Las emisiones de amoniaco producidas por la fertilización de cultivos podrían reducirse más de un 80%
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Las conclusiones de un estudio en el que han participado varias universidades y centros de investigación nacionales y europeos, y que ha sido liderado por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), señalan que es posible conseguir una reducción efectiva de las emisiones de amoniaco causadas por la fertilización de los suelos agrícolas. Esta reducción se puede conseguir mediante la combinación de estrategias que lleven a optimizar la gestión de los estiércoles ganaderos y los fertilizantes sintéticos no ureicos, alcanzando un compromiso entre la protección del medio ambiente y la seguridad alimentaria.
La agricultura fue el sector responsable del 94% de las emisiones de amoniaco en Europa en 2011, y la aplicación de fertilizantes nitrogenados en superficie de los suelos agrícolas, como la urea y los estiércoles, fue la principal fuente emisora. El amoniaco emitido a la atmósfera puede depositarse en los ecosistemas circundantes a la fuente o viajar decenas de kilómetros ocasionando problemas medioambientales (como acidificación del suelo y eutrofización). Por ello, impulsadas por la normativa comunitaria, se han implementado en los últimos años un gran número de estrategias de reducción de emisiones de amoniaco en la agricultura europea. Sin embargo, en la mayoría de los casos dichas prácticas se ven limitadas por efectos adversos e indirectos de su implementación —como la reducción en los rendimientos de los cultivos o la pérdida de eficiencia del nitrógeno aplicado con los fertilizantes— con consecuencias negativas para agricultores, consumidores y para la seguridad alimentaria.
En este contexto se ha realizado un reciente estudio, publicado en la revista Environmental Research Letters, que plantea estrategias de mitigación mediante la combinación de diferentes medidas que lleven a optimizar el uso de los fertilizantes nitrogenados a escala provincial en España. La elección de España se debió a su condición de país en el que las emisiones de amoniaco han experimentado un mayor aumento en los últimos años y por ser el tercer mayor productor de bienes de origen agrícola de la Unión Europea.
En este caso se evaluó la capacidad de 11 escenarios de mitigación de emisiones de amoniaco de origen agrícola para reducir dichas emisiones, así como su efecto sobre la producción agrícola y el surplus de nitrógeno (nitrógeno que queda en el suelo tras implementar la medida de mitigación y es susceptible de ser liberado en forma de otros compuestos contaminantes como nitratos u óxido nitroso). Estos escenarios incluyeron distintas opciones de fertilización, así como combinación de estrategias. Destacan la incorporación de los estiércoles a una profundidad de 10 centímetros, la incorporación de urea hasta los 5 centímetros, la reducción de la cantidad de fertilizante aplicado (posible supresión de la fertilización ureica), etcétera. El impacto de estos escenarios fue comparado con la situación del país en 2008.
Los resultados obtenidos mostraron que todos los escenarios producían una mitigación efectiva de las emisiones de amoniaco respecto a la situación de 2008. La medida individual que más redujo las emisiones fue la incorporación de estiércoles, con una mitigación del 57% al tiempo que aumentaba la producción en un 8%. De los 11 escenarios, únicamente 4 mostraron una reducción efectiva de las emisiones y un incremento significativo de los rendimientos. Los resultados más prometedores se obtuvieron al combinar la incorporación de estiércoles y la supresión de fertilizantes ureicos. En este caso, mientras las emisiones se redujeron en un 82%, los rendimientos no difirieron significativamente de los del escenario base.
En tanto que factores como el tipo de suelo y las condiciones medioambientales afectan a la emisión de amoniaco, y pueden variar entre las distintas provincias españolas, el estudio se pormenorizó a nivel provincial. De esta forma, se observó que la aplicación de las medidas individuales más efectivas en cada provincia, produjo un descenso en las emisiones totales del 67%.
Este estudio ha demostrado que una reducción efectiva de las emisiones de amoniaco debidas a la fertilización de los sistemas agrícolas puede alcanzarse sin comprometer la producción.