Alberto Tuñon Villafañe es el Director Comercial de Econward, empresa tecnológica que opera en el ámbito de la gestión de residuos y la producción de gases renovables. Aunque la empresa acumula más de una década de experiencia, su salto a la escena pública ha sido reciente. En 2022, el Ministerio para la Transición Energética y el Reto Demográfico le concedió el Premio Nacional de Energía. Sin embargo, Econward mira mucho más allá de nuestras fronteras.
¿Cómo definirías Econward? ¿Qué aporta al sector de los gases renovables?
ECONWARD es una empresa que pretende abordar la transición energética y la lucha contra el cambio climático, a partir del desarrollo de tecnologías para llevar a cabo una correcta gestión de los residuos orgánicos. A través de una tecnología propia llamada BIOMAK® ofrece la mejor alternativa para tratar los biorresiduos y facilitar su conversión en gases renovables.
"A través de nuestra tecnología BIOMAK® ofrecemos la mejor alternativa para tratar los biorresiduos y facilitar su conversión en gases renovables"
¿En qué consiste esta tecnología?
Es un sistema de autoclaves para residuos sólidos, que permite la recuperación de la materia orgánica de los residuos sólidos urbanos (RSU), modificando sus propiedades. Está totalmente automatizado y funciona con parámetros constantes de presión y temperatura. Este proceso, llamado hidrólisis térmica, está bastante generalizado para el tratamiento de residuos con una menor concentración de sólidos, como los lodos de depuradoras. Pero su aplicación a los residuos municipales ha supuesto siempre un reto para el sector, debido al desgaste de los equipos y a sus elevados costes de operación. Con el BIOMAK® hemos sido capaces de hacer frente a este desafío, y cuantificar con precisión los beneficios que ofrece la hidrólisis térmica.
¿Cómo puede ayudar Biomak® en la producción de gases renovables?
Creemos que la biometanización es la mejor alternativa para el tratamiento de los residuos orgánicos. Pero cuando hablamos de residuos municipales este proceso es complejo, debido a la heterogeneidad de su composición. En Econward defendemos que se puede producir biometano a partir de residuos urbanos con la misma estabilidad de proceso que si se tratara de otros residuos más homogéneos, como los procedentes de la industria agroalimentaria.
Nosotros proponemos un pretratamiento de hidrólisis térmica para este material, para lograr fundamentalmente tres cosas: una degradación física del material, que permite realizar una separación eficiente de los residuos no orgánicos y obtener una biomasa homogénea; una degradación química, que simplifica las cadenas moleculares para una mejor digestión por las bacterias metanogénicas; y una higienización del material, lo que asegura un digestato de gran calidad.
"En Econward defendemos que se puede producir biometano a partir de residuos urbanos con la misma estabilidad de proceso que si se tratara de otros residuos más homogéneos"
Muchas veces se refieren a vosotros en los medios como una empresa de I+D+i.
Econward es una empresa tecnológica, efectivamente, en la que la investigación y la innovación forman parte del ADN de la compañía. Durante los últimos cinco años, hemos invertido más del 80% de nuestro presupuesto en I+D+i. Pero todo responde a un objetivo claro: desarrollar modelos de negocio de triple impacto, que conlleven al mismo tiempo beneficios económicos, sociales y ambientales. Esto no sería posible sin una visión del sector a largo plazo.
"Durante los últimos cinco años, hemos invertido más del 80% de nuestro presupuesto en I+D+i"
¿En qué fase se encuentra la empresa?
Desde la entrada de un grupo inversor en 2018, y tras cinco años de una intensa inversión en I+D+i de aproximadamente 40 millones de euros, estamos listos para encarar con éxito los primeros proyectos, que verán la luz entre 2024 y 2025. Durante esta primera etapa, y gracias a un equipo humano altamente cualificado, nos hemos enfocado principalmente en perfeccionar la ingeniería, por un lado, lo que nos permite asegurar la solvencia técnica de la tecnología y apostar por una vida útil de más de 20 años de operación; y, por otro lado, desarrollar distintas líneas de investigación sobre las aplicaciones de la biomasa termohidrolizada. Algunos de estos proyectos han supuesto varios años de investigación y han dado lugar a nuevas patentes.
¿Crees entonces que existe espacio para la innovación en el sector?
El sector del tratamiento de residuos ha estado sumido durante décadas en un letargo en el que no ha habido incentivos para promover la innovación. No se han desarrollado tecnologías eficientes porque el vertedero ha sido siempre la opción más económica. Pero únicamente mediante la incorporación de nuevas tecnologías podremos alcanzar los objetivos de reciclaje marcados por la Unión Europea.
Actualmente, el sector está experimentando una enorme transformación, y no puede haber transformación sin innovación. No solamente ha habido grandes novedades en el plano normativo, sino que estamos viviendo un cambio de mentalidad. Existe ahora una mayor conciencia ambiental, lo que ha generado un interés creciente entre los ciudadanos para saber qué se hace con sus residuos. Esto es muy positivo, ya que tradicionalmente hablar de residuos ha sido algo incómodo para los responsables de su gestión.
¿Cómo ves el futuro de los gases renovables?
Todos somos conscientes del papel que el hidrógeno va a jugar en el futuro como vector de la transición energética. Se está invirtiendo mucho tanto en infraestructuras como en abaratar la producción. Pero para hacer frente a la crisis climática, es preciso reivindicar el rol que el biometano juega en el corto y medio plazo. Afortunadamente, los poderes públicos ya se han hecho eco en España de la importancia de impulsar la producción de este gas renovable, como se recoge en la Hoja de Ruta del Biogás de 2022 o en la reciente actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que menciona expresamente las medidas de actuación que se van a llevar a cabo para tal fin.
"Para hacer frente a la crisis climática, es preciso reivindicar el rol que el biometano juega en el corto y medio plazo"
En nuestro caso, como empresa que promueve la producción de biometano a partir de los biorresiduos, creemos que el futuro de la biometanización pasa por la codigestión de distintos flujos de residuos orgánicos, con el fin de optimizar la producción de biogás. Creo que esto permitirá realizar una gestión más efectiva de los residuos orgánicos y aprovechar su potencial energético.
¿Y el futuro de la gestión de los residuos?
Creo que está fraguando la idea de un trinomio que implica una colaboración conjunta entre administraciones públicas, ciudadanos y empresas. Esto debería retroalimentar la implicación de todos los actores, intentando en primer lugar reducir la generación de residuos, y tratar correctamente los que se generan. Por parte de las administraciones, impulsando un marco legislativo favorable, que es el primer paso; por parte de las empresas, implementando nuevos procesos con impacto real, más allá del green washing; y a los ciudadanos, poniéndonoslo fácil para que podamos realizar una separación en origen eficiente. Es importante que cale el mensaje de que sostenibilidad y consumo van de la mano, y que racionalizar este último es la clave del éxito.
Cada vez se habla más de generación de energía a partir de residuos…
La energía es una necesidad básica, y en el contexto en que nos encontramos, aún más. El aprovechamiento energético de los residuos ha evolucionado mucho a lo largo de los últimos años. Pero la gran revolución en términos de valorización energética de residuos ha llegado de la mano de los gases renovables. Producir energía limpia a partir de nuestros propios residuos es la cuadratura del círculo. En Econward nos gusta decir que trabajamos para construir un puente sostenible entre la gestión de residuos y la generación de energías renovables.
"La gran revolución en términos de valorización energética de residuos ha llegado de la mano de los gases renovables. Producir energía limpia a partir de nuestros propios residuos es la cuadratura del círculo"
¿Cuáles son vuestros principales mercados y por qué?
Como empresa española, que ha desarrollado su tecnología íntegramente dentro de nuestras fronteras, nos interesan los mercados europeos. La Unión Europea ha propiciado un marco regulatorio favorable y los países europeos estamos liderando la transición energética y las buenas prácticas en gestión de residuos. En la misma línea va el Reino Unido, que tiene un talante especialmente innovador y donde estamos teniendo muy buena acogida.
Por otra parte, nuestro principal mercado, y donde estamos destinando gran parte de nuestros esfuerzos humanos y económicos, es Estados Unidos. Desde el inicio de nuestra actividad, hemos estado muy volcados en el mercado americano, que tiene un potencial enorme de crecimiento. Contamos con oficinas y laboratorio en California, desde donde llegamos al resto del país.
"Nuestros clientes naturales son las grandes empresas energéticas, de gestión de residuos y administraciones públicas, lo que nos exige un altísimo nivel de profesionalidad y de recursos"
¿Cuál ha sido el principal desafío al que habéis tenido que hacer frente?
Aunque el viento sopla a favor, los desafíos son numerosos y continuos. Llegar hasta aquí no ha sido un camino de rosas. Estar a la vanguardia de la innovación implica estar dando golpes de timón y corrigiendo el rumbo constantemente. Pero lo importante es saber hacia dónde nos dirigimos. Realmente es un reto fascinante.
Dejando de lado la parte técnica, que nos pone permanentemente a prueba, somos una empresa pequeña que opera en un sector cuyos proyectos, además de ser complejos por la cantidad de factores que intervienen, conllevan plazos de maduración muy largos. Nuestros clientes naturales son las grandes empresas energéticas, de gestión de residuos y administraciones públicas, lo que nos exige un altísimo nivel de profesionalidad y de recursos. Aunque estamos bien respaldados financieramente, el compromiso de nuestros accionistas es fundamental.
Por último, ser capaces de atraer y retener el mejor talento también es un desafío. El sector se encuentra en un momento fascinante, con mucho movimiento de profesionales. Es fundamental que todas las personas que trabajan en Econward se contagien de la ilusión por trabajar en este proyecto.
"La parte del tratamiento de residuos necesita un gran impulso, sobre todo en lo que se refiere a la disposición de residuos orgánicos en vertedero"
Tú ya tenías una larga trayectoria en el sector de la gestión de los residuos urbanos en una empresa consolidada, ¿qué fue lo que te movió a la hora de embarcarte en esta aventura?
El sector de la gestión de residuos es complejo y se ha sofisticado mucho en los últimos años. Es difícil contar con una visión global si no se conocen en profundidad sus distintos aspectos. Yo venía del mundo de la recogida, que tiene unas características distintas debido a la visibilidad que tiene ante los ciudadanos. Y aunque todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a la mejora de los flujos de la recogida selectiva, vamos bien encaminados. Sin embargo, creo que la parte del tratamiento de residuos necesita un gran impulso, sobre todo en lo que se refiere a la disposición de residuos orgánicos en vertedero. Los objetivos de reciclaje que nos hemos fijado en la Unión Europea, y que estamos viendo replicarse en mayor o menor medida en otros países, exigen que, además de una recogida selectiva de gran calidad, contemos con sistemas de tratamiento con capacidad suficiente y con carácter inmediato.
Sin embargo, mi principal motivación para venir a Econward fue conocer el propósito de sus accionistas. Es un privilegio trabajar junto a personas que anteponen sus ideales a la rentabilidad económica, que tienen una visión de largo plazo y que arriesgan sus recursos en aras del bien común. Como nos suelen repetir a menudo, a nosotros sólo nos va bien si al planeta también le va bien.