El proyecto RECOVER combina enzimas y organismos para remediar la contaminación por plásticos
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A nivel mundial, se producen 360 millones de toneladas de plástico al año. El 40% es consumido por el sector del envasado de alimentos y el 3,5% por la agricultura; poco más del 30% de los residuos plásticos generados en la UE se reciclan, el resto se incineran, se depositan en vertederos o se liberan al medio ambiente. De ahí la importancia de que la industria establezca diferentes sistemas para cerrar el bucle del material plástico.
Para abordar estos desafíos al final de la vida útil de los plásticos, el proyecto RECOVER está trabajando para proporcionar nuevas soluciones biotecnológicas utilizando la acción combinada de enzimas y organismos (microorganismos, lombrices de tierra e insectos) para la remediación de la contaminación por plásticos en los campos agrícolas y la conversión de plásticos no reciclables.
Extracción de quitina
Los insectos y las lombrices de tierra, con los microorganismos en sus sistemas digestivos y las enzimas que producen, actúan en colaboración y transforman una gran parte de estos plásticos en componentes de los que se extrae la quitina, un ingrediente para la fabricación de plásticos biodegradables. Precisamente, el aspecto más innovador de este proyecto es la acción combinada de todos los elementos.
El objetivo es convertir los residuos plásticos en biofertilizantes y bioplásticos para aplicaciones agrícolas y de envasado de alimentos
Otra estrategia dentro del mismo proceso es generar biofertilizantes a partir de los excrementos de insectos y lombrices de tierra y la ropa de cama utilizada para su desarrollo a expensas de los plásticos. Los mismos organismos también se utilizarán para eliminar los contaminantes que están presentes en los fertilizantes agrícolas y terminan en el suelo.
Tipos de plásticos y selección de organismos y enzimas
Durante los primeros 18 meses del proyecto, la actividad se ha centrado en definir los tipos de plásticos de desecho de alimentos y el enfoque logístico, seleccionar los organismos y enzimas para su degradación e iniciar la ampliación para su producción combinada. Además de seleccionar los organismos y enzimas, se están estableciendo las condiciones básicas necesarias para degradar los plásticos elegidos.
A partir de ahora, se abordará la fase más compleja: probar los organismos seleccionados en condiciones similares a la realidad, en suelos contaminados con plástico o en un proceso de compostaje donde se controlará lo que suceda con los plásticos. Todo esto también implicará estudios económicos, sociales y logísticos sobre cómo se transportarán los plásticos no reciclables a las unidades de tratamiento y cómo se implementarán estos procedimientos en los reactores de compostaje controlado.
El objetivo final del proyecto es generar un conjunto de herramientas biotecnológicas y probarlas en flujos de residuos plásticos mixtos reales en entornos contaminados. Esto establecerá condiciones ambientales simples que se pueden replicar en granjas o municipios como una actividad rentable, allanando el camino para la explotación futura y apoyando el esfuerzo de la UE por cambiar a modelos circulares y abordar la contaminación por plásticos.
El proyecto RECOVER hará una valiosa contribución ofreciendo soluciones a los principales problemas planteados por los residuos plásticos agroalimentarios, así como estableciendo una nueva interconexión transversal en la bioeconomía que implica la gestión de residuos y la biotecnología.
RECOVER tendrá un impacto ambiental muy positivo; se espera que ofrezca enormes ventajas al disminuir la generación y dispersión de plásticos en los cambios y reducirá la gran cantidad de plástico que actualmente está enterrado en vertederos o incinerado con las implicaciones que esto tiene para la liberación de GEI.