, para abastecer al Alto Guadiana, no supone incremento de las cantidades a trasvasar desde el Tajo, si no que se detrae de los envíos para regadío al Levante. Es decir no se trasvasa más agua desde el Tajo para garantizar el agua a los habitantes de La Mancha.
Así pues, excelente noticia el aporte de 6 hm3 para las Tablas. Y excelente noticia también la próxima apertura de la Tubería a la Llanura Manchega. Es difícil no encontrar lo positivo de ambos hechos, que redundarán en el beneficio de los pueblos de La Mancha, donde viven unos 500.000 castellanomanchegos. De manera directa, con la garantía de agua en calidad y cantidad suficiente. Y de forma indirecta, preservando un humedal único en el mundo, Parque Nacional, sobre el que deben pivotar todas las decisiones que se tomen en materia de agua en el Alto Guadiana.
La vida, la economía, la agricultura y la industria agroalimentaria, esenciales para el poblamiento y la riqueza de este medio rural, son compatibles, tienen que serlo, con la explosión de vida que suponen los humedales manchegos.
Decisiones como la puesta en marcha de la Tubería a la Llanura Manchega o la llegada de agua a las Tablas de Daimiel son de las que lo hacen posible.
En definitiva, política de desarrollo rural.
De la buena.