Cinco barreras transversales para el despliegue de la bioenergía y cómo abordarlas
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La bioenergía (biocombustibles sólidos, biogás, biometano y biocombustibles líquidos) ya hace una contribución significativa al suministro de energía mundial, pero la mitad del despliegue actualmente toma la forma de usos tradicionales de bioenergía para cocinar y calentar, principalmente en países en desarrollo. La situación tiene que cambiar. Las aplicaciones ineficientes de la biomasa deben ser sustituidas por soluciones energéticas modernas y limpias, ya que dañan la salud de las personas, dañan el medio ambiente y reducen el bienestar social.
Las formas modernas de bioenergía se emplean cada vez más en generar electricidad, calor en edificios e industrias, combustibles para el transporte y como materia prima industrial. Sin embargo, aumentar el despliegue de la bioenergía y darse cuenta de sus beneficios socioeconómicos más amplios presenta sus propias dificultades.
Cinco desafíos principales en los usos finales
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La incertidumbre política y las estructuras institucionales complejas son las principales barreras para la mayoría de las energías renovables, incluida la bioenergía. Actualmente, el desarrollo de la bioenergía no está recibiendo suficiente atención política. La formulación de políticas de bioenergía generalmente involucra a varios departamentos gubernamentales y actores intersectoriales. Los gobiernos deben establecer una estrategia de bioenergía a largo plazo, con objetivos claramente definidos y coordinación intersectorial, para generar confianza entre los inversores y los desarrolladores de proyectos. Los mandatos para el consumo de bioenergía y la prohibición del uso de combustibles fósiles también pueden usarse para aumentar la demanda del mercado.
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Las barreras financieras y económicas incluyen subsidios a los combustibles fósiles, altos costos y falta de acceso a financiamiento asequible. Sin medidas que tomen en cuenta los impactos negativos de la quema de combustibles fósiles, la mayoría de las opciones de bioenergía tienen un costo más alto que los combustibles fósiles. Las medidas de apoyo financiero y fiscal pueden garantizar que la producción y el uso de la bioenergía sean rentables para las empresas y asequibles para los consumidores finales. Las medidas incluyen la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles y la introducción de políticas de fijación de precios del carbono para corregir la distorsión del mercado energético, una carga fiscal más baja o subvenciones y subsidios para aumentar su competitividad, y medidas para facilitar una financiación asequible.
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Un bajo nivel de preparación tecnológica sigue siendo otra barrera importante para las nuevas tecnologías de bioenergía, como los combustibles de aviación a base de biomasa y la biomasa para procesos industriales de alta temperatura. La falta de infraestructura se suma al desafío, como la necesidad de almacenamiento de biomasa en el sitio y la capacidad de las redes de gas natural para acomodar el biometano. El apoyo político a la innovación a través de la investigación, el desarrollo y la demostración puede aumentar la preparación tecnológica y acelerar la comercialización.
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Las cadenas de suministro débiles son una de las barreras más dominantes. Estos incluyen suministro inestable de materias primas, falta de trabajadores calificados y riesgos de sostenibilidad. Las regulaciones sobre control de calidad y estandarización pueden mejorar la calidad del producto y la eficiencia operativa. La capacitación, la educación y el desarrollo de capacidades pueden mejorar las habilidades de los trabajadores en el diseño, instalación, operación y mantenimiento de sistemas de bioenergía. Lo que es más importante, se necesita con urgencia un marco de política de sostenibilidad basado en el contexto, que contenga las medidas apropiadas, para garantizar buenas prácticas sostenibles.
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La falta de conocimiento de los productos bioenergéticos y sus beneficios también puede afectar el compromiso de las partes interesadas. Las campañas públicas y las actividades de intercambio de información aumentan la conciencia pública y empresarial. La información accesible sobre la disponibilidad y ubicación de los recursos bioenergéticos (p. ej., residuos agrícolas y forestales, desechos orgánicos) y la infraestructura también puede ayudar a los desarrolladores de proyectos a identificar las materias primas bioenergéticas y las mejores ubicaciones para los proyectos.
Aumentar el despliegue de la bioenergía es un componente esencial de una transición energética que se alinea con el escenario de 1,5 °C
La bioenergía debe hacer una mayor contribución para satisfacer la demanda de energía en todos los usos finales en las próximas décadas. Si bien todas las partes interesadas tienen un papel que desempeñar aquí, los responsables políticos tienen una oportunidad particular para efectuar este cambio: la combinación correcta de políticas puede aumentar el suministro y el uso de la bioenergía, mejorar su sostenibilidad y minimizar cualquier impacto negativo.