Cerca de 90 colectivos analizarán los niveles de basuraleza en ríos y humedales
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Cerca de noventa entidades y asociaciones participarán en la primera campaña de ciencia ciudadana del proyecto LIBERA en ríos y humedales. Los voluntarios, distribuidos en 80 localizaciones de toda España, analizarán la cantidad y la composición de la basuraleza que está degradando estos ecosistemas e impactando sobre la vida silvestre. La información, que se recopilará año a año según criterios validados científicamente, servirá para que autoridades, sectores productivos e investigadores puedan dimensionar el problema de la basuraleza en estos entornos y, así, diseñar mejores estrategias para solucionar este problema ambiental que ya está causando un grave impacto en la biodiversidad a escala global.
Tras realizar campañas a escala nacional en 80 entornos terrestres y en otros 70 puntos costeros, en los se caracterizaron cerca de 30.000 residuos, LIBERA pone en marcha ‘1m2 por los ríos, embalses y pantanos’. La iniciativa arranca esta semana, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de los Ríos (14 de marzo). Durante los próximos siete días, los participantes caracterizarán la basuraleza entornos fluviales, embalses, pantanos y otros humedales. Los 80 puntos de recogida activos cubrirán 35 provincias de toda España. Entre otras zonas, se analizarán los residuos abandonados en espacios naturales del río Guadalquivir (a su paso por Jaén); en el embalse de Valdesalor (Cáceres); el embalse de la Cabezuela (Ciudad Real); el Barranco del Cercado de San Andrés (Santa Cruz de Tenerife); el río Tabernillas (Cantabria) o el río Turia (Valencia).
Aunque la basuraleza, presente en todos los ecosistemas, es una catástrofe ambiental documentada científicamente, existe un alto grado de acuerdo sobre la necesidad de seguir monitorizando y estudiando el fenómeno, especialmente en entornos terrestres. Por ello, una de las principales líneas de trabajo de LIBERA se centra en los proyectos de ciencia ciudadana, que recopilan información mediante criterios científicos aprobados internacionalmente.
Los voluntarios que salgan al campo a analizar basuraleza estos días cubrirán una determinada distancia –unos 100 metros– identificando los diferentes residuos que encuentren en su camino. En su camino, rellenarán un sencillo formulario indicando cuestiones como el tipo de residuo, sus dimensiones o su ubicación. La información, que se incorpora a otros indicadores, como los programas de seguimiento de la avifauna accesibles para administraciones y comunidad científica. Al repetir esta caracterización año tras año, será posible establecer tendencias sobre el impacto de la basuraleza en este tipo de entornos tan sensibles. Los datos se van incorporando a una base de datos común del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
Entre las entidades participantes en esta campaña se encuentran organizaciones como Ecologistas en Acción o Adenex; asociaciones vecinales como la asociación Marbella Activa, colectivos deportivos como el Club Deportivo de Montaña Candeleda o empresas como AXA. Asimismo, participarán en estas recogidas de datos y limpiezas ayuntamientos como el de Coria del Río, así como varios scouts, AMPAS, colegios e institutos.
Ríos y humedales, tan sensibles como importantes
Los ríos y humedales son entornos especialmente sensibles a las amenazas. En España, la escasez de agua y la contaminación, a la que contribuye la basuraleza, constituyen dos importantes factores de impacto. En los ríos, está evidenciado que la cantidad de basuraleza aumenta a medida que el cauce se acerca al mar. No en vano, diversas investigaciones apuntan a que los ríos son uno de los principales transmisores de basuraleza a los océanos.
“Está comprobado: la basuraleza es un agente más del cambio global, ese conjunto de acciones humanas que está poniendo el mundo patas arriba, aumentando las temperaturas, extinguiendo especies o destruyendo hábitat. Conservar los ríos y los humedales es fundamental para poder asegurar nuestro futuro pues nos proveen de servicios básicos, como el agua o la regulación de temperaturas. Cada residuo que acaba en los ríos o en sus entornos empobrece la naturaleza. Nos empobrece a todos. No podemos permitir que esto siga ocurriendo. Por eso, es imprescindible y urgente que avancemos hacia un modelo de economía circular donde la palabra basura no exista porque todos los residuos se convertirán en recursos nuevos” , asegura Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
Por su parte, Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes señala que “la basuraleza se ha convertido en una catástrofe ambiental silenciosa de una dimensión abrumadora. Es por ello que se hace necesaria la colaboración de todos para encontrar una solución. En este sentido, LIBERA está trabajando para poder aportar datos del abandono de residuos en el ecosistema fluvial para poder realizar acciones concretas y frenar las devastadores consecuencias de esta grave problemática”.