Soluciones pioneras para reducir el impacto de los microplásticos

En el marco del proyecto PRESERVE se han estudiado soluciones que permitan favorecer la reducción en la liberación de microplásticos procedentes de materiales reciclados
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28-01-2025
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Los micro y nanoplásticos (MNPs), partículas sintéticas menores de 5 mm derivadas del petróleo, suponen una preocupación creciente debido al aumento de su presencia en el medio ambiente. Estas partículas se dividen en primarias, diseñadas para productos industriales y cosméticos, y secundarias, que surgen de la degradación de plásticos más grandes. Los MNPs se acumulan en los ecosistemas acuáticos, ingresando en las cadenas alimentarias, y actúan como vectores de contaminantes como metales pesados o bacterias. Su pequeño tamaño, al permitirles atravesar membranas celulares, aumenta su toxicidad tanto para la fauna marina como para los seres humanos.

 

Micro y nanoplásticos (MNPs): el desafío de su eliminación

Los MNPs están presentes en aire, agua y suelo. En la atmósfera, el viento y la lluvia los transportan, afectando zonas distantes. En ríos, llegan a lagos y océanos, y en suelos penetran hasta capas profundas, siendo absorbidos por las plantas. Las principales fuentes de contaminación son la agricultura, por el uso de plásticos en riego y fertilizantes; las ciudades, con residuos plásticos indebidamente gestionados; y la industria, que libera partículas durante el uso y transporte de productos plásticos.

Aunque las estaciones de depuración de aguas residuales (EDAR) retienen gran parte de los MNPs, algunos llegan a los ecosistemas o se reintroducen al suelo a través de los fangos fertilizantes. La implementación de tratamientos terciarios podría mejorar su eliminación.

Su ingreso al organismo humano es principalmente por ingestión de alimentos como bivalvos, crustáceos, pescados o agua contaminada. También inhalados a través del polvo de textiles sintéticos y materiales de construcción, o se absorben por la piel mediante productos cosméticos. Además de sus posibles efectos nocivos para la salud humana, también impactan negativamente en plantas acuáticas y animales, especialmente a aquellos que filtran agua, como peces y aves. Adicionalmente, pueden transportar contaminantes que agravan su efecto ecológico.

Frente a esta problemática, diversas instituciones están adoptando medidas, como el Reglamento 2020/741 sobre la reutilización de agua para riego, el Pacto Verde Europeo o el Plan de Acción para la Economía Circular. Además, el Reglamento 2023/2055 prohíbe la venta de productos que contengan MNPs añadidos intencionadamente.

 

El proyecto PRESERVE, financiado por el programa europeo Horizonte 2020 y en el que participa el centro tecnológico ITENE, tiene como objetivo sustituir los materiales plásticos procedentes de combustibles fósiles por soluciones biobasadas basándose en la filosofía del “upcycling”.

 

 

¿Cómo se aborda esta problemática desde la I+D? La labor de ITENE en el proyecto PRESERVE

En este sentido y en línea con la legislación europea, las metodologías para calcular la circularidad de productos se abren camino, cada vez más usadas por empresas. Entre las metodologías disponibles, destaca la de la fundación de Ellen McArthur, con guías públicas y ampliamente conocida. Esta metodología ofrece un resultado entre 0 y 1. Cualquier producto que se fabrique utilizando únicamente materia prima virgen y acabe en un vertedero al final de su fase de uso puede considerarse un producto totalmente «lineal» y el resultado es 0. Por el contrario; cualquier producto que no contenga materias primas vírgenes, que se recoja completamente para su reciclado o la reutilización de sus componentes, y cuya eficiencia de reciclado sea del 100%, puede considerarse un producto totalmente «circular», y por tanto el resultado es 1.

Esta metodología también considera el origen de las materias primas, un producto con materias primas bio-basadas obtiene mejor resultado en circularidad que uno con fuente fósil virgen.

 

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Bajo esta perspectiva, el proyecto PRESERVE, financiado por el programa europeo Horizonte 2020 y en el que participa activamente el centro tecnológico ITENE, tiene como objetivo sustituir los materiales plásticos procedentes de combustibles fósiles por soluciones biobasadas basándose en la filosofía del “upcycling” (suprarreciclaje). En este sentido, ITENE, ha puesto en práctica dicha metodología analizando la circularidad de un brick de cartón de leche, hecho de papel certificado con FSC cuyo índice de circularidad es de 0,81. Mientras que el resultado obtenido para un envase tipo flowpack hecho de PP virgen y no reciclable obtiene un índice de circularidad de 0. A su vez, en el proyecto, también se han estudiado soluciones que permitan favorecer la reducción en la liberación de microplásticos procedentes de materiales reciclados. Concretamente, ITENE ha desarrollado un recubrimiento biobasado cuya aplicación en tejido no tejido reciclado para una bolsa de la compra, permite una reducción de hasta un 80% de microfibras liberadas.

De esta manera, tanto el cálculo de la circularidad de productos, como las aplicaciones de soluciones que permitan reducir la presencia de microplásticos, pueden ayudar a las organizaciones en su transición hacia una economía circular y de menor impacto medioambiental actuando desde la fase de diseño de sus productos. 


Artículo de Arantxa Ballesteros, Javier Alcodori, Carla Bartolomé, Teresa Calvo. ITENE.

 

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