El proyecto D-NESS explora de qué manera afecta la desnitrificación a los suelos europeos
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Los suelos son responsables del 56-70% de las emisiones globales de óxido nitroso (N2O), uno de los gases de efecto invernadero más contaminantes, sólo por detrás del carbono atmosférico y el metano, y que se genera a partir del nitrógeno acumulado en el suelo a través de un proceso conocido como 'desnitrificación'. Este porcentaje va en aumento, ya que el suelo cada vez almacena más nitrógeno proveniente de actividades como la agricultura intensiva, que emplea fertilizantes artificiales ricos en este componente, o las heces del ganado.
En este contexto, el proyecto D-NESS quiere entender mejor los factores que influyen en que se genere más o menos N2O, identificar las características de los suelos a escala Europea que hace que algunos sean más emisores que otros y poder estandarizar el modo de medirlo y prever estas emisiones. Entre otras cosas, el equipo investiga qué peso tienen factores ambientales como el tipo de suelo y de vegetación, el uso agrícola o forestal, el clima y la diversidad de microorganismos.
La investigadora Angela Ribas , quien lidera el proyecto, aclara que “el nitrógeno está presente en todos los suelos”, por ejemplo, se encuentra en los animales y las plantas que, cuando mueren y se descomponen, pasan a formar parte de la misma materia orgánica del suelo. Este nitrógeno se elimina en un proceso natural que llevan a cabo microorganismos del suelo, la desnitrificación, donde uno de los productos que se genera es este gas implicado en la descomposición del ozono atmosférico. El problema es que el exceso de nitrógeno en los ecosistemas, tanto proveniente de la naturaleza como de actividades humanas, ha provocado su enriquecimiento, "que de hacerse crónico, podría sobrepasar la capacidad del suelo para eliminarlo". Además, a más nitrógeno, más emisión de N2O”. Por este motivo, Ribas enfatiza que es esencial entender qué mecanismos hay detrás y encontrar una forma estandarizada para gestionarlo mejor.
“El abuso en el uso del nitrógeno en los ecosistemas, tanto naturales como provenientes de actividades humanas, ha provocado su enriquecimiento, que de hacerse crónico podría sobrepasar la capacidad para eliminarlo. Además, cuanto más nitrógeno, mayor emisión de N2O”
Radiografía de muestras de suelo
Para llevar a cabo la investigación, el equipo analiza diferentes muestras de suelo, tanto de bosques como de cultivos, en diversos lugares de Europa “ queremos observar las diferencias entre suelos agrícolas y forestales, entre países con climas distintos, si existen patrones diarios o estacionales, etc.”. Por ejemplo, parece lógico pensar que hay más emisión a áreas de cultivo, porque hay más cantidad de fertilizantes y por tanto nitrógeno. Sin embargo, quizás otros factores como la temperatura o la humedad del suelo influyen más de lo que pensamos hasta ahora. Otro punto importante de la investigación son las comunidades microbianas, “estudiamos cómo influyen en el ciclo del nitrógeno y si hay algunas especies que provocan que haya más emisión de N2O”.
Las muestras de suelo las han recolectado varios grupos de investigadores e investigadoras de Finlandia, Suecia, Francia, Bélgica, Suiza e Italia
“Sin ellos no habría sido posible tener tanta variedad de suelos que comparar”, comenta Ribas.