Envases de aluminio en el nuevo horizonte de reciclabilidad y cambios en los hábitos de consumo
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En 2018 el Parlamento Europeo aprobó que, a partir de 2021, se prohibirán en el mercado de la Unión Europea productos de plástico de un solo uso. Desde ese momento, el diseño, desarrollo y elaboración de soluciones de envasado por parte de las empresas alimentarias, así como la búsqueda de alternativas en cuanto a materiales, se basan cada vez más en criterios de seguridad alimentaria y sostenibilidad.
Ipsos, una de las consultorías especialistas en investigación de mercados, llevó a cabo el estudio “Un mundo de usar y tirar”, en el cual participaron 28 países. Esta investigación buscaba obtener una fotografía global acerca del reto actual de los envases y residuos de plásticos. Entre las conclusiones, se revela que tres de cada cuatro consumidores mundiales -un 75%- afirma que quieren comprar productos que hagan uso del menor número de envases de plásticos posible. En España el porcentaje sube, ya que son casi 8 de cada 10 consumidores los que están de acuerdo con este compromiso, situándonos entre los más dispuestos a usar menos plásticos de un solo uso.
Sin duda, los ciudadanos son cada vez más conscientes de la insostenibilidad del modelo de “usar y tirar”. La AEA -la Asociación Española del Aluminio, que representa a más de 600 empresas del sector- es plenamente consciente de esta necesidad de transformación de todo el sistema de envasado a nivel global. En este sentido, los envases destinados a albergar alimentos deben garantizar la seguridad alimentaria y la calidad de los productos en su interior, y el aluminio -dicen desde la AEA- es un material muy a tener en consideración en este nuevo horizonte.
Otros de los datos obtenidos en el estudio que también adquieren una especial relevancia, revelan que el 71% de los ciudadanos a nivel global cree que habría que prohibir lo antes posible los productos de plástico de un solo uso. En este sentido, 7 de cada 10 españoles estaría a favor la eliminación total de estos.
Un cambio de paradigma a través del ecodiseño
En un envase, factores como el material, el peso y el número de reutilizaciones ayudan a conseguir un ahorro de energía efectivo e influyen en mucho en las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el envase puede ser una oportunidad para reducir el volumen de residuos.
Acciones como cambiar el embalaje de los productos usando materiales que no sean de un solo uso, supone un paso importante en la implementación de los principios de la economía circular, y de modelos de negocio que reduzcan o eliminen el desperdicio, la extracción y el empleo de materias primas.
La clave a la hora de lograr optimizar los envases y embalajes es el ecodiseño, fundamental para que las empresas logren ajustarse a los criterios de sostenibilidad y, al mismo tiempo, que el impacto de su actividad sobre el medio ambiente se minimice al máximo.
Además de tener un ecodiseño, los envases alimentarios hechos con aluminio tienen otras muchas propiedades: buena capacidad aislante, resistencia al calor y al agua, durabilidad, peso ligero, o buena conservación de la temperatura. El envase es un elemento fundamental para la protección de los alimentos durante el transporte; debe favorecer una buena y duradera conservación hasta que llegue al consumidor final, y el aluminio cumple con todo ello.
Según el mencionado estudio, el 76% de los españoles afirma sentirse mejor con las marcas que están haciendo cambios para introducir otros materiales más sostenibles. Esto demuestra que los consumidores están cambiando sus hábitos de compra, y que premian a las firmas que están atendiendo a estas necesidades medioambientales en sus políticas de empresa. Otro dato; en nuestro país, el 63% de las personas estarían dispuestas a cambiar el lugar donde realizan la compra si ello implica utilizar menos plásticos.
Según Jon de Olabarria, Secretario General de la AEA, “con estos datos sobre la mesa, no parece desacertado afirmar que, en el momento actual, los cambios en los hábitos de consumo de las personas se dirigen a apostar por aquellos productos cuyos envases sean reciclables”. Y continúa, “profesionales de distintos ámbitos y sociedad, estamos llamados a trabajar juntos para encontrar soluciones que minimicen los residuos de envases, a través de soluciones eficaces y ecológicamente respetuosas, que desplacen a aquellas otras de un solo uso. Y el aluminio está listo para afrontar este reto”.
El aluminio, un sector preparado para un nuevo horizonte
El aluminio es 95% reciclable sin merma de sus cualidades, y la energía que precisa su proceso de reciclado apenas alcanza el 5% de la energía que fue necesaria para producir aluminio primario. Además, es un material infinitamente reciclable. Todo ello avala la idoneidad del aluminio como material que apoya la creación de un camino hacia la economía circular.
Esto demuestra, según el Secretario General de la AEA, “que el del aluminio es un sector que ha hecho grandes avances hacia la implementación de sistemas de reciclado y, por tanto, es un sector preparado para afrontar los nuevos retos medioambientales”.
Los datos de la Asociación de Latas de Bebidas revelan que en 2018 se reciclaron un 86% de latas de bebidas en España, lo que se traduce en más de 118.000 toneladas de latas de bebidas de acero y aluminio que fueron transformadas en todo tipo de productos metálicos (también latas). En consecuencia, se redujo la extracción de materias primas y se obtuvo un importante ahorro energético, contribuyendo con todo ello a la implementación de la economía circular.
De Olabarria ha recalcado que “desde la AEA confiamos en que este compromiso, a nivel español y mundial, siga expandiéndose. Para ello, tanto desde la asociación como desde las distintas empresas y socios que la integran, queremos reforzar nuestra apuesta por el reciclaje y sus procesos para hacer que estas cifras se sigan incrementándose en los próximos años”.
Para detener los efectos del cambio climático y limitar el calentamiento global, hace falta conocer el impacto que los productos y servicios ocasionan en el medio ambiente. Asimismo, se necesita con urgencia transiciones rápidas y de largo alcance en aspectos como energía, materiales, o sistemas industriales, algo frente a lo que el sector del aluminio ya tiene mucho recorrido hecho. Desde el sector del aluminio y la AEA, buscamos lograr una tasa de reciclado de envases con este material del 100%”, ha dicho de Olabarria.
La economía circular es y será elemental como impulso de la transformación de los sistemas hacia una economía cero neta y que no favorezca el incremento los efectos del cambio climático.