Pasar a la acción para un saneamiento universal, un reto urgente e ineludible
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“Lo esencial es invisible a los ojos” escribía Antoine de Saint-Exupéry en el famoso libro El Principito, para explicar que el valor de las cosas no siempre es evidente, a veces es imperceptible y muchas veces pasa desapercibido. Si bien esta cita es aplicable en infinidad de materias, hoy conviene relacionarla con los efectos de la crisis de saneamiento en las aguas subterráneas.
Esta es la temática que la Organización de las Naciones Unidas ha escogido este 2022 para la conmemoración del Día Mundial del Saneamiento o del Retrete, que se celebra hoy, bajo el lema “Hacer visible un recurso invisible”. La efeméride, que viene celebrándose desde 2013, pretende poner en valor la importancia de los inodoros y crear conciencia sobre la desigualdad de acceso a un saneamiento gestionado de forma segura, en el marco del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6: saneamiento y agua para todos de aquí a 2030.
La “invisibilidad” del problema queda retratada en las cifras, aportadas por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF, que aseguran que 3.600 millones de personas carecen de acceso a un retrete seguro, 494 millones siguen defecando al aire libre y hay al menos 2.000 millones de personas que utilizan una fuente de agua para consumo humano contaminada con heces.
Más de 800 niños y niñas menores de cinco años mueren cada día por el consumo de agua insalubre
Asimismo, más de 800 niños y niñas menores de cinco años mueren cada día con el consumo de agua insalubre, un saneamiento inseguro y la higiene deficiente; y todavía una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre.
Un reto urgente e ineludible
Si bien estos datos parecen reflejar que estamos lejos de garantizar retretes seguros para todos en 2030, también alertan de la urgencia de adoptar medidas para hacer frente a esta crisis. La ONU ha instado a los gobiernos a trabajar hasta cuatro veces más rápido para cumplir a tiempo con el ODS 6 y realiza un llamamiento a los políticos para que reconozcan la conexión entre el saneamiento y las aguas subterráneas en sus planes para salvaguardar este recurso hídrico vital.
Se trata, además de un reto ineludible, esto es, una obligación que no puede ser evitada o ignorada, más aún en el contexto de crisis climática y aumento poblacional, en el que el agua subterránea es “vital para la supervivencia”. Las aguas subterráneas representan aproximadamente el 99% de toda el agua dulce líquida del planeta, son la pieza fundamental para mantener el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad y proporcionan la mitad del agua extraída para uso doméstico, incluida el agua potable para la gran mayoría de la población rural.
Las aguas subterráneas representan aproximadamente el 99% de toda el agua dulce líquida del planeta, son la pieza fundamental para mantener el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad y proporcionan la mitad del agua extraída para uso doméstico.
“Poner en riesgo el agua subterránea es poner en riesgo la fuente de agua dulce más abundante del mundo que apoya el suministro de agua potable, los sistemas de saneamiento, la agricultura, la industria y los ecosistemas”, ha explicado la ONU.
La forma de proteger estas aguas es, por tanto, un saneamiento seguro, con retretes correctamente ubicados y conectados a sistemas de saneamiento gestionados de forma segura, que recojan, traten y eliminen los excrementos humanos y ayuden a evitar que estos se propaguen por las aguas subterráneas.