Resolver un reto global, como el que afronta la industria textil en materia de residuos, solo puede hacerse de forma conectada y colectiva. De esta creencia nace T_Neutral, una iniciativa de las hermanas emprendedoras Mariana y Carlota Gramunt, que tras su experiencia al frente de una marca de moda sostenible, decidieron enfocar su lucha en la búsqueda de un marco homogéneo y global para poder acelerar la necesaria transformación circular de la industria textil.
¿De dónde nace la idea de T_Neutral y por qué decidisteis reorientar vuestro negocio?
Aunque T_Neutral nació en 2020, todo arrancaba en 2016, cuando fundamos nuestra marca de moda SIDIKAI, con la que quisimos proponer una alternativa que situara la moda como agente de cambio positivo y no de destrucción masiva, tal y como viene revelándose en las últimas décadas. Si bien podía tratarse de un objetivo grandilocuente para una pequeña marca, comenzamos a operar con esa visión, reformulando los pasos de la cadena de producción de los productos textiles que íbamos sacando, y reorientándolos hacia la generación de impacto positivo. Pensábamos en la mejor manera de abordar todos los escollos que íbamos encontrándonos, desde el diseño orientado al zero waste, la selección de materiales responsables y certificados, la mano de obra en condiciones… y fue a lo largo de todo este proceso, cuando nos topamos de bruces con el problema del residuo textil, no tanto a nivel individual como marca, sino a nivel industrial, con datos globales. Este es el punto de inflexión que nos llevó a repensar nuestra idea.
¿Qué descubristeis? ¿Cuál es el principal problema de la industria textil?
Nos dimos cuenta que el residuo estaba en el centro de la moda. La UE calcula que la industria textil es responsable del 10% de las emisiones mundiales de CO2. El modelo de “moda rápida” de usar y tirar, genera 92 millones de toneladas de residuos textiles al año, solo por detrás del plástico. Residuos textiles que en un 87% acaba en un vertedero o se incinera ya que apenas se recicla o reutiliza un 13%. Esto una auténtica barbaridad. Si te pones a extrapolar estos datos a la actividad del día a día, terminas por darte cuenta que el textil que estás produciendo o vendiendo es, en realidad, basura. Es una realidad muy dura para una marca, más aun cuando habíamos nacido con la idea de plantear una alternativa. En este momento, comenzamos a dudar de si estábamos generando más bueno o malo, si estábamos luchando contra el problema o contribuyendo a hacerlo más grande aún, y fue esta diatriba la que nos llevó, en primer lugar, a cesar nuestra actividad como marca; y en segundo, a pensar si, reconduciendo nuestro conocimiento dentro de la industria y también nuestra capacidad creativa, seríamos capaces de impactar más, para conseguir esa visión inicial con la que habíamos nacido, de una forma más acelerada y más intensa. Nuestra marca nos había servido para aprender mucho, conocer la moda desde dentro y nos aportó muchas herramientas, para dar el paso siguiente.
Nos dimos cuenta que el residuo estaba en el centro de la moda.
Surge entonces T_NEUTRAL, ¿con qué objetivo?
Queríamos crear una solución para la industria. No se trataba de diseñar una solución para un pequeño negocio, sino a nivel colectivo, para que la industria textil pudiera adoptarla y hacerla suya, sabiendo que, evidentemente no seríamos una solución única, pues todos aportamos cosas diferentes, pero siempre con la intención de crear un lenguaje común para todos, de conseguir que la industria “remara” a una. Por ello, creamos un modelo basado en tres objetivos: medir, reducir y compensar (M-R-C), para acelerar la transformación de la realidad actual a la que necesitamos: un horizonte totalmente libre de desperdicio textil.
¿Cómo comenzasteis a materializar este aluvión de ideas?
Nuestro primer paso fue crear la Huella Textil, una métrica transversal, que permitiera a todos los productores medir y controlar su impacto. Fuimos pioneras en esto ya que la industria del textil no contaba con ningún parámetro que permitiera cuantificar y trazar el textil resultante de la actividad de los productores.
Nuestro primer paso fue crear la Huella Textil, una métrica transversal, que permitiera a todos los productores medir y controlar su impacto.
Para crearla, analizamos cómo lo estaban haciendo ahí fuera, cómo se abordaba el cálculo de la huella en otras materias como el carbono, el plástico o el vidrio. De esta manera, pudimos trazar paralelismos y, aunque descubrimos que cada material es distinto por naturaleza, la metodología resultó parecida.
Troceamos en primer lugar toda la cadena de suministro de un bien textil en procesos unitarios, en cada uno de los cuales el textil sale al exterior de forma muy distinta, de forma que el productor pudiera tomar la “receta” y hacer la suya propia, seleccionando las tareas unitarias que conforman su cadena de valor y midiendo la cantidad de textil que arroja en cada una de ellas.
La Huella Textil neta, pretende ser, por tanto, una especie de contenedor, de todas las prácticas, tanto buenas como malas, que realiza un productor. Con ella, se obtiene información muy útil sobre la cantidad de residuo sobre la que se ha perdido el control, ofreciendo un mapeo exhaustivo de todo el proceso, en el que identificar los puntos de fuga y sobre el que poder elaborar un marco de actuación para tomar responsabilidad, primero implementando prácticas circulares y de reducción (R); y en última instancia, actuando sobre aquel textil imposible de reducir (C).
Cuando conocemos el residuo textil que estamos generando, ¿qué podemos hacer para reducirlo?
Una vez se tiene esa foto de la huella textil neta, nosotros ofrecemos, como servicio de T_Neutral, recomendaciones de mejora, a través de un trabajo muy intenso de selección de colaboradores. Nosotras proporcionamos el marco de actuación, pero somos plenamente conscientes de la cantidad de gente que hay haciendo cosas muy específicas y muy bien hechas, por lo que la idea es crear un ecosistema de soluciones circulares para poder proporcionarles a los productores las recomendaciones concretas para que la huella de su negocio vaya siendo menor de año en año.
Por último, ¿cómo hacer frente a aquel residuo que, inevitablemente, ha escapado de nuestro control?
Compensar es la tercera de nuestras premisas, y por tanto, a la que se habrá de recurrir en última instancia. Es crucial entender que, mientras las actividades de medir y reducir han de ser infinitas dentro de la operativa, la compensación es una medida temporal y transitoria, que nace para morir y que nos permitirá paliar el daño que es inevitable hasta convertirnos en 100% circulares.
El planteamiento de T_Neutral surge desde la honestidad, a sabiendas de que somos una de las industrias menos circulares, y de que no lo seremos por un largo período de tiempo. Sin embargo, hemos de estar cómodos con esta transición, sabiendo que estamos adoptando un modelo que nos ayuda a acelerarla, pero que será un camino, cargado de compromisos y que requerirá de mucho esfuerzo.
En la actualidad, estamos trabajando en el desarrollo de la plataforma de compensación, que funciona a partir de créditos textiles -que al igual que los del carbono, sirven como moneda de cambio- , y a través de los cuales, los productores podrán responsabilizarse, de forma totalmente voluntaria, del textil emitido, a través de contribuciones a iniciativas en primera línea de la gestión del residuo que necesitan de esta financiación.
Estos créditos pertenecen a proyectos transparentes y fiables de recogida de textil, clasificación, reciclaje, i+D+i…, diseñados y verificados por T_Neutral, que asegura una gestión del textil trazable y medible.
¿En qué está trabajando T_Neutral en este momento y cuáles son vuestras vistas a futuro?
En la actualidad, estamos midiendo la Huella Textil con diferentes marcas. Los tres primeros en aventurarse a peinar sus datos con nosotras fueron Ecoalf, Sepiia y Derwill, líderes en sus respectivos campos, para quienes ya hemos elaborado su primera Huella Textil; continuamos cerrando tratos y con la intención de hacerlo también hacia el exterior.
En este sentido, nuestro objetivo a futuro es, en primer lugar, dar a conocer este parámetro de medición para que sea útil para la industria, al margen de nuestros servicios como empresa; y en segundo lugar, trabajar con marcas que puedan marcar la diferencia, y que por tamaño y volumen puedan provocar un cambio real gracias a su compromiso.
Por otro lado, estamos ya desarrollando los proyectos de compensación, con el objetivo de que las primeras compensaciones puedan hacerse a finales de 2023, puesto que los procesos son largos, y para poder compensar, primero se ha de haber medido. Ecocitex, África Collect y HUMANA son las tres primeras marcas aliadas con la plataforma para el trabajo de compensación.
Las dos primeros proyectos (Ecocitex y África Collect) ponen el foco sobre el sur global -Chile y Kenia respectivamente- donde el problema está motivado por la cantidad de residuo textil que se recibe de las exportaciones, con el propósito de crear un modelo de sistemas circulares, que consigan desviar el desperdicio textil actualmente abocado al vertedero, generando un aporte social y medioambiental en el proceso.
El tercero (HUMANA), por el contrario, se centra en el norte global, en España, donde no existen vertederos y el conflicto es la sobreproducción de textil, con el objetivo de ahondar en el reto de la trazabilidad del residuo y las posibilidades de mejora en la recogida y la reutilización local.
Se trata de tres proyectos de naturalezas diferentes y en sitios diferentes, pues nuestra pretensión es desarrollar metodologías de éxito que poder llevar a otros lugares, en los que contribuir a la creación de ecosistemas circulares.
