La utilización de residuos forestales para bioenergía tendrá un efecto climático positivo hasta 2050
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Los resultados preliminares de un estudio reciente muestran que la utilización de residuos forestales para bioenergía tendrá un efecto climático positivo hasta 2050. El informe tiene en cuenta el hecho de que, de otro modo, estos residuos permanecerían en los bosques y se descompondrían. La consideración de la descomposición muestra que la bioenergía a partir de residuos forestales no sólo es neutra en carbono, sino que tiene un efecto positivo sustancial en términos de protección del clima.
Los residuos forestales incluyen todos los residuos de la tala y las pérdidas naturales debidas a la mortalidad, los insectos y las tormentas, excluyendo los residuos en el suelo (raíces y tocones) o en la hojarasca. Esta madera de baja calidad, que contiene restos leñosos gruesos y finos, no es apta para otros usos en la industria maderera. Utilizando estos residuos forestales disponibles para astillas forestales en Europa para bioenergía, se pueden evitar acumulativamente aproximadamente 5.600 millones de toneladas de CO2eq entre 2020 y 2050, salvaguardando al mismo tiempo la biodiversidad y la salud de los bosques. Esta cantidad de ahorro por el uso de residuos es comparable a 8 veces las emisiones del transporte por carretera en la UE27 en 2020. Este cálculo se basa en el uso de astillas de residuos forestales en Europa, que ahorrará 2.800 millones de toneladas de CO2eq de aquí a 2050, con una cantidad de residuos equivalente al 10% de las existencias en crecimiento dejadas en el bosque para salvaguardar la biodiversidad. Si todos los residuos se dejaran en los bosques, se producirían emisiones de más de 2.800 millones de toneladas de CO2eq.
La utilización de residuos forestales ofrece un escenario en el que todos ganan, ya que supone una contribución positiva a la transición energética, la protección del clima y la biodiversidad. Por lo tanto, debería clasificarse como subvencionable por el Estado en Europa.
Los resultados del estudio destacan además las sinergias con tecnologías de emisiones negativas como la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) o el biocarbón, así como con el hidrógeno. Estos beneficios adicionales abren la puerta a futuros proyectos inteligentes respetuosos con el clima y la energía a medio plazo.
El autor del estudio, el profesor Hubert Röder, comenta que "aún existe un gran potencial en el uso de la biomasa leñosa primaria para producir energía. Se trata principalmente de un subproducto de la gestión forestal inteligente y sostenible cuyo objetivo es producir madera de alta calidad. Si los residuos no se utilizan, se pudrirán en el bosque, sin sustituir a los combustibles fósiles y sin generar ingresos derivados de las prácticas de gestión forestal sostenible. En otras palabras, se trata de una situación en la que todos pierden: la transición energética, la transición hacia bosques resistentes al cambio climático y la mitigación del cambio climático".