Teresa Ribera: "La propuesta de Ley del Clima Europea tiene que ser más ambiciosa"
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La vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha valorado el esfuerzo llevado a cabo por la Comisión Europea para presentar en menos de cien días su propuesta de Ley de Clima, pero ha considerado que la propuesta es “muy mejorable, y necesita ampliarse tanto en ambición como en enfoque”.
En su intervención en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, la vicepresidenta ha indicado que la propuesta de Ley de Clima europea ha dado una “señal adecuada”, tanto a los Estados miembros como al sector privado y los inversores, del firme objetivo de neutralidad climática a 2050 como guía de todas las políticas europeas. Si bien, ha abogado porque el objetivo de neutralidad climática no solo aparezca en la Ley para el conjunto de la UE, sino también para cada uno de los Estados miembros.
“La Ley de Clima debe articular toda la respuesta europea a la emergencia climática, por tanto debe ir más allá tanto en contenido como en ambición”, ha subrayado Ribera. La vicepresidenta ha explicado que el nuevo reglamento debe establecer un marco institucional para la descarbonización con un objetivo claro no solo a 2050 sino también a 2030”. Además, tiene que mejorar en el establecimiento de señales e incentivos para promover la acción climática y atraer a los inversores, o en la creación de mecanismos para transversalizar el objetivo de neutralidad climática como guía de todas las políticas.
“Estamos ante una nueva gobernanza europea y tenemos que ser capaces de incluir en esta ley nuevos objetivos, nuevos sectores y actores no estatales, de manera que responda a los retos a los que nos enfrentamos”, ha añadido Ribera. A su juicio, a la propuesta actual le falta “concreción, especialmente en los objetivos a 2030, y más orientación de cómo van a articular las inversiones, las transformaciones, las medidas industriales, energéticas o sociales que hay que activar ya mismo, en 2020, para conseguir la neutralidad climática en 2050”.
En esa línea, España remitió el pasado martes una carta al vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Frans Timmermans, junto con Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Eslovenia y Suecia, pidiendo que la UE presente su evaluación para alcanzar un objetivo de reducción de emisiones a 2030 más ambicioso en el primer semestre de este año, pasando del 40% actual respecto a 1990 a un 50 o 55% respecto a la misma fecha.
“Esta propuesta de Ley es un punto de partida interesante, nos parece que está bien planteada pero que todavía puede enriquecerse dado que va a ser la norma marco que oriente el conjunto de las políticas europeas domésticas e internacionales en las próximas décadas”, ha agregado la vicepresidenta, quien ha animado a los ciudadanos a participar en el proceso de información pública que se acaba de abrir.
Fondo de transición justa
Respecto al debate sobre el nuevo Mecanismo de Transición Justa, que incluye un Fondo para ofrecer apoyo a las regiones y a los sectores más afectados por la transición hacia la neutralidad climática, la vicepresidenta ha afirmado que “es positivo que la Comisión se tome en serio y haga referencia a aquellos trabajadores, aquellas comarcas, que se ven afectados por la transformación a través del Fondo de Transición Justa”. Un fondo que se completa con otros mecanismos estructurales como son el Fondo Social Europeo, el Fondo para Jóvenes y el Empleo, o el Fondo de Cohesión.
Para España, el Fondo de Transición Justa “aún es muy mejorable”, ya que los indicadores escogidos por la comisión se reduce el peso de las zonas carboneras sobre otras zonas industriales europeas.
Ribera ha pedido en el Consejo de Ministros de la UE que “se exija a los países que se puedan beneficiar de ese fondo un compromiso claro con la descarbonización, con objetivos a 2030 y 2050; que en la asignación de fondos se tome con claridad la referencia de cuáles son los niveles de desempleo y las transformaciones que se están viviendo en las zonas afectadas por el cierre del carbón”.
Pacto Verde Europeo
Los ministros de Medio Ambiente de la UE han debatido también sobre el Pacto Verde Europeo, un documento que debe convertirse en la nueva estrategia de crecimiento para la región y que sitúa, por primera vez, la agenda ambiental y de clima al más alto nivel.
Además de un objetivo de reducción de emisiones a medio plazo que sea coherente con la neutralidad climática en 2050, Ribera ha destacado como ámbitos de acción prioritarios dentro del Pacto Verde Europeo los sectores industrial y agrario. La vicepresidenta considera que hay que acompañar a estos sectores para que sean capaces de modernizarse, ser más eficientes y adaptarse a los impactos del cambio climático; alinear la fiscalidad con los objetivos climáticos, gravando las actividades que perjudican al medio ambiente; y frenar la pérdida de biodiversidad como gran prioridad”.
A este respecto, España considera necesaria una estrategia europea en materia de biodiversidad “claramente ambiciosa”, con compromisos y objetivos para la conservación de hábitats y especies, pero no solo, también es necesario nueva normativa en materia de biodiversidad.
Por otra parte, en la discusión sobre el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, también incluido en el Pacto Verde Europeo, España apuesta por reforzar las actuaciones en sectores clave como el textil, la construcción y demolición, y la automoción; por impulsar el ecodiseño y por prestar especial atención al impacto medioambiental de las sustancias químicas.
Estrategia a largo plazo
El Consejo de Ministros de la UE ha adoptado también la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo de la Unión Europea, que debe presentarse al secretariado de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en los primeros meses de este año. La elaboración de estas estrategias está recogida en el Acuerdo de París, que establece 2020 para su presentación.
La Estrategia europea debe asegurar la consecución de la neutralidad climática en 2050, objetivo aprobado por el Consejo Europeo el pasado 12 de diciembre, convirtiendo a Europa en el primer continente neutro en carbono.