Contaminación por olores: diferentes enfoques legislativos para un problema medioambiental

Contaminación por olores: diferentes enfoques legislativos para un problema medioambiental
Contaminación por olores: diferentes enfoques legislativos para un problema medioambiental
18-10-2016
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España nunca ha destacado por ser un referente en la regulación de los problemas medioambientales y, desgraciadamente, el ámbito de la contaminación ambiental por olores tampoco ha sido una excepción.

A estas alturas, no cabe la menor duda de que la contaminación ambiental por olores es uno de los problemas más recurrentes y extendidos en nuestros pueblos y ciudades; no hay más que leer la prensa para encontrar multitud de noticias que denuncian este hecho. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (Encuesta de Hogares y Medio Ambiente 2008), el porcentaje de viviendas a nivel nacional cuyos residentes han sufrido esta contaminación supera el 20%. No obstante, y aún a pesar del enorme calibre del problema, sorprende que el Ministerio de Medio Ambiente no haya adoptado medidas, ni muestre intenciones de abordar el problema.

Sorprende que en la ley donde se enmarcan todas las regulaciones de contaminación atmosférica a nivel estatal, ley 34/2007 de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, no se cite la palabra “olor” en todo el texto. La administración no debe mirar hacia otro lado, obviando la existencia de esta problemática, debe de emplear los recursos necesarios para minimizar esta problemática ambiental.

Diferentes enfoques legislativos

Si echamos un vistazo fuera de nuestras fronteras, podremos observar que sí existen países que han establecido leyes y normas referidas al control de este tipo de contaminación. Analizando el marco legal existente en distintos países, existen distintos tipos de aproximación y regulación de este problema ambiental.

A nivel europeo, Holanda y Alemania se consideran los países pioneros en la adopción de políticas de control y regulación, considerándose estas estrategias como el paradigma europeo en la lucha contra esta problemática ambiental. Fuera de las fronteras europeas, países como EE.UU. Canadá, Australia, Nueva Zelanda o Japón han establecido de igual modo, marcos legales reguladores para este problema.

A continuación, se citan las estrategias más empleadas habitualmente en función de las distintas medidas adoptadas. Cabe mencionar en este sentido, que muchos países aplican simultáneamente más de una de estas líneas de actuación:

1. Establecimiento de un marco legal basado en leyes que eviten molestias o de protección de la “calidad de vida”

Este tipo de estrategia es la más utilizada  y ampliamente difundida. El legislador ha establecido un conjunto de leyes que protegen la “calidad de vida” de los ciudadanos. Estas leyes son de tipo genérico y no regulan específicamente los problemas que pueden mermar esta “calidad de vida”. La aplicación de estas leyes es por la vía judicial, es decir, a partir de estos textos legales y la interpretación de un juez, se determina si una actuación es causa de delito. En los Estados Unidos, 42 de los 50 estados se regulan por este tipo de leyes.

2. Establecimiento de valores límite de concentración y emisión para compuestos químicos

Este tipo de legislación trata de regular la concentración y/o emisión de aquellos compuestos químicos que son responsables de problemas de impacto ambiental por olores, como el sulfuro de hidrógeno, metil mercaptano, amoniaco, etc.

3. Establecimiento de valores límite de concentración de olor en inmisión

Mediante panelistas (personas especialmente entrenadas para realizar el análisis sensorial de concentración de olor) y un olfatómetro (equipo), se analizan muestras tomadas en focos de emisión de olor. Posteriormente utilizando modelos de dispersión atmosférica se pueden determinar los valores de inmisión producidos por los focos estudiados. Según el tipo de actividad industrial y atendiendo a otras circunstancias, la legislación establece valores límite de concentración de olor en inmisión. Este tipo de criterio se utiliza en multitud de jurisdicciones de Norte América, Europa y Asia.

4. Establecimiento de frecuencia y duración de los episodios problemáticos

Los países que establecen este tipo de regulación no sólo utilizan criterios de concentración de olor en inmisión, sino que también aplican criterios de duración y frecuencia de estos problemas ambientales. Alemania es uno de los países que mejor refleja en su legislación este tipo de criterio.

5. Establecimiento de distancias mínimas de separación

Aplicando el sentido común, que desgraciadamente es el menos común de los sentidos, este tipo de medidas asegurarían la minimización de la existencia de este tipo de problemas. Una correcta ordenación urbana evitaría situaciones en las que es imposible atajar estos problemas. Existen muchos ejemplos de esta incorrecta ordenación, pero si alguien tiene alguna duda en este sentido, puede visualizar la vista aérea del entorno de la depuradora de aguas residuales de Velilla de San Antonio (Madrid). Cabe recordar que aquí en España, el derogado RAMINP (Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas) también establecía distancias mínimas de separación entre zonas residenciales y este tipo de instalaciones.
En el ámbito internacional, muchas jurisdicciones del sur de Australia, Europa, etc, establecen separaciones mínimas entre determinadas actividades industriales y zonas residenciales, atendiendo al tipo de actividad o instalaciones.

Para este enfoque habría que realizar dos distinciones:

• Distancias fijas de separación. Se establecen distancias mínimas de separación entre actividades industriales – comerciales y áreas residenciales. Este es el caso de Northrhine-Westfalia (Alemania), donde se establecen distancias fijas de separación para plantas de compostaje de 300 m o 1.500 m para plantas químicas. En Holanda, Nueva Zelanda, y el Sur de Australia también han establecido un criterio similar.
• Distancias de separación mínimas-variables. Este tipo de criterio es mucho más utilizado en el sector agropecuario. Utilizando una ecuación que contempla variables como el número de cabezas de ganado de la instalación, topografía, meteorología, etc, se calcula la distancia mínima de separación entre la instalación y las áreas residenciales. Alberta, Ontario, Quebec, (Canadá), Minnesota (EE.UU.), y Queensland (Australia) son ejemplos de la aplicación de este criterio. 

En Alberta se aplica la ecuación MDS (MinimumDistanceSeparation) establecida en el Acta de Normas Técnicas para Operaciones en el Sector Agropecuario (Alberta 2.002). La ecuación se describe de la siguiente forma:

MDS (m) = (Emisión de olor)K x Tipo de entorno x Factor de dispersión

Donde:

– Emisión de olor = Es el conjunto de factores que intervienen en el grado de molestia  según el tipo de ganadería, (porcina, avícola, etc), tecnología utilizada en la explotación, numero de animales de la explotación. Todo esto queda descrito como LSU (LivestockSitingUnit).
– Tipo de entorno = se divide en cuatro categorías.
Categoría 1: Zona de uso  agrícola.
Categoría 2: Zona de uso no agrícola.
Categoría 3: Zona de uso residencial, recreacional o comercial.
Categoría 4: Zona de uso rural, no existiendo un núcleo urbano definido.
– Factor de dispersión = Esta en función de las variables climáticas y topográficas de la zona.
– K = Para todas las especies es 0,365.

6. Establecimiento de una escala de graduación de olor

Esta estrategia se basa en el desarrollo de una escala de percepción de olor semicuantitativa, según el tipo de actividad y otros factores. Esto permite caracterizar un tipo de olor de una forma simple y sencilla. Australia, Alemania, Suiza, o el estado de Texas, son jurisprudencias que aplican este tipo de criterio.
Se muestra la escala atendiendo al grado de molestia:

1 = No existe molestia
2 = Molestia escasa
3 = Existe molestia
4 = Molestia fuerte
5 = Molestia muy fuerte

7. Establecimiento del Índice de olor

El índice de olor es utilizado en Japón para cuantificar la intensidad de este. El índice de olor es igual a 10 veces el logaritmo de la concentración de olor. La concentración de olor es calculada usando el TOBM (Triangular Odour Bag Method). Este método está desarrollado al margen de la metodología aplicada en Europa y América. Además del índice de olor, la ley de control de contaminación ambiental por olores contempla métodos de análisis para distintos compuestos odoríferos.

8. Establecimiento del registro de quejas

Muchas jurisdicciones realizan un registro de quejas de ciudadanos. El sistema se basa en determinar un umbral de número de quejas, a partir del cual se realizan las inspecciones y estudios a las instalaciones responsables. La aplicación de este criterio se da en Idaho (EE.UU.), o Nueva Gales del Sur (Australia).

9. Establecimiento de criterios cuantitativos de emisión

Países como Corea, Dinamarca o Suiza incluyen en su legislación límites máximos de emisión de olor o límites para determinados compuestos químicos.

10. Establecimiento de criterios de utilización de tecnología innovadora

Muchas jurisdicciones obligan a que las instalaciones que generan contaminación ambiental por olores, estén equipadas con sistemas de desodorización. De igual forma, se obliga al cumplimiento de un manual de buenas prácticas específicas para cada sector.

Combinación de estrategias: clave del éxito

En conclusión, para conseguir el mayor éxito en atajar este extendido problema de contaminación por olores, se deben adoptar una combinación de diversas estrategias, que supondrían un golpe de efecto a la situación actual:

Correcta ordenación urbanística
• Establecimiento de registros de quejas
• Realización de estudios de diagnóstico
• Utilización de las MTDs en el tratamiento de gases


Artículo escrito por Antonio Amo Peña (Diagnóstico y Control de Olores LABAQUA). Cuenta con más de 17 años de experiencia en el ámbito del control analítico medio ambiental, consultoría en medio ambiente y en especial, en el campo de la contaminación ambiental por olores.

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