Robots para limpiar el fondo marino
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En la actualidad, hay hasta sesenta y seis millones de toneladas de residuos en los océanos y la gran mayoría se encuentra en el fondo marino. Sin embargo, a excepción de unas pocas operaciones potencialmente peligrosas con buzos humanos, la mayor parte de iniciativas para limpiar los residuos del lecho marino se han centrado en eliminar la basura que flota en la superficie. Los investigadores del proyecto SeaClear, financiado con fondos europeos, están desarrollando una tecnología basada en la inteligencia artificial para limpiar el fondo marino sin poner en peligro la vida de ninguna persona. Dicha tecnología pretende automatizar el proceso de búsqueda, identificación y recogida de basura marina mediante robots autónomos que trabajan de forma colaborativa. El sistema se compone de una embarcación, un dron volador, dos robots subacuáticos y una cesta de recogida. Según SeaClear, sus robots serán los primeros en limpiar la basura del fondo marino.
¿Cómo funciona este sistema?
La embarcación no tripulada examina el lecho marino con un tipo de sonar denominado «ecosonda multihaz» e identifica cualquier residuo de gran tamaño que encuentra. Dicha embarcación, desarrollada por la empresa Subsea Tech (Francia), socia del proyecto SeaClear, actúa como el buque nodriza del sistema: el resto de robots se comunican con ella, salen y vuelven a la embarcación y, además, obtienen energía a partir de ella a través de amarres. Cuando el agua está lo suficientemente clara, un dron busca grandes zonas de basura identificables desde el aire. Debajo del agua, un pequeño robot de observación emplea una cámara y un sonar para examinar el fondo marino en busca de la basura más pequeña. A continuación, un segundo robot subacuático más grande recoge la basura con un sistema de agarre hecho a medida y equipado con un dispositivo de succión para alcanzar la basura parcialmente enterrada. Unas pequeñas aberturas parecidas a una rejilla situadas en las palas del sistema de agarre, garantizan que no se dañe a las formas de vida marina más pequeñas que puedan haber quedado atrapadas de forma accidental. El robot deposita cada trozo de basura que ha recogido en una cesta desplegada desde la embarcación. La cesta está concebida especialmente para evitar la fuga de basura flotante en el agua.
Pruebas y más pruebas
En mayo de 2022, SeaClear probó su prototipo en el puerto de Hamburgo. Se trataba de la segunda ronda de ensayos, tras la primera que tuvo lugar en Dubrovnik (Croacia) en septiembre de 2021. En Dubrovnik, donde la visibilidad bajo el agua era relativamente buena, el equipo logró que los diferentes componentes funcionaran como un único sistema. Sin embargo, Hamburgo ofreció desafíos y condiciones de prueba totalmente diferentes, en comparación con Dubrovnik. La visibilidad bajo el agua muy inferior (a menudo, menos de unos pocos centímetros) y el tráfico intenso de embarcaciones comerciales hizo que fuese imposible utilizar cámaras de visión para detectar la basura. Por lo tanto, los investigadores solo pudieron basarse en los sensores sonar. «Ahora estamos construyendo todo el sistema nosotros mismos a partir de datos del sonar, porque hasta ahora no había una base de datos independiente para esto», señala el doctor Stefan Sosnowski de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), entidad socia del proyecto SeaClear, en una noticia publicada en «California18». Dado que en el ensayo de Hamburgo se estaba probando la integración de los componentes del prototipo, el sistema todavía no era totalmente autónomo. Sin embargo, los investigadores estaban, en general, bastante satisfechos con la ejecución de la prueba, que es a la vez una simple prueba intermedia para SeaClear (SEarch, identificAtion and Collection of marine Litter with Autonomous Robots). El proyecto finaliza en diciembre de 2023.