Un estudio evalúa la cantidad de residuos de plaguicidas en suelos de cultivo
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En Europa, los agricultores dependen en gran medida de los plaguicidas para garantizar el rendimiento de los cultivos. Cada año utilizan unas trescientas setenta mil toneladas de sustancias activas, los componentes en los plaguicidas que luchan contra las plagas y las enfermedades, para lograrlo. Sin embargo, el uso tan intensivo de plaguicidas deja una marca en los suelos europeos. Los residuos abandonados perjudican nuestros ecosistemas y nuestra salud.
Un equipo de investigadores que recibió el apoyo de los proyectos financiados con fondos europeos RECARE, iSQAPER y Diverfarming, y que tiene como objetivo ofrecer una imagen más clara de los niveles de residuos de plaguicidas en los suelos europeos, realizó pruebas en 340 muestras de la capa superficial del suelo de 3 países europeos. «Teniendo en cuenta que en Europa los plaguicidas se han utilizado durante más de setenta años, hace mucho tiempo que se necesita un sistema para supervisar los residuos de plaguicidas en los suelos europeos», afirman los autores en su estudio publicado en la revista «Environmental Pollution».
Las muestras se tomaron de sistemas de agricultura ecológica y convencional, abarcando cuatro de los principales cultivos de Europa: verduras y naranjas en España, uvas en Portugal y patatas en los Países Bajos. Las muestras del suelo se recogieron entre 2015 y 2018, tanto antes de que empezara la temporada de crecimiento como después de la cosecha, en función del cultivo. Las muestras tomadas al final de la temporada de crecimiento se utilizaron para evaluar la contaminación acumulada del suelo tras la aplicación de plaguicidas, el peor escenario previsto, mientras que las muestras tomadas antes de la temporada de crecimiento se utilizaron para evaluar el contexto.
Suelos convencionales en comparación con suelos ecológicos
En su conjunto, los resultados fueron desalentadores. Los residuos de los plaguicidas se encontraron en muestras de suelos ecológicos y convencionales. Todas las muestras convencionales contenían residuos, tanto si se habían tomado al principio como después de la cosecha. Sin embargo, resulta alentador que a pesar de que la mayoría de los suelos ecológicos también contenían mezclas de residuos, los niveles en dichos suelos eran entre un 70 % y un 90 % inferiores.
Más del 70 % de los suelos convencionales contenían mezclas de residuos de plaguicidas, con hasta 16 residuos diferentes en cada muestra. No obstante, se detectaron bastantes menos residuos en los suelos ecológicos, los cuales contenían principalmente mezclas de dos a cinco residuos. Los residuos encontrados con mayor frecuencia y cantidad fueron los herbicidas de glifosato (y su principal metabolito, el ácido aminometilfosfónico) y pendimetalina.
Los hallazgos del estudio destacan la enorme brecha del conocimiento que existe en cuanto a cómo las mezclas de residuos de plaguicidas acumuladas influyen en la salud del suelo. «Se desconoce el efecto general de los cócteles en la salud del suelo. Antes de aprobar plaguicidas nuevos para el mercado europeo, se necesita con urgencia pruebas integrales e innovadoras a fin de evaluar los efectos de los cócteles de plaguicidas detectados en la salud del suelo», instan los autores en su estudio. También recomiendan establecer índices de seguridad para las mezclas de residuos de plaguicidas en todos los sistemas de explotación, a fin de proteger no solo la salud del suelo, sino también la biodiversidad edáfica y la calidad de los alimentos. Además, resaltan la necesidad de revisar el tiempo necesario de transición de la agricultura convencional a la agricultura ecológica certificada. Según los investigadores, dicho tiempo debe depender de las mezclas de residuos presentes en el suelo al inicio y del tiempo que permanecerán en el lugar. El estudio fue dirigido por la Universidad y Centro de Investigación de Wageningen, entidad coordinadora de los proyectos RECARE (Preventing and Remediating degradation of soils in Europe through Land Care) e iSQAPER (Interactive Soil Quality Assessment in Europe and China for Agricultural Productivity and Environmental Resilience), ya completados. El proyecto de 5 años de duración Diverfarming (Crop diversification and low-input farming across Europe: from practitioners engagement and ecosystems services to increased revenues and chain organisation) finaliza en abril de 2022.