La Unión Europea atraviesa un momento de vital importancia en su trayectoria hacia una economía neutra en carbono, con el objetivo de liderar la transición hacia un sistema energético más sostenible y resiliente. En los últimos años, la estrategia energética europea ha avanzado significativamente con la adopción de nuevas legislaciones y el impulso de iniciativas clave, como el Plan REPowerEU o el Plan de Acción sobre el Biometano. Estos esfuerzos están diseñados para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y acelerar la integración de energías y gases renovables, como el biometano, un componente crucial para el mix energético del futuro.
A medida que la Comisión Europea y los Estados miembros trabajan para cumplir con unos ambiciosos objetivos, surgen preguntas sobre los hitos alcanzados, los desafíos persistentes y las estrategias necesarias para asegurar el desarrollo efectivo y la plena consolidación del biogás y el biometano. Para ahondar en estas cuestiones, entrevistamos a Tatiana Márquez, miembro del gabinete de la Comisaria Europea de Energía de la Comisión Europea, quien ofrece una visión esclarecedora sobre el papel que desempeñarán los gases renovables en la configuración del futuro energético del continente.
Uno de los objetivos prioritarios de la estrategia energética de la Unión Europea es liderar la transición hacia un sistema energético neutro en carbono. Desde la Comisión, ¿cuáles consideran que han sido los hitos más remarcables en este sentido en el último año?
En los últimos cinco años, hemos sido testigos de un progreso espectacular en la transición energética y el año pasado no fue una excepción. La mayor parte de las propuestas legislativas de la Comisión del Pacto Verde Europeo fueron adoptadas por el legislador comunitario (Parlamento y Consejo). La nueva Directiva sobre energías renovables, la Directiva sobre eficiencia energética en los edificios o la nueva legislación para el desarrollo del hidrógeno y la descarbonización del sistema gasístico están ahora en vigor y no tardarán en contribuir de manera significativa a la reducción de las emisiones. Además, los operadores económicos y empresas disponen en la actualidad de un marco jurídico estable y favorable para la inversión en energías limpias.
El año pasado, la electricidad eólica generada en la UE superó por primera vez a la producida por las centrales térmicas de gas. Asimismo, se instalaron 56 GW de potencia solar en la UE, estableciendo un nuevo récord tras los 40GW instalados en 2022. Estos datos son muy positivos y evidencian que estamos avanzando significativamente hacia la descarbonización de la Unión Europea.
En 2022 el contexto geopolítico cambió drásticamente con motivo del conflicto de Ucrania, lo que llevó a la Comisión Europea a presentar el plan REPowerEU para apuntalar la seguridad e independencia energética del continente. ¿Cuáles fueron los objetivos prioritarios y las líneas de acción? ¿Cuál es la situación actual y cómo se está avanzando en el cumplimiento de los objetivos propuestos?
El plan REPowerEU se lanzó con el objetivo primordial de acabar de manera urgente con nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos, como el carbón, el petróleo y el gas. Este plan surgió en respuesta al riesgo y evidente vulnerabilidad de depender excesivamente de un único proveedor para aprovisionarnos de energía. Antes del conflicto con Rusia, más del 45% de nuestras importaciones de gas provenían de este país. Sin embargo, en el último año, esta proporción se redujo al 15%, lo cual es resultado de un notable esfuerzo conjunto por parte de los Estados miembros, las empresas y los ciudadanos.
En los dos años transcurridos desde la implementación del plan, hemos logrado no solo reemplazar el gas ruso y diversificar nuestras fuentes al recurrir a otros proveedores, sino también avanzar significativamente hacia la electrificación de nuestro sistema energético. Además, hemos conseguido reducir el consumo de gas en un 18% entre agosto de 2022 y marzo de 2024. Muchos ciudadanos han optado por soluciones de energía renovable, como la instalación de bombas de calor y paneles solares en sus viviendas, reduciendo su consumo de energía, lo que ha contribuido a la mejora de la eficiencia energética y a la disminución de sus facturas.
"El biometano, al igual que el hidrógeno verde, ofrece una alternativa más adecuada y efectiva en sectores donde la electrificación no es viable"
El Plan de Acción sobre el Biometano, siendo uno de los pilares del REPowerEU, se marca como objetivo aumentar la producción de este gas renovable hasta los 35 bcm para 2030, ¿qué papel juega el biometano en la transición energética y verde europea?
En el proceso de descarbonización del sistema energético, la Unión Europea está enfocando sus esfuerzos en las energías renovables, incluyendo los gases renovables, dado que estos pueden reemplazar una parte significativa de los combustibles fósiles consumidos actualmente. El biometano, al ser un gas renovable, desempeña un papel crucial en este proceso de descarbonización, y por tanto, es fundamental integrarlo en nuestra estrategia energética, ya que necesitamos todas las fuentes de energía renovable disponibles para alcanzar nuestros objetivos climáticos.
Además, aún existen procesos industriales y medios de transporte que no pueden reemplazar fácilmente el gas natural u otros combustibles fósiles por la electricidad. En estos casos, el biometano, al igual que el hidrógeno verde, ofrecen una alternativa más adecuada y efectiva.
¿Cuáles son los principales obstáculos para alcanzar las metas propuestas en el Plan de Acción?
El Plan de Acción del Biometano está diseñado para apartar los obstáculos que aún existen. Dado que el biometano se produce generalmente a pequeña escala y de manera local, cuando se trata de explotaciones agrícolas; o en mayor cantidad, si es en plantas de tratamiento de residuos, uno de los principales desafíos es desarrollar cadenas de valor eficientes que permitan maximizar y revalorizar la producción existente y garantizar su acceso a los consumidores. También es fundamental abordar los problemas relacionados con el transporte y el acceso a la red gasística para asegurar una distribución efectiva.
Por último, la reducción de los costes de producción del biometano, que actualmente son superiores a los del gas natural, es una prioridad. A medida que los precios del biometano se vuelvan más competitivos, este gas renovable podrá integrarse plenamente en el sistema gasístico, de la misma forma que las energías renovables han comenzado a reemplazar a los combustibles fósiles en el sistema eléctrico.
"A medida que los precios del biometano se vuelvan más competitivos, este gas renovable podrá integrarse plenamente en el sistema gasístico, de la misma forma que las energías renovables han comenzado a reemplazar a los combustibles fósiles en el sistema eléctrico"
El desarrollo de la industria es muy heterogéneo en Europa, con velocidades de progreso muy diferentes dentro del continente. ¿Qué elementos diferenciales existen entre los países con más y menos desarrollo?
El grado de desarrollo de la industria del biometano en los diferentes países europeos está influenciado por una gran variedad de factores, y no siempre está directamente relacionado con la riqueza del país en cuestión.
Uno de los factores clave es el potencial de producción de biometano, que varía significativamente entre los Estados miembros. En general, los países con un sector agrícola importante, como Francia, Alemania o Polonia, presentan un mayor potencial para la producción de biometano. Sin embargo, todos los estados, en mayor o menor medida, tienen la capacidad de aprovechar sus recursos de biomasa. Por ejemplo, España posee un gran potencial en este ámbito y, a pesar de los progresos sustanciales, aún queda mucho por hacer.
¿Cuáles deben ser las prioridades para acelerar un cambio de ritmo?
Para acelerar el desarrollo de los gases renovables, hemos establecido varias prioridades clave. En primer lugar, en septiembre de 2022, se creó un Partenariado Industrial para desarrollar el biometano y el biogás (BIP). Este paternariado, que incluye a empresas, académicos, ONGs y otros actores interesados, trabaja hacia el objetivo de alcanzar una producción anual de 35.000 millones de metros cúbicos de biometano para 2030. La Comisión Europea colabora estrechamente con este grupo para elaborar informes que contengan recomendaciones y acciones concretas.
En segundo lugar, hemos revisado la Directiva sobre energías renovables para incluir el biometano en los requisitos de consumo de energías renovables en ciertos sectores. Además, hemos adoptado una nueva legislación específica para la descarbonización del sistema gasístico, que otorga un acceso preferente al biometano. La Comisión también ha instado a los Estados miembros a facilitar la obtención de permisos para proyectos de biometano.
Finalmente, el marco legislativo de ayudas de Estado permite a los Estados miembros proporcionar incentivos y ayudas para promover el biogás y el biometano, apoyando así su desarrollo y expansión en toda Europa.
"Todos los estados, en mayor o menor medida, tienen la capacidad de aprovechar sus recursos de biomasa. Por ejemplo, España posee un gran potencial en este ámbito y, a pesar de los progresos sustanciales, aún queda mucho por hacer"
¿Qué herramientas o palancas consideran deben adoptar los diferentes países para asegurar el desarrollo del biometano?
En la Unión Europea, cada Estado miembro tiene la responsabilidad de contribuir a la descarbonización de la economía europea y debe elaborar planes nacionales de energía y cambio climático. Estos planes deben detallar los objetivos y las acciones a nivel nacional para cumplir con la nueva legislación en materia de acción climática y energética, con el fin de lograr una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos el 55% para 2030.
En base a los planes nacionales preparatorios, la Comisión Europea proporcionó recomendaciones específicas a cada Estado miembro. En junio pasado, los países enviaron a la Comisión sus planes finales, teniendo en cuenta sus recomendaciones.
Las ayudas e incentivos resultan fundamentales para el desarrollo de proyectos en estos ámbitos. ¿Sobre qué áreas prioritarias se deben canalizar estas acciones?
En Europa, gran parte del potencial de biometano aún no se explota en su totalidad. Para que el biogás pueda convertirse en biometano y ser inyectado en la red gasística, es necesario someterlo a un proceso de tratamiento que requiere inversiones significativas en plantas de biometano. Dado que el coste de producción del biometano sigue siendo superior al del gas natural, es imperativo que los incentivos y ayudas estatales se orienten principalmente hacia la reducción de estos costes de producción. Esto permitirá una mayor viabilidad económica del biometano y contribuirá de manera más efectiva a la descarbonización del sistema energético.
"Es imperativo que los incentivos y ayudas estatales se orienten principalmente hacia la reducción de los costes de producción del biometano"
Mirando al futuro, ¿cuáles serán las prioridades o líneas de acción de la nueva Comisión para al desarrollo del REPowerEU y el Plan de Acción sobre el Biometano?
Aunque aún es pronto definir los planes específicos de la nueva Comisión Europea, puesto que todavía no ha sido oficialmente nombrada, la Unión Europea ha manifestado su clara apuesta por la descarbonización. En este contexto, el biometano desempeñará un papel crucial en la consecución de los objetivos, al igual que otras fuentes de energía renovable.
¿Qué papel jugarán los gases renovables en el futuro del continente?
En una Unión europea descarbonizada, el sistema energético se sustentará en electricidad limpia proveniente de fuentes renovables, energía nuclear y gases renovables. Estos gases jugarán un papel fundamental en aquellos usos y sectores en los que la electrificación no es la mejor opción. Además, los gases renovables y el hidrógeno contribuirán a equilibrar el sistema eléctrico cuando la disponibilidad de electricidad verde sea insuficiente. Su aportación será, por lo tanto, fundamental para garantizar la estabilidad y sostenibilidad del sistema energético europeo.