Los españoles esperan más de las empresas en materia de acción climática, según una encuesta del BEI
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El Banco Europeo de Inversiones (BEI), en colaboración con la empresa de opinión pública mundial YouGov, ha publicado hoy la quinta edición de la encuesta del BEI sobre el clima, que evalúa la percepción sobre el cambio climático que tienen los ciudadanos en la Unión Europea, Estados Unidos y China. Esta nueva entrega de resultados revela qué esperan los ciudadanos respecto a las empresas y corporaciones en la lucha contra el cambio climático.
Según la encuesta, una gran mayoría de la población española (59 %) siente que sus esfuerzos a favor del clima no están respaldados por las empresas. Esta cifra está ligeramente por encima de la media relativa a esta misma percepción que han expresado los ciudadanos de toda Europa, que muestran el mismo escepticismo, ya que el 54 % de los europeos considera que las empresas no están contribuyendo al compromiso personal de los ciudadanos en materia de lucha contra el cambio climático.
Cuando se les pregunta sobre las posibles soluciones para animar a las empresas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la mayoría de los españoles (53 %) está a favor de establecer medidas reglamentarias estatales, lo que los sitúa cerca de la media europea (52 %). En concreto, el 34 % de los ciudadanos españoles cree que la reglamentación y las sanciones serían la medida más eficaz y el 19 % apunta a los incentivos fiscales, a través de subvenciones y reducciones de impuestos, para fomentar modelos de negocio más ecológicos (véase la gráfico de cabecera para más detalles).
Resulta interesante que la encuesta también revele que los hábitos de consumo de los ciudadanos españoles están muy influenciados por la lucha contra el cambio climático: el 72 % de los españoles considera importante el impacto que los productos o servicios pueden tener en el clima al comprar un producto, lo que los sitúa por encima de media europea (67 %). Si se analizan los datos más detalladamente, los resultados también muestran una brecha de género en las actitudes de compra: el 77 % de las mujeres españolas tiene en cuenta el impacto en el cambio climático de un producto o servicio, un porcentaje un 10 % superior al que expresan los hombres (67 %).
En este contexto, resulta evidente que los resultados ilustran un posible desajuste entre la oferta de las empresas y la voluntad de los ciudadanos de comprometerse con acciones en favor del clima al comprar un producto o un servicio. Un ejemplo a destacar especialmente pertinente es el mercado de la energía. Los ciudadanos españoles señalan las siguientes tres barreras principales que les impiden consumir más electricidad ecológica: el 45 % de ellos dice «No siempre es posible», al 17 % le parece «Demasiado cara» y el 24 % responde que «No sabe». Esta última cifra puede revelar una falta de información y sensibilización respecto a las fuentes de energía más sostenibles.
A nivel regional, los europeos se sitúan por encima de los ciudadanos estadounidenses y chinos en lo que se refiere a la importancia del aspecto climático en los hábitos de consumo. Tanto en Estados Unidos como en China, el 57 % de los ciudadanos afirma que el cambio climático tiene un papel bastante o muy importante en su elección a la hora de comprar productos o servicios, un porcentaje que se eleva al 67% al preguntar a los ciudadanos europeos. Las tres zonas geográficas también difieren en cuanto a la percepción que tienen los ciudadanos del apoyo empresarial a las acciones en favor del clima: solo el 12 % de los chinos y el 45 % de los estadounidenses no se sienten apoyados por las empresas, frente al 54 % de los europeos.
Sobre los resultados de esta encuesta, Emma Navarro, vicepresidenta del BEI responsable de la acción por el clima y el medio ambiente, ha asegurado: «La lucha contra el cambio climático requiere la participación de todos y las empresas desempeñan un papel clave. Los resultados de la encuesta muestran que los ciudadanos esperan que las empresas se comprometan más en la lucha contra el cambio climático. Al mismo tiempo, hemos de transmitir con claridad el mensaje de que la acción por el clima es un buen negocio y que puede aportar beneficios reales al crecimiento económico y a la creación de empleo. Por lo tanto, necesitamos combinar incentivos, intervención reguladora e inversión para crear la economía con bajas emisiones de carbono del futuro. En el BEI estamos dispuestos a hacer aún más. En 2018, el BEI aportó 7 400 millones de euros para proyectos en España, de los cuales casi 1 300 millones de euros se destinaron a proyectos de acción por el clima. Las empresas del sector privado tuvieron una participación importante en estas financiaciones, ya que recibieron 375 millones de euros en préstamos para financiar proyectos relacionados con el clima».