La diversificación de las fuentes de abastecimiento de agua: una apuesta segura para el futuro
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Parece difícil hablar hoy de sequía en cuencas internas catalanas, tras varios episodios encadenados de lluvias que han más que doblado las reservas que teníamos a principios de marzo, pero hay que continuar haciéndolo porque seguimos inmersos en ella. Nos encontramos en una situación algo mejor que el año pasado (con 50 hm3 más almacenados en cuencas internas). Es cierto que los números son algo más optimistas que entonces, y mucho más que hace un par de meses. También es cierto que la tendencia, en cuanto a reservas de agua, es al alza, y que el mes de junio está siendo menos cálido que en 2023, pero, aun así, no podemos bajar la guardia, porque se prevé un verano estándar, con baja precipitación y altas temperaturas, además de un aumento del consumo típico del periodo estival.
Si algo nos ha enseñado esta sequía es que el agua debe estar en el centro del debate a todos los niveles: técnico, político, económico, social, ambiental, etc. El agua, como recurso fundamental, no solo es fuente de abastecimiento necesaria para vivir, sino que es clave para muchas actividades económicas que han visto sus realidades alteradas por culpa de la falta de recurso. Especialmente la agricultura ha sufrido graves consecuencias, pero también lo ha hecho la industria.
Si algo nos ha enseñado esta sequía es que el agua debe estar en el centro del debate a todos los niveles: técnico, político, económico, social, ambiental, etc.
La flexibilización de las medidas que establece el instrumento de planificación específico para gestionar la sequía en cuencas internas, el Plan especial de sequía, ha logrado que los sectores primario y secundario hayan hecho un trabajo de diagnosis focalizado en el uso propio y, consecuentemente, en las posibilidades de ahorro del recurso. Pero no solo los sectores económicos se han puesto a redactar planes de eficiencia, sino que también lo han hecho las administraciones locales que, mediante planes de emergencia (ordenanzas de ahorro), han definido medidas específicas para poder adoptar en cada situación, en función de la gravedad y el estado de sequía en el que se encontrasen.
Volviendo a la comparativa respecto a años anteriores y tomando como ejemplo los mayores embalses que abastecen las zonas más pobladas de Cataluña —Sau y Susqueda— hace un año, concretamente a mediados de junio, se situaban alrededor del 30% de su capacidad y, en la actualidad, superan el 35%, -y todavía con una tendencia creciente-. Ahora bien, justo en 2022, estaban ligeramente por encima del 50%, mientras que en 2021 contaban con el 90% de reservas. Con esto pretendo explicar que estamos todavía en un punto delicado de la sequía y que es clave seguir siendo conscientes de este hecho. Por eso, debemos continuar trabajando en implementar medidas que ayuden a no depender tanto de la meteorología y que contribuyan a que la gestión del agua sea cada vez más eficiente, a la par que reduzca impactos en el medio hídrico y también en la atmosfera con la reducción de CO2.
La diversificación de las fuentes de abastecimiento de agua, a través de la desalinización y la regeneración, ha sido imprescindible en la gestión de este episodio. Nos ha permitido dilatar las reservas durante casi un año y evitar la entrada en escenarios más restrictivos. Prácticamente el abastecimiento doméstico no se ha visto afectado con cortes de suministro y, todo ello, teniendo en cuenta que embalses como Sau (el segundo con mayor capacidad de cuencas internas) ha rondado el 1% de su capacidad en los momentos más críticos.
La diversificación de las fuentes de abastecimiento de agua, a través de la desalinización y la regeneración, ha sido imprescindible permitiendo dilatar las reservas durante casi un año y evitar la entrada en escenarios más restrictivos.
Las dos desalinizadoras en funcionamiento —la del Llobregat y la de la Tordera—, han estado trabajando al 100% desde agosto de 2022, para generar el máximo recurso posible en los escenarios más difíciles, cosa que nos ha permitido consumir menos agua de los embalses. La capacidad de producción actual de estas dos plantas es de 80 hm3/año, que equivale a un embalse como la Llosa del Cavall. Siguiendo esta línea estratégica, y refiriéndome a proyectos futuros, trabajamos en potenciar este recurso no convencional mediante la construcción de la nueva desalinizadora del Foix y la ampliación de la desalinizadora de la Tordera. El objetivo es duplicar la capacidad actual, pasando a producir 160 hm3/año en el horizonte 2029. La licitación de la ampliación de la desalinizadora de la Todera se prevé para este mes de septiembre, por parte de ACUAMED, y la desalinizadora del Foix —que se ha avanzado en la planificación, ya que inicialmente se preveía para un horizonte más tardío— se encuentra en fase de proyecto y ya dispone de todos los informes sectoriales.
La producción de agua desalinizada no se centrará solo en estas grandes infraestructuras, sino que continuamos con el despliegue de desalinizadoras móviles, que estarán a cargo del Consorci d’Aigües Costa Brava Girona, ubicadas en el Alt Empordà, cuyo objetivo es garantizar el abastecimiento de 22 municipios de esta comarca en los meses de verano, cuando mayor es la demanda, y teniendo en cuenta que el embalse que abastece esta zona se sitúa al 23% de su capacidad. Se prevé que entre junio y julio las desalinizadoras estén en funcionamiento. Desde la Generalitat hemos destinado 5 M€ a este paquete de actuaciones.
Siguiendo con proyectos importantes en cuanto a la diversificación de recursos, estamos promoviendo la perforación de 6 pozos en el área del Besós como parte de un plan más amplio y ambicioso para paliar la escasez de agua en la región de Barcelona. Estos pozos permitirán extraer agua subterránea que, después de ser tratada, se podrá utilizar para distintos fines, incluyendo el abastecimiento de agua para la población, ya que en un futuro se construirán dos estaciones de tratamiento de agua potable (ETAP) en la zona.
Además, está previsto que desde la Agencia incrementemos las ayudas destinadas a los ayuntamientos para la construcción y recuperación de pozos —que pasarán de 10 a 20 MEUR—, ya que en la última convocatoria de subvenciones implementada, hemos recibido un gran número de solicitudes (más de 200), hecho que demuestra el interés de las administraciones locales por potenciar las fuentes propias y, consiguientemente, la toma de conciencia, cada vez mayor, de los efectos evidentes del cambio climático en la gestión hidrológica a todos los niveles.
Quiero destacar la actuación que en estos momentos estamos llevando a cabo en la zona de Peralada para reforzar el abastecimiento de tres redes de suministro que hay en esta zona, mediante la construcción de varios pozos, red y depósito de distribución. Esta zona, que depende de un acuífero, también ha sufrido durante muchos meses los efectos de la sequía y, a pesar de una relativa mejora, desde la ACA se seguirán potenciando actuaciones para incrementar la disponibilidad del agua.
La ACA financiará el 90% de los trabajos (de los 4,2 M€ que costarán las obras). Gracias a esta actuación, que consiste en diversificar puntos de extracción del acuífero, la actual zona de extracción, sobreexplotada, se recuperará y, con ello, también lo hará el propio acuífero.
Debemos seguir trabajando para que la gestión del agua jamás abandone los ejes del interés político. Las lluvias de los últimos meses no tienen que esconder la necesidad de incrementar la disponibilidad del agua, siempre bajo criterios de calidad y crecimiento sostenible.
Diversificar los puntos de extracción de un acuífero es una práctica recomendada por varias razones que contribuyen a la sostenibilidad y la eficiencia del uso del agua subterránea. En primer lugar, esta práctica ayuda a la preservación del acuífero porque evita la sobreexplotación localizada, ya que extraer agua de un solo punto llevaría a una rápida disminución del nivel del agua en zonas específicas, lo que puede llegar a causar problemas (inhabilitación del pozo, contaminación, hundimiento del terreno, etc.). Además, distribuir el impacto sobre el acuífero contribuye a más sostenibilidad a largo plazo. En segundo lugar, la variabilidad en la calidad del agua, que puede cambiar significativamente en un mismo acuífero, también es un elemento para tener en cuenta a la hora de apostar por esta diversificación. Pero no solo eso, si por diversas razones fallase esa calidad en uno de los puntos, el territorio no se vería supeditado a una única extracción y el municipio podría seguir abasteciéndose sin necesidad de sufrir alteraciones en el servicio. Asimismo, una extracción más equilibrada ayuda a mantener niveles de agua más estables en todo el acuífero, cosa que no solo supone más equilibro hidrodinámico, sino que reduce el impacto ambiental.
Esta mirada ambiental, marcada por la propia Directiva Marco del Agua, pero también por la concienciación social y técnica en este sentido, cada vez más latente, se refleja en todos los proyectos que promovemos desde la Agencia. Los aquí referidos buscan incrementar la capacidad de producción y almacenamiento del recurso y, sobre todo, diversificar las fuentes de abastecimiento para reducir la dependencia de los embalses y otras fuentes superficiales, que son más susceptibles a las variaciones climáticas y a los períodos de sequía prolongados.
Como director de la Agencia puedo afirmar que estar hoy al 35% de las reservas es mejor que haberlo estado hace un año, por todo el esfuerzo y trabajo que hemos llevado a cabo entre todos los implicados en gestionar la sequía en estos últimos meses: los ayuntamientos han aprobado 300 ordenanzas de ahorro y han presentado 80 auditorías de eficiencia hidráulica, se han activado obras de regeneración y potabilización, hemos otorgado 130 M€ a la administración local para el control del consumo y la mejora del uso del agua... la lista sigue in crescendo.
Estamos mucho más preparados hoy que hace un año y el camino para seguir se debe centrar en añadir más elementos a la lista: más infraestructura, más cuantificación del uso, más uso sostenible, más gestión diversificada, flexible y equilibrada de los recursos, etc.
Debemos seguir trabajando para que la gestión del agua jamás abandone los ejes del interés político. Las lluvias de los últimos meses no tienen que esconder la necesidad de incrementar la disponibilidad del agua, siempre bajo criterios de calidad y crecimiento sostenible. El agua, como elemento céntrico en el debate, ha venido para quedarse.