Vertido de pellets plásticos en el Atlántico: ¿un riesgo ambiental y de salud?
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Un reciente vertido de pellets plásticos, en el Océano Atlántico ha llegado a las playas del norte de España en las últimas semanas. Se trata de un tipo de material plástico, químicamente inerte, llamado poliolefina, que está generando importantes preocupaciones por sus posibles impactos y riesgos asociados. Si bien la comunidad científica mantiene una vigilancia cautelosa al respecto, este vertido "no debería suponer un peligro importante ni para los ecosistemas ni para la salud humana".
Así lo asevera Roberto Rosal, catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Alcalá (UAH) y miembro del Grupo de investigación en Ingeniería Química y Ambiental. El experto en estudio de microplásticos considera que, incluso considerando que estos pellets pudieran contener ciertas cantidades de aditivos, "el volumen del vertido es relativamente pequeño en comparación con otras fuentes de emisión de plásticos o microplásticos al medio ambiente".
Sin embargo, "conviviremos con ellos durante mucho tiempo", explica Rosal, pues se prevé que estos pellets de material inerte permanezcan en el medio ambiente a medio y largo plazo, posiblemente durante décadas o cientos de años. Estas pequeñas esferas, con pocos milímetros de diámetro, tendrán una variedad de destinos: desde ser colonizadas por microorganismos hasta hundirse en la columna de agua o flotar y depositarse en las playas. La persistencia de estos microplásticos en el entorno subraya la necesidad de considerar no solo los posibles riesgos tóxicos a corto plazo, sino también los impactos a largo plazo en la estética del medio ambiente.
Los microplásticos, depositados en el medio ambiente "de manera incontrolada e irresponsable", se han convertido en un riesgo ambiental emergente, al que no se había prestado demasiada atención con anterioridad, señala el profesor. Forman parte de una familia muy amplia de materiales que, a su vez, convive con otros contaminantes emergentes, con antibióticos y con numerosas sustancias que vertemos al medio ambiente. La posibilidad de ver a simple vista los microplásticos los convierte en uno de los pocos contaminantes perceptibles, lo que resalta aún más la importancia de abordar sus posibles impactos tanto a nivel ecológico como estético.
Los estudios de caracterización de microplásticos, realizados por el mencionado Grupo de investigación en Ingeniería Química y Ambiental de la UAH, han sido fundamentales para comprender la presencia y los efectos de estos materiales en diversos entornos: desde el agua de red y embotellada hasta áreas naturalmente protegidas, pasando por diversos medios naturales. Actualmente, el enfoque de la investigación se centra en el efecto de los pequeños fragmentos generados por la degradación de los microplásticos. Los microplásticos tienen un tamaño a partir del cual dejan de ser visibles y analizables, punto en el que pueden producir pequeños fragementos que generen toxicidad química en los organismos y puedan afectar a la salud humana.