La inversión en tecnología contra el cambio climático se multiplica por tres
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La inversión en tecnología aplicada a la lucha contra el cambio climático se ha multiplicado por tres. Las compañías de capital riesgo y de venture capital destinaron, entre julio de 2020 y junio de 2021, 87.500 millones de dólares a este tipo de tecnologías. De hecho, sólo en el primer semestre del año pasado, la inversión alcanzó los 60.000 millones de dólares, un 210% más que en todo 2020, cuando se levantaron 28.400 millones de dólares. Sin embargo, ésta ingente liquidez no se está utilizando correctamente y se está destinando a soluciones cuyo potencial de reducción de emisiones es del 20%, según el informe El estado de la tecnología aplicada al cambio climático 2021, elaborado por PwC*.
La inversión en tecnología climática aplicada a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero creció muy rápidamente entre 2013 y 2018, y se frenó durante el periodo 2018/2020, como consecuencia del contexto macroeconómico y de los efectos de la irrupción de la pandemia. Sin embargo, ha rebotado con potencia en los seis primeros meses del año pasado, como consecuencia de la mayor atención de los mercados a las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, de la nueva regulación y del compromiso creciente de miles de compañías en todo el mundo por convertirse en cero emisoras netas de carbono.
Algunas pruebas de este boom las tenemos, por ejemplo, en que, entre enero y junio de 2021, el tamaño medio de las transacciones de empresas relacionadas con la tecnología climática se han multiplicado por cuatro; el número de inversores activos pasó de 900 a 1.600; las ya populares SPACs -en inglés, Special Purpose Acquisition Companies-, levantaron nada menos que 25.000 millones de dólares, y el número de compañías unicornio de tecnología climática creció hasta las 78.
El estudio incluye un análisis de las 15 principales tecnologías relacionadas con el cambio climático y revela que la inversión está creciendo en todas ellas, aunque, quizás, no la estemos canalizando del todo bien. Entre el año 2013 y el primer semestre de 2021, el 75% de la inversión en tecnología climática se ha destinado a soluciones con un potencial de reducción de emisiones, en 2050, del 20%, y el 25% restante a las cinco principales tecnologías, que aglutinan una capacidad conjunta para reducir las emisiones de carbono del 80%. Estas tecnologías son la energía solar, la energía eólica, el hidrógeno verde, las tecnologías aplicadas a reducir el desperdicio de comida y a la elaboración de alimentos alternativos/proteínas bajas en gases de efecto invernadero.
Por sectores, el de movilidad y transporte es el que está recibiendo la mayor parte de la inversión que se está levantando -el 61% con 58.000 millones de dólares entre julio de 202o y junio de 2021-, gracias al atractivo de los vehículos eléctricos, de la micro movilidad y de otros modelos de transporte innovadores. De las diez startups que más inversión recibieron en el primer semestre de 2021, ocho eran de este sector. En términos porcentuales, el crecimiento lo encabeza, de nuevo, el segmento de movilidad y transporte, seguido del industrial, fabricación y de recursos naturales y del sector financiero. Cada uno de ellos experimentó incrementos, entre el segundo semestre de 2019 y el primero de 2021, por encima del 266%.
Para Pablo Bascones, socio responsable de Sostenibilidad en PwC, “el planeta tiene diez años para reducir a la mitad las emisiones de gases efecto invernadero si queremos cumplir con el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Para ello, la innovación es crítica. La buena noticia es que la inversión en tecnología climática está creciendo considerablemente. Sin embargo, nuestro estudio revela que debemos canalizar mejor esa inversión hacia aquellas áreas con un mayor potencial de reducción de emisiones”.
* El estudio se ha realizado a partir del PwC Climate Tech Investment Index, una base de datos que incluye información de inversiones en start-ups de tecnología climática, y analiza quince áreas específicas destacadas por su capacidad para reducir las emisiones y la inversión recibida por cada una de ellas.