La gestión del riesgo por inundaciones y sequías resulta aún hoy ineficaz
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La gestión de riesgos ha reducido la vulnerabilidad humana y económica a las inundaciones y sequías; sin embargo, sus efectos siguen aumentando en muchas partes del mundo. Por lo tanto, se necesita una mejor comprensión de las causas de estos efectos cambiantes, según un estudio reciente.
El estudio llevado a cabo con el apoyo de los proyectos HydroSocialExtremes, MYRIAD-EU, PerfectSTORM y SECurITY, financiados con fondos europeos, muestra que, si bien la gestión de riesgos ayuda a reducir el efecto de las inundaciones y las sequías, tiene dificultades para afrontar acontecimientos sin precedentes de una magnitud imprevista. Si un acontecimiento es seguido por un segundo mucho más peligroso, este último es más difícil de gestionar y su efecto casi siempre es mayor. Los hallazgos de la investigación se publicaron en la revista Nature.
La razón del fallo
La coautora del estudio, la catedrática María Carmen Llasat de la Universidad de Barcelona explica por qué el efecto de un acontecimiento peligroso es mayor la segunda vez. "Esto se debe a que la mejora en la gestión se ha basado en los parámetros de episodios anteriores, pero no ha sido diseñada para afrontar fenómenos tan extremos", alega en un comunicado de prensa de EurekAlert!.
Por ejemplo, las infraestructuras grandes como los diques y los depósitos de agua se vuelven ineficaces una vez que se supera el límite superior de diseño. Esto es lo que sucedió en 2014, cuando una inundación pluvial sin precedentes en Malmö, Suecia, superó la capacidad de la red de alcantarillado de la ciudad. Otra razón por la cual la gestión de riesgos falla ante acontecimientos sin precedentes es que generalmente solo se aplica después de una gran inundación o sequía. Según los autores del estudio, "las estrategias proactivas son escasas".
"Es alarmante la dificultad que se observa en la gestión de los acontecimientos sin precedentes, sobre todo si tenemos en cuenta que, como consecuencia del cambio climático, los fenómenos hidrológicos que se predicen son cada vez más extremos», observa Llasat en el comunicado de prensa. Sin embargo, no todos los casos analizados fueron desalentadores. De los 45 pares de inundaciones o sequías estudiados que habían ocurrido en la misma área con años de diferencia, los investigadores identificaron 2 grandes logros: inundaciones pluviales en Barcelona, España (en 1995 y 2018), e inundaciones fluviales en la cuenca del Danubio en Alemania y Austria (en 2002 y 2013)" comenta el estudio.
"En estos dos casos, el segundo acontecimiento, el más peligroso, tuvo un efecto menor, muy probablemente como resultado de los cambios institucionales, una mejor gobernanza de la gestión de riesgos e inversiones importantes en la gestión integrada. Estos esfuerzos «condujeron a una aplicación efectiva de las medidas estructurales y no estructurales, como una alerta rápida mejorada y una respuesta de emergencia para complementar las medidas estructurales como los diques", añade el estudio.
PerfectSTORM (STOrylines of futuRe extreMes) y SECurITY (Social-ECological Interdependencies in TransboundarY water resources systems) destacan la necesidad de que los Gobiernos locales mejoren su conocimiento sobre las áreas propensas a desastres naturales y cómo actuar en caso de un fenómeno extremo. La conciencia ciudadana también es importante. "La educación en las escuelas, la información obligatoria sobre los riesgos de inundación, la mejora de los avisos a la población y las pautas sobre cómo actuar, tanto de forma preventiva como durante la emergencia, son también algunos de los puntos que se deben considerar para reducir el efecto de estos fenómenos naturales", concluye Llasat.